Usar una selfi para pagar o hacer transacciones directamente con su teléfono es uno de los métodos de pago que cada vez más están a la vuelta de la esquina.
La empresa Ernst & Young (EY) revela en un informe que para finales de esta década los monederos electrónicos, las criptomonedas (como el bitcóin) y los servicios en línea harán que la banca tradicional no sea la misma, pues se verá obligada a afrontar los nuevos retos que impone la tecnología.
“La razón por la cual se cree que los pagos móviles serán tendencia es por el crecimiento que ha tenido la autenticación biométrica; por ejemplo, mirar un sensor y validar la identidad por medio de la lectura del iris del ojo. Conforme se empiezan a hacer pruebas, se dan cuenta de que es muy certero”, afirmó Lauren Fernández, analista de EY.
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Sin embargo, esa es solo una de las formas en que los pagos digitales podrían evolucionar, pues también la tecnología que se puede vestir (dispositivos conocidos como wearables, como los relojes inteligentes) y los pagos basados en contexto –es decir, aquellos en los que no se requiere interacción directa entre el cliente y el comerciante, como Uber– están colaborando en esa transformación.
Un estudio de la consultora de innovación Trend One sugiere que, en el futuro, el "Internet de las cosas" podría ser otra forma de pago; por ejemplo, surgiría la posibilidad de pagar con la ropa.
Una iniciativa de ese tipo ya fue desarrollada en el 2015, pues el estudio de EY asegura que la marca escocesa Lyle & Scott creó “una jacket con una bolsa en la manga que contiene un chip especial con el sistema de pago del banco de Barclays”.
En la región
Según explicó Fernández, en la región Centroamericana existen cuatro servicios que están impulsando las transferencias online: Tigo Money, Xoom (de PayPal), Punto Fácil Online y Pagadito.
El primero de ellos permite al usuario hacer transacciones desde su teléfono (tanto recibir dinero como transferirlo), pagar servicios y obtener remesas desde Estados Unidos.
Por su parte, Xoom es producto de la startup que la empresa PayPal compró a unos guatemaltecos y que consiste en un sistema de pagos en línea con el que se pueden cancelar las facturas del celular, recibos de Tigo, Movistar, Claro y otros, como EEGSA y Energuate (distribuidores de electricidad guatemaltecos).
“En la comunidad de inmigrantes, aquellos que ya utilizan PayPal encontrarán esta propuesta muy cautivadora”, dijo John Kunze, vicepresidente de Xoom, en una entrevista con el sitio especializado en tecnología CNET en Español, en el 2016, cuando el servicio comenzaba a funcionar de la mano de PayPal.
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Por otra parte, la red de pago Punto Fácil Online es nicaragüense y brinda servicios como pago de telefonía móvil, servicios residenciales básicos, Internet, entre otros. Una de sus principales características es que esos recibos se pueden pagar desde Estados Unidos, lo que, según el informe de EY, “amplía las opciones de ayuda de los familiares”.
Por último, Pagadito está enfocado en fortalecer el comercio electrónico en la región centroamericana y, aunque también permite hacer transacciones similares a los otros servicios, su novedad es que posibilita las transacciones de dinero entre negocios y sus proveedores.
En Costa Rica
El estudio de EY también llama la atención de que, en la región, solo países como Panamá y Costa Rica ya cuentan con negocios donde se aceptan bitcoines, “en su mayoría hoteles, por la popularidad que tiene esta moneda en temas de turismo y alcance global”, aclara la firma.
El semanario El Financiero conversó a finales del año pasado con Jorge Farias, CEO de Cryptobuyer, quien explicó cómo funcionan los cajeros automáticos de bitcoines, que “hacen verificación de la identidad del usuario, por lo que la compra de criptomonedas no es anónima, pues el sistema lee la dirección de su monedero electrónico en el celular. Esto hace que las transacciones sean más seguras y rastreables”.
Sin embargo, el auge de este tipo de criptomonedas provocó que el Banco Central emitiera en el 2017 un comunicado, en el que advertía sobre los riesgos de utilizarlas.
"Los habitantes que adquieran monedas digitales, conocidas como criptomonedas, entre las cuales se encuentra el bitcóin, lo hacen bajo su propia cuenta y riesgo, pues no están respaldadas por la entidad", informó La Nación en octubre del año anterior.