
La correa de distribución juega un papel clave en el funcionamiento del motor. Su tarea es sincronizar el cigüeñal y el árbol de levas para que válvulas y pistones se muevan en el momento preciso. Sin embargo, este componente suele recibir poca atención, a pesar de su importancia.
Cuando la correa se corta o presenta una falla, el daño al motor puede ser severo. En muchos motores modernos, su rotura puede doblar válvulas, dañar pistones y hasta requerir una reparación total del motor.
Intervalo de cambio: kilometraje y tiempo
El momento adecuado para reemplazarla varía según el modelo y el tipo de motor. La mayoría de fabricantes recomienda hacerlo entre 60.000 y 100.000 kilómetros, o cada cinco a siete años, lo que ocurra primero.
Aunque el vehículo se utilice poco, el material —mezcla de goma y fibra— se degrada con el tiempo. Factores como cambios bruscos de temperatura, contacto con aceite o periodos prolongados sin uso afectan su durabilidad.
Condiciones severas, como tráfico urbano constante, altas temperaturas o caminos con polvo, obligan a realizar el cambio antes del límite recomendado.
Marcas y casos especiales
Fabricantes europeos suelen indicar intervalos más conservadores, mientras que algunas marcas japonesas o coreanas extienden el cambio hasta los 120.000 kilómetros, según el motor.
En modelos recientes, varios fabricantes han optado por usar una cadena de distribución, pieza metálica que puede durar entre 150.000 y 200.000 kilómetros. No obstante, esto no significa que no requiera mantenimiento.
¿Qué incluye el cambio?
Especialistas recomiendan realizar el kit completo al momento del cambio. Este incluye:
- Correa de distribución
 - Tensores
 - Poleas
 - Bomba de agua (en la mayoría de los casos)
 
Esto evita desmontar el motor nuevamente y reduce el riesgo de fallos posteriores. Además, se aconseja revisar:
- Retenes del cigüeñal y del árbol de levas
 - Correa auxiliar
 - Termostato
 - Nivel y estado del refrigerante (si se cambia la bomba)
 
Costo vs. consecuencias
El precio del cambio varía según el modelo, pero postergar este mantenimiento puede resultar hasta diez veces más costoso si la correa se rompe. En muchos casos, no hay síntomas previos. Sin embargo, señales de alerta como:
- Ruidos inusuales en el motor
 - Zumbidos o golpeteos
 - Pérdidas de refrigerante
 - Funcionamiento inestable del motor
 
pueden indicar un problema. Ante cualquier síntoma, es recomendable no circular y revisar el sistema de distribución de inmediato.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
Revise cada cuántos kilómetros debe cambiar la correa de distribución para evitar daños graves al motor y gastos innecesarios.
