
Una plancha sucia no solo afecta el acabado de sus prendas. También reduce la eficacia del vapor y puede dañar tejidos delicados. La acumulación de residuos en la suela impide que el aparato se deslice con facilidad y puede dejar marcas oscuras en la ropa.
Existen soluciones sencillas y al alcance de cualquier persona para devolverle a la plancha su apariencia original. El proceso comienza con un paso clave: identificar el tipo de suciedad y el material de la suela, ya que no todas requieren el mismo tratamiento.
¿Qué tipo de suela tiene su plancha y qué la ensució?
Las planchas pueden tener suela de acero inoxidable, cerámica o teflón. Cada una necesita cuidados específicos:
- El acero inoxidable resiste más, pero acumula residuos con facilidad.
- La cerámica se desliza bien, pero no debe limpiarse con productos abrasivos.
- El teflón es más delicado y requiere un trato suave para no dañar el revestimiento.
En cuanto a la suciedad, puede deberse a fibras quemadas, restos de almidón o acumulación de cal si se utilizó agua del grifo. Reconocer la causa evita daños mayores.
Métodos efectivos para limpiar la plancha quemada
Una de las técnicas más comunes es el uso de vinagre y sal. Este método se recomienda cuando las manchas no están muy adheridas. Consiste en:
- Calentar la plancha a baja o media temperatura.
- Desenchufarla y aprovechar el calor residual.
- Frotar la suela con un paño de algodón humedecido en vinagre blanco y espolvoreado con sal gruesa.
- Limpiar con otro paño limpio y dejar secar.
Cuando las manchas son más persistentes, funciona mejor la pasta de bicarbonato. Mezcle dos cucharadas de bicarbonato con un poco de agua, aplique sobre la suela fría, deje actuar unos minutos y retire con un paño húmedo.
Otra opción rápida son los limpiadores comerciales específicos para planchas. Estos vienen en formato líquido, en barra o en toallitas. Se debe seguir al pie de la letra las instrucciones del fabricante y usarlos en espacios ventilados.
Qué no hacer y cómo mantener la plancha como nueva
Evite usar estropajos metálicos, ya que rayan la suela. Tampoco aplique agua en exceso. Este líquido puede filtrarse hacia los componentes internos. No descuide los orificios de vapor, ya que suelen obstruirse con residuos de cal o almidón.
Para mantener la plancha en buen estado:
- Límpiela una vez al mes si la utiliza con frecuencia.
- Use agua destilada en modelos con vapor.
- Vacíe el depósito tras cada uso.
- Guárdela siempre en posición vertical y con la suela limpia.
- Pase un paño húmedo al finalizar cada sesión de planchado. Esto previene acumulaciones futuras.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de una agencia de noticias y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.