
El uso de memorias USB, conocidas también como pendrives, marcó una época. Fueron esenciales para llevar archivos del hogar al trabajo, guardar fotos familiares o entregar proyectos universitarios. Sin embargo, la tecnología las ha dejado atrás.
Actualmente, estos dispositivos portátiles cayeron en desuso frente a alternativas más rápidas, seguras y compatibles, como el almacenamiento en la nube o los discos externos de estado sólido.
Llevar una memoria USB en el llavero garantizaba acceso a archivos, incluso sin conexión a Internet. Pero los avances en tecnología hicieron que sus capacidades quedaran limitadas. La proliferación de archivos pesados, como imágenes en 4K o videos de alta calidad, rebasó el alcance de estos dispositivos.
Las razones del abandono de las memorias USB
El principal factor en contra de los pendrives es la capacidad de almacenamiento. Aunque existen modelos con entre 64 y 512 GB, ese rango resulta insuficiente para respaldos profesionales o videos en alta definición
Las unidades de 2 TB siguen siendo poco accesibles debido a sus altos precios, especialmente si se comparan con los discos SSD externos, que ofrecen más valor.
Otro punto en contra es la velocidad de transferencia. Muchos pendrives utilizan memoria flash de gama baja. Esto hace que copiar archivos de gran tamaño tome varios minutos. Por el contrario, los discos SSD con conectores USB-C o Thunderbolt pueden mover los mismos archivos en segundos.
La compatibilidad con puertos también ha afectado su uso. El conector USB-A, tradicional en los pendrives, está desapareciendo de computadoras modernas. Muchos equipos ultraligeros y dispositivos de Apple ya no lo incluyen, lo que complica o impide el uso de estas memorias sin adaptadores adicionales.
Además, el aspecto físico, que antes era una ventaja, hoy representa un riesgo. Perder o extraviar un pendrive implica una pérdida de datos sensibles, algo crítico en entornos empresariales. Su fragilidad y vulnerabilidad a fallos también disminuyen su confiabilidad.
Por último, estos dispositivos se utilizan como vectores para software malicioso. Su capacidad de propagar malware ha encendido alertas, especialmente en sistemas informáticos con información sensible.
¿Qué alternativas existen?
La decadencia de las memorias USB ha dado paso a soluciones más modernas y eficientes. Los discos SSD externos son los favoritos, por su alta velocidad y capacidad para mover grandes volúmenes de datos.
También se destacan las tarjetas SD y microSD, preferidas por profesionales en fotografía, drones y otras áreas. Son ligeras, económicas y compatibles con diversos dispositivos.
Sin embargo, la opción más popular en la actualidad es el almacenamiento en la nube. Plataformas como Google Drive, iCloud, OneDrive y Dropbox permiten guardar y acceder a archivos desde cualquier dispositivo conectado a Internet. Además, facilitan la colaboración en tiempo real.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.
