
Una presunta red de explotación sexual, vinculada al grupo criminal venezolano Tren de Aragua, fue desarticulada durante siete allanamientos, la mañana de este martes.
El Ministerio Público detalló que se desplegó un amplio operativo en Barrio México y el distrito Merced de San José, en Jacó de Garabito y en el cantón central de Alajuela, sitios donde operaba la organización conocida como Los Orientales.
En los allanamientos fueron detenidas 10 personas, apellidadas López (mujer nicaragüense), Escobar (venezolano), Lima (ecuatoriano), Ferrer (venezolano), tres hombres de apellido Velásquez (venezolanos), Uriel (venezolano), Rodríguez (venezolano) y Bogado (venezolano).
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) agregó que siete de los detenidos eran buscados por presunta explotación sexual, otros tres (Uriel, Rodríguez y Bogado) eran buscados por un doble homicidio, y uno de los Velásquez estaría vinculado a ambos delitos.
Asimismo, fueron decomisados celulares, computadoras, memorias, dinero en efectivo, un arma de fuego, dos carros y una motocicleta.


La Fiscalía indicó que los sospechosos traían mujeres desde Venezuela bajo la promesa de que trabajarían como generadoras de contenido. Les cubrían todos los gastos de traslado (entre $3.000 y $5.000), a cambio de que una vez en Costa Rica las víctimas ofrecieran servicios sexuales para pagar la deuda del traslado.
No obstante, eran presuntamente sometidas a un sistema de multas constantes por acciones mínimas, como llegadas tardías, lo cual les impedía liberarse de la red.
Se presume que las mujeres eran obligadas a mantener relaciones sexuales con al menos 100 clientes; sin embargo, el OIJ no especificó en cuánto tiempo debían completar ese objetivo. El costo del servicio era de ¢45.000, depositados vía Sinpe Móvil a uno de los imputados.
Al parecer, a las víctimas les quitaban sus celulares, no podían comunicarse con sus familias, y eran maltratadas física y psicológicamente.
La agrupación otorgaba funciones específicas a sus miembros: algunos anunciaban el servicio sexual en Internet, mientras que otros gestionaban la cita y coordinaban el envío de las víctimas en vehículos, siempre acompañadas por un integrante que permanecía en las afueras del lugar donde se concretaban los encuentros sexuales.
Cuando finalizaban, llevaban de vuelta a las víctimas al sitio donde las mantenían cautivas.
El director del OIJ, Randall Zúñiga, explicó que “en algún momento fueron una célula del Tren de Aragua, tuvieron alguna diferencia con la casa matriz, por así decirlo, y se separaron”.
La investigación inició en noviembre del 2024, cuando la Policía recibió información confidencial sobre un supuesto grupo compuesto por al menos 12 personas venezolanas, quienes operaban principalmente en la Gran Área Metropolitana.
El día 20 de ese mismo mes ocurrió el doble homicidio relacionado con la agrupación. Minutos antes de las 10:00 p. m., una balacera en un bar cercano al Museo de los Niños dejó fallecido a un hombre venezolano de apellido Pérez, de 25 años, y a otro de apellido Piñate, de 34 años, quien murió en el Hospital San Juan de Dios. También hubo un herido, de apellido Lima, ecuatoriano de 24 años.
En apariencia, el crimen se debió a una riña por supuestos desacuerdos entre miembros de la banda.
La investigación, que cuenta con el apoyo de la Comunidad de Policías de América (Ameripol) se tramita dentro del expediente 24-000064-1321-PE.
Esta no es la primera vez que trasciende presencia de personas vinculadas al Tren de Aragua en el país.
El 19 de noviembre, Costa Rica extraditó a Chile el venezolano Michael Villegas Rodríguez, detenido en julio del 2024 como sospechoso de asesinar y enterrar en Santiago a un exmilitar opositor al régimen de Nicolás Maduro, a inicios del año anterior.
Asimismo, el 14 de mayo autoridades judiciales confirmaron que un presunto integrante del Tren de Aragua, identificado como Renzo Espinoza López, se ocultaba en Costa Rica, y fue extraditado a Chile como sospechoso de homicidio calificado, secuestro extorsivo, tráfico de drogas y asociación ilícita, por hechos cometidos en Viña del Mar, en Valparaíso.
Expansión del Tren de Aragua
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto del Ministerio Público, explicó a La Nación que el Tren de Aragua tiene sus orígenes en el 2010 en Venezuela, donde iniciaron como una pandilla local en el estado de Aragua, dedicada a robos, extorsiones y otros delitos.
Algunos líderes fueron capturados y enviados a la cárcel Tocorón, que luego se convirtió en el centro neurálgico de la organización como se le conoce hoy.
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“Se dice que el crecimiento se hizo al amparo de Hugo Chávez, que dejó la seguridad en manos de los propios internos”, dijo Boraschi.
El grupo usaba un modelo diferente a otras bandas criminales, que consistía en células en los pueblos cercanos, cada una con un capo, para luego expandirse a otros estados, como Carabobo, y posteriormente a otros países, como Colombia, Perú, Chile y Brasil.

El flujo migratorio de venezolanos les permitió infiltrarse en medio de la población y crecer su influencia en todo el continente, llegando hasta Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá.
Esto los ha llevado desarrollar actividades propias del narcotráfico con el Clan del Golfo y luego con Jalisco Nueva Generación en México, y con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El líder del Tren de Aragua es el venezolano Héctor “Niño” Guerrero, quien estaba recluido en Tocorón.
“El 20 de setiembre del 2023, con 11.000 policías y soldados, Venezuela rodea Tocorón y ‘tomó control del penal’, entre comillas, incluidas Cota 905 y el Tren del Llano, entre otras bandas. Pero Héctor Guerrero ya se había fugado con otros cabecillas, antes de la operación”, indicó Boraschi.
Niño Guerrero sigue en fuga, e incluso el gobierno estadounidense ofreció una recompensa de $5 millones por su captura.