El nuevo ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora Cordero, descarta que la reincidencia de reos que dejan las celdas para descontar sus penas en otros sistemas más abiertos sea el disparador de la ola criminal que sufre el país en la actualidad.
“La estadística no lo dice así”, respondió Zamora, de 53 años, en la primera entrevista con La Nación, este lunes, luego de asumir su cargo en el Ministerio Seguridad Pública, el 10 de mayo.
Explicó que su fundamento son los datos, y precisamente, la última información suministrada por el Ministerio de Justicia demuestra que apenas el 6% de reos con beneficios reinciden en delitos contra la vida (81 de 1.318 en los últimos tres años), donde se incluyen homicidios, tentativas de asesinato y lesiones.
Para Zamora, esta severa alza en los homicidios está derivada, en gran medida, de una consolidación de grupos de crimen organizado. Contrario a años anteriores, cuando las bandas eran “más artesanales” y se unían espontáneamente para la comisión de un delito específico, ahora los grupos delinquen en sociedad de forma permanente.
Mucho de esto es provocado por la explosión de droga disponible en Costa Rica, por los excedentes de producción en Colombia que llegan para comercialización local y exportación a Estados Unidos y Europa.
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Por el contrario, su predecesor, Jorge Torres, había aludido que el Poder Judicial es el responsable de la difícil situación que atraviesa el territorio nacional, al alegar que los homicidas que tienen al país con 96 asesinatos más que en el mismo periodo del año anterior, en realidad son personas que han sido capturadas por Fuerza Pública y liberadas por los jueces.
“Es como echar agua a un canasto”, dijo Torres el 12 de enero en el Congreso, al reclamar que delincuentes como los que mataron al joven Marco Calzada en el barrio chino de San José o los que en diciembre mataron a Keylor Gamboa, en barrio Pinto de San Pedro, tenían decenas de pasadas a los tribunales por múltiples delitos y andaban libres.
Hasta el propio mandatario Rodrigo Chaves replicó tal posición en su cuenta de Twitter. “No podemos seguir así. La Policía capturándolos y el Poder Judicial liberándoles de manera inmediata. Hay una crisis que no viene de falta de trabajo del Ministerio de Seguridad. Viene de que hay una puerta rotatoria en las cortes, pareciera”, escribió el 14 de enero.
Casos fortuitos
Sin embargo, el nuevo ministro Zamora opina que no se puede culpar a la reincidencia delictiva de reos de la ola de violencia que hay en este momento. Más bien, señala que se ha generado esa idea en la población por casos muy fortuitos que han provocado mucha alarma ciudadana.
“El tema es que ha habido muchos casos cometidos por personas que salen (de la cárcel) que generan mucha alarma social, es un elemento cualitativo y no cuantitativo, son ejemplos muy emblemáticos que generan terror social. ¿Por qué esa persona está afuera hoy?”, dijo el jerarca, al describir casos como el de un cuidacarros que asesinó a otro en defensa propia en enero.
De hecho, dicho crimen trascendió al ojo público luego de que el entonces ministro Jorge Torres, su viceministro Daniel Calderón y el presidente Rodrigo Chaves pusieran en tela de duda la decisión del juez de dejar al sospechoso libre con tobillera electrónica e intentaran responsabilizar al Poder Judicial de la falta de resultados del Ministerio de Seguridad contra la ola criminal actual.
Lo que sí comparte Zamora son las críticas al Instituto Nacional de Criminología (INC). No por dejar “libres” a los supuestos homicidas que están inflando la cifra de asesinatos en este momento, como en algún momento alegaron Chaves y Torres sin datos en mano, sino por la falta de verdaderos profesionales de la ciencia criminal en esta institución.
“Nos cuestionamos lo siguiente: en el Instituto de Criminología no hay criminólogos. Entonces usted dice, bueno, es como que usted esté enfermo y yo le dé el visto bueno para irse a la casa, siendo yo abogado. Entonces vos vas a decir: ‘¿usted qué me está diciendo?’. Bueno, eso es lo que está pasando, que hay un desfase entre los escenarios de valoración, de si esa persona tiene las condiciones de regresar a la sociedad, entonces creo que ese sí es un aspecto de mejora que tenemos que tener”, dijo.
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Asimismo, criticó fuertemente la labor de la Dirección de Adaptación Social del Ministerio de Justicia y Paz, la cual administra las cárceles. Según él, no ejecuta bien su trabajo para reinsertar a los privados de libertad en la sociedad.
“Nosotros no tenemos un verdadero tratamiento penitenciario. Aunque el sistema se llama Adaptación Social en realidad no tenemos, desde el punto de vista técnico, el tratamiento penitenciario para desactivar las conductas criminales de una serie de personas una vez que quedan en la calle.
“Entonces cuando a mí a veces algunas municipalidades me dicen que quieren Policía Municipal, yo les digo que mejor hagan una bolsa de empleo para las personas que salen de la cárcel y los puedan emplear, o una cancha de fútbol para los jóvenes. Si un municipio hiciera eso haría más por la seguridad que teniendo un policía más.
“Creo que tenemos un reto país de cómo logramos mejorar las condiciones, no solo que no delincan, sino que vuelvan a reincorporarse en la sociedad. Los niveles de estigmatización están aumentando últimamente, entonces, cada vez los que salen tienen menos oportunidades de volver a la vida en sociedad, por la estigmatización. En ese sentido, tenemos que ver de qué manera creamos las vías de reincorporación social de estas personas fuera del mundo de la criminalidad”, manifestó.
Al respecto, el Ministerio de Justicia respondió, por medio de su oficina de prensa, que se referirá hasta que conozca “el contexto” de esta valoración de Zamora, quien tiene plaza en la Defensoría de los Habitantes y fue ministro de Seguridad (2011-2014) durante el mandato de Laura Chinchilla.
El país como caja de resonancia
Para el ministro, las organizaciones criminales, influenciadas por grupos de narcotraficantes mexicanos, son las verdaderas causantes de la ola criminal. Las bandas locales no solo son cajas de resonancia de esa criminalidad internacional, sino que ya importan a nuestro medio prácticas criminales que eran propias de esos carteles, entre ellas el accionar del sicariato, dijo.
Para contrarrestar esa corriente, Zamora está aplicando desde el viernes 12 de mayo una estrategia de seguimiento marcado a los grupos de sicarios que se tienen identificados con el fin de anticipar sus acciones.
De igual manera se está replanteando la estrategia de patrullajes, para que haya más policías en las calles y menos en las delegaciones. Otra meta es volver a los patrullajes de policías a pie, para que la ciudadanía converse con ellos y les exprese de forma directa lo que sienten y lo que conocen de cada barrio.