Caribe sur. Julieta Martínez, una turista argentina con 10 días en el Caribe sur, reconoce que de noche siente temor de salir y procura no caminar sola en Puerto Viejo.
Su visión, muy particular y que no todos comparten, de que la región no siempre muestra su mejor cara, podría resolverse si en la comunidad hubiese una delegación policial o más presencia permanente de oficiales que garanticen la tranquilidad de ticos y de miles de foráneos que disfrutan del mar calmo y azul de aquellos parajes selváticos que engalanan a Limón. Sin embargo, ese reclamo no es nuevo.
Desde el 2000, La Nación informa en sus páginas acerca de la petición de la población del Caribe sur de contar con mayor seguridad en la zona, tanto para sus habitantes como para turistas, tanto nacionales como extranjeros.
Veintidós años han pasado desde entonces y la problemática persiste, según rememoran sus propios vecinos, luego de que tres ataques sexuales durante enero de este año revivieron el tema en boca de activistas, empresarios y hasta las propias autoridades, que reconocen la existencia de una deuda pendiente.
“La presencia policial ha estado buena, pero la necesitamos siempre, porque el puesto policial más cercano queda como a cinco kilómetros, y mientras llegan (los oficiales) se dura bastante. La gente necesita sentirse más segura y por eso es que necesitamos que la vigilancia persista durante todos los días”, afirmó Silver Slack, un instructor de surf de 35 años, nativo de Cahuita de Talamanca, Limón.
Para él, cuanto más seguros se sientan los visitantes, más posibilidad tiene de sostener su negocio a lo largo del tiempo, ya que asegura que vive del turismo. Noticias como las agresiones sexuales a turistas extranjeras, dice, no sirven a la comunidad, debido a que pueden incidir en la visitación a la zona, aunque por ahora solo los mismos costarricenses le han comentado el tema cuando conversan con él.
Además, cuenta que regularmente les recomienda a las personas que contratan sus servicios no dejar las pertenencias expuestas en la playa y tomar precauciones de seguridad básicas.
Yolanda Bertozzi, de Unidas Talamanca, reiteró lo dicho por Silver y dijo que es indispensable la presencia permanente de la Policía y de otras instituciones del Estado, así como una regulación de los tuk-tuk (vehículo motorizado triciclo), tomando en cuenta que en la zona no hay servicio de taxis rojos.
“Necesitamos que los habitantes de acá seamos considerados igual que los del Valle Central; hay una discriminación histórica en la región en todo sentido, porque hemos estado olvidados por el Estado”, aseguró.
Para la representante de este colectivo, que se fundó en el 2018, es fundamental que la zona cuente con una delegación policial en buenas condiciones, porque actualmente los oficiales laboran en condiciones “deplorables” y, según su criterio, para sus labores requieren un ambiente adecuado.
En proceso
Sobre la posibilidad de contar con una delegación policial, el ministro de Seguridad Pública, Michael Soto, aseguró que existe una disposición total de trabajar de acuerdo con las circunstancias; empero, destacó que el desarrollo de una estructura para los oficiales depende de recursos y trámites.
Hace varios meses, reconoció, tienen en Johnny’s Place, en Puerto Viejo de Talamanca, dos contenedores donados por APM Terminals, pero para habilitar en ellos una delegación provisional se pidió ayuda al gobierno de Estados Unidos, y esos trámites están aún en proceso.
“La (delegación) provisional ojalá que esté entre agosto y setiembre de este año; se está haciendo mediante el programa INL (Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos), del gobierno de Estados Unidos, porque nosotros pedimos ayuda con el recurso económico y nos dijeron que sí, pero que se deben sacar permisos a nivel interno en Costa Rica, y también la embajada (de Estados Unidos) debe pedir unos permisos a su país. Pero, según el cronograma, estaría lista este año”, detalló el jerarca.
Sobre la delegación fija en Puerto Viejo, Soto reveló que el Ministerio de Salud les donó hace algunos meses el terreno donde estaba el Equipo Básico de Atención Integral en Salud (Ebáis) viejo de la zona, y ahí se construirá la estructura policial con el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Indicó que la idea es iniciar y finalizar ese proyecto en el 2023, por lo que este inmueble será inaugurado por el nuevo titular de la cartera de Seguridad.
“El tema de la delegación de Cahuita es un poco complejo; se hizo un grupo de trabajo para buscar alternativas”, afirmó.
Soto también prometió que para los días que quedan de su gestión mantendrá la presencia de oficiales en el Caribe sur y que, en su informe final, hará ver una serie de detalles para que le den seguimiento al trabajo que se ha desarrollado hasta ahora.
“Estoy seguro de que la persona que venga va a tener la voluntad, porque es algo que ya va avanzado; es lógico que se debería seguir con esto que estamos desarrollando”, aseveró.
Daniel Calderón, director general de la Fuerza Pública, reafirmó que la presencia policial se mantendrá en la zona por tiempo indefinido y destacó que, con el paso del tiempo, ya se ha venido trabajando en tener más oficiales porque se ha dado un crecimiento de visitantes.
El sentir del turismo internacional
Un equipo de La Nación estuvo en Cahuita el miércoles 26 y jueves 27 de enero y pudo conversar con dos turistas extranjeras, una de Argentina y otra de Noruega, quienes conocen los recientes ataques sexuales a otras visitantes y tienen opiniones diversas sobre los hechos.
La argentina Julieta Martínez contó que tenía 10 días de estar en el Caribe sur y reconoció que ha tenido temor, en especial por las noches.
“Me enteré de las violaciones en Puerto Viejo, en específico del caso de las chicas danesas. Me dijeron que había unos chicos en un carrito que levantaron a las chicas, las violaron y luego las dejaron tiradas. Ahora que estamos en Cahuita me siento más segura, pero no caminaría sola porque me da miedo; al estar con mi novio no me da miedo, pero sola sí”, admitió.
No obstante, dijo que recomendaba Costa Rica, ya que es un país hermoso, rodeado de lindos paisajes y mucha naturaleza, con personas agradables. Eso sí, insistió en andar con compañía.
En tanto, la noruega Mari Vikton contó que el jueves era su segundo día en Costa Rica y ha escuchado las noticias, pero dijo que se siente segura.
“La situación es normal para mí, he estado muchas veces en Costa Rica, cinco o seis veces. Me gusta caminar por la playa con mis perros, no me da miedo”, dijo. Agregó que, al llegar, no le hicieron ninguna advertencia de seguridad ni en el aeropuerto ni en el lugar donde se está hospedando.
Soluciones integrales
José Carranza, empresario del poblado de Cocles, considera que la problemática de seguridad, si bien debe contemplar mayor presencia policial, también debe trabajarse como una solución integral, donde participe la población, los empresarios, los representantes de cámaras y las instituciones de gobierno.
Parte de ese trabajo de la comunidad es el surgimiento del colectivo Unidas Talamanca, el cual busca que las voces de las mujeres sean escuchadas.
Yolanda Bertozzi, integrante del grupo, reconoció que el tema de la atención a las mujeres es vital y destacó que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) ya comenzó a dar atención lunes y viernes, aunque sabe que en el futuro será necesario ampliar ese horario y contemplar, incluso, fines de semana y feriados.
Sobre esto, Marcela Guerrero, ministra de la Condición de la Mujer y presidenta ejecutiva del Inamu, adelantó que van a establecer funcionarias para que laboren de lunes a viernes, con disponibilidad para fines de semana.
“No las vamos a dejar solas (a las mujeres) en un momento en el que creo que hay que consolidar la comunidad y la imagen del país. He hablado con el sector turismo y con personas interesadas en que este sea un destino seguro para las mujeres, pero también para las personas en general.
“Nos vamos a dar la mano con el sector privado e instituciones en este cierre, para dejar lo más ordenado posible para las autoridades que vengan, con el fin de que no tengan que volver atrás. Estamos con un equipo muy calificado de mujeres”, manifestó Guerrero, quien destacó que el tema de las agresiones sexuales no es nuevo, como tampoco lo son sus visitas a la zona, a la que va desde noviembre del 2021.
Róger Sans, presidente de la Cámara de Turismo y Comercio Caribe sur, es uno de los más interesados en fortalecer la seguridad en la zona y, por ello, destacó que ellos participan en diversos programas, como la Red Sofía, Bandera Azul, entre otros.
“Siempre tenemos en las entradas de los hoteles, en las áreas de check–in y en las habitaciones rótulos y guías explicativas con todo tipo de información y avisos para nuestros clientes”, afirmó, e hizo un llamado a las autoridades a atacar también la informalidad en la comunidad.
Asimismo, Sans dijo que luego de los recientes hechos, los han llamado o escrito para preguntar por lo que ocurre, pero hasta ahora eso no ha incidido en la visitación al Caribe sur.
El representante de la Cámara también destacó que el trabajo de diversas fuerzas hace la diferencia y reiteró el llamado de mantener presencia policial permanente.
“Hemos visto más presencia policial, pero no puede ser cosa de un ratito, debe ser presencia permanente, bien gestionada y distribuida en coordinación con fuerzas de la comunidad. Lo que queremos todos es el bienestar y la seguridad de los que vivimos aquí y de quienes nos visitan”, finalizó.
Sans también mencionó que en el sitio web caribesegurocr.org hay diversa información para turistas, tanto nacionales como foráneos.

