Dos funcionarios de APM Terminals sospechosos de introducir 2,3 toneladas de cocaína en contenedor

A los presuntos responsables se les aprehendió en cinco allanamientos simultáneos realizados por la Policía de Control de Drogas (PCD) en barrio Limoncito, Los Cocos, Los Almendros y en el predio utilizado para introducir las drogas en contenedores en Búfalo de Limón, así como en Puerto Viejo de Sarapiquí, Heredia. En apariencia, la propiedad en Búfalo pertenecería a un instituto de ayuda social.

El hecho con que se relaciona a la agrupación, catalogada por Stephen Madden, director de la PCD, como ‘una banda criminal relacionada a una estructura de gran nivel’, ocurrió en setiembre de 2022 cuando los oficiales realizaban inspecciones en la terminal y observaron un tráiler sospechoso que pretendía ingresar a la TCM pero realizó un viraje.

Al abordarlo encontraron 2,3 toneladas de cocaína en un contenedor de fruta con destino a Amberes, Bélgica. En esa ocasión solo detuvieron al conductor, un hombre de apellidos Chacón Hernández. Al mismo tiempo, determinaron que el contenedor fue sustraído de manera ilegal para contaminarlo y posteriormente introducirlo nuevamente en la TCM, administrada por APM Terminals.

Los detenidos de este jueves son un hombre apellidado Solano Rojas, quien fue el que en apariencia sustrajo sin autorización el contenedor y lo llevó hasta el predio en Búfalo, donde lo habrían contaminado para luego acoplarlo a otro camión conducido por otro sujeto de apellido Chacón (que había sido detenido desde setiembre).

Igualmente un hombre de apellidos Romero Vega, que fue el operador de grúa que habría colocado ilegalmente el contenedor en el vehículo que manejaba Solano Rojas, movimiento que no fue registrado ni estaba programado en la operación regular de la TCM. Aún labora como operario en la terminal.

Guevara Masís, extrabajador de una empresa de seguridad privada en la TCM y Wright Phillips, empleado de una cooperativa que ofrece servicios a la terminal portuaria, a ellos dos se les asocia con monitorear el puesto de control de egreso de contenedores y facilitar y permitir la sustracción ilegal del contenedor.

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Desde enero del 2019 y hasta octubre del 2022, las autoridades lograron incautar 144 toneladas de clorhidrato de cocaína, según el informe de decomisos anuales de droga, del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD). La cifra equivale a tres toneladas cada mes.

La gran mayoría de ese estupefaciente no iba a quedarse en Costa Rica para consumo local, pues la intención de los delincuentes era movilizarla por tierra a Centroamérica, México y Estados Unidos, o llevarla a ese último país y al continente europeo en grandes barcos mercantes, en latitudes donde los precios del polvo blanco se disparan.