
Rafael Caro Quintero, uno de los narcotraficantes más poderosos de México en la década de los 80, vuelve a ser noticia tras su extradición a Estados Unidos este 27 de febrero, junto con otros 28 criminales. Entre los extraditados figuran también los fundadores de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales y Óscar Omar Treviño Morales. La operación, coordinada entre México y EE. UU., responde a delitos relacionados con el tráfico de drogas y el crimen organizado.
Este movimiento judicial revive un episodio clave en la historia criminal de Costa Rica: la captura de Caro Quintero en Alajuela en 1985, cuando llevaba una vida de excesos y lujos en el país.
Vida de lujo y encubrimiento en Costa Rica de Caro Quintero

El 17 de marzo de 1985, Rafael Caro Quintero llegó a Costa Rica en un vuelo privado desde México, sin pasar por los controles migratorios. Su llegada al Aeropuerto Juan Santamaría no levantó sospechas, a pesar de que venía acompañado de seis personas, incluyendo a Sara Cosío Vidaurri, una joven de 17 años con la que mantenía una relación sentimental y que posteriormente fue clave en su captura.
Desde su llegada, Caro Quintero y su grupo se instalaron en una lujosa mansión en La Garita de Alajuela, conocida como Quinta La California. La propiedad de 7.757 metros cuadrados, con piscina y todas las comodidades de la época, habría sido adquirida por colaboradores del capo por $800.000.
Además de esta mansión, se le atribuyeron otras tres propiedades en el país, ubicadas en San José de la Montaña, Bello Horizonte de Escazú y Vázquez de Coronado, con un valor total de $1,9 millones de la época.
En esos días, el narcotraficante vivió sin preocupaciones, organizando fastuosas fiestas privadas en discotecas exclusivas y rodeándose de lujos. Se desplazaba por el país en automóviles de alta gama y, según reportes de la época, Cosío Vidaurri llamaba la atención en Alajuela por conducir sola un deportivo rojo marca Toyota.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) determinó que hubo irregularidades en su ingreso al país, pues el controlador de rampa conocía su llegada pero nunca alertó a las autoridades de Aduanas para inspeccionar la aeronave. Este detalle dejó dudas sobre si hubo complicidad de funcionarios costarricenses en su estadía.
La captura que puso fin a su escondite
El 2 de abril de 1985, luego de varios días sin contacto, Sara Cosío llamó a su madre desde Costa Rica para tranquilizarla. Esta llamada fue clave, ya que las autoridades mexicanas intervenían los teléfonos de su familia en Guadalajara. Gracias a esta pista, la Policía costarricense logró localizar a Caro Quintero en Alajuela.
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Dos días después, en la madrugada del 4 de abril de 1985, un operativo policial rodeó la mansión en La Garita. A las 5:45 a. m., los agentes del OIJ ingresaron al lugar. Según los reportes de la época, Caro Quintero y Sara Cosío se encontraban en una cama, con poca ropa, y al ver a los agentes, creyeron que se trataba de un asalto.
Sin ofrecer resistencia, el narcotraficante fue detenido y deportado al día siguiente a México, donde enfrentó una larga condena. Antes de subir al avión del Gobierno mexicano, intentó sobornar a un policía costarricense con $1 millón a cambio de saber quién de la DEA reveló su ubicación en Costa Rica.

Entre los bienes decomisados en su residencia, las autoridades encontraron:
- $300.000 en efectivo
- Joyas valoradas en $1 millón
- Dos vehículos de lujo
- Un arma de fuego con incrustaciones de oro y diamantes
Luisito Comunica visitó el barrio de Caro Quintero
El año pasado, el reconocido youtuber Luisito Comunica visitó Costa Rica y dedicó un video a los barrios más peligrosos del país, entre ellos Barrio Caro Quintero, donde solía estar la mansión del narcotraficante. Actualmente, la comunidad cambió su nombre a Vistas de Santamaría.
*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La información fue proporcionada y revisada por un periodista para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.