A dos meses y medio de que finalice el año, el país registró este lunes 709 homicidios, once crímenes más que en la misma fecha del año anterior. El caso más reciente ocurrió la madrugada de este lunes, cuando un hombre de 60 años fue asesinado de varios disparos en Cañada Sur, San Sebastián.
En ese mismo distrito, una balacera desatada poco antes de la medianoche del sábado culminó con un triple homicidio y, pocas horas antes, se había reportado el asesinato de un hombre de 54 años y un menor de 17 en Moravia.
Entre la tarde del viernes y la madrugada de este lunes, en menos de 72 horas, se reportaron 12 homicidios, según el conteo que mantiene la Unidad de Análisis Criminal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Hace apenas una semana, el director de la Policía Judicial, Randall Zúñiga, explicó que en los últimos 30 días 2,7 personas han sido asesinadas por día en promedio, y que, de mantenerse esa tendencia, el país podría superar el récord de 2023, cuando se registraron 905 homicidios, la cifra más alta desde que el OIJ lleva este tipo de estadísticas, hace 26 años.
Pese a que a inicios de mes se reportaba una cifra menor que la del mismo periodo del año anterior, un repunte de violencia comenzó a evidenciarse desde el fin de semana anterior, cuando siete personas fueron asesinadas en distintas localidades del país.
En ese momento, Zúñiga explicó que el repunte era previsible, ya que responde a un patrón habitual. La violencia tiende a incrementarse hacia el cierre del año, lo cual coincide con el aumento en la producción de cocaína en el sur del continente y el trasiego de droga hacia el norte.
Esto provoca disputas por el control de rutas y puntos de distribución. Además, con el fin de la temporada de huracanes, se intensifica la navegación de embarcaciones que transportan droga. A estos factores se suma una mayor circulación de dinero en las calles y un incremento tanto de la delincuencia común como de los enfrentamientos entre bandas criminales.
Violencia en San José no cesa
La violencia en San José no da tregua. De las siete provincias, la capital lidera la estadística de homicidios, posición que ha mantenido durante la mayor parte del año. Hasta hoy, 243 personas han sido asesinadas, lo que representa 61 crímenes más que en la misma fecha del 2024.
La capital atraviesa una ola de violencia sin precedentes, producto del conflicto entre organizaciones delictivas que luchan por territorio para la venta de droga, principalmente en los barrios del sur.
La información sobre la oleada de violencia incluso llegó a Washington. El pasado 11 de agosto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incluyó a la ciudad entre las más peligrosas del mundo en términos de seguridad.
De acuerdo con las estadísticas del OIJ, Limón es la segunda provincia más violenta, con 143 homicidios, la misma cifra que se reportaba el año anterior. A la provincia caribeña le sigue Puntarenas, con 104 homicidios, 33 menos que en 2024.
La mayoría de los crímenes se cometen con armas de fuego y el 67% se atribuye a venganzas, seguido por riñas. La mayoría de las víctimas tienen entre 18 y 29 años, lo que responde a la tendencia de las bandas criminales de reclutar personas muy jóvenes a sus líneas.
Así lo ha explicado la Policía Judicial en múltiples ocasiones y también lo recalcó a La Nación, en abril pasado, el subjefe del OIJ, Michael Soto.
“La sangre la están poniendo los jóvenes entre los 16 y 30 años, que son los componentes más básicos del grupo”, afirmó entonces.