El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que al menos seis personas murieron en Costa Rica debido al consumo de fentanilo, un opioide sintético también conocido como la “droga zombi” por sus efectos devastadores en quienes lo consumen.
Michael Soto, subdirector del OIJ, explicó que estos casos fueron detectados durante autopsias realizadas en 2023, en las cuales se encontraron rastros de esa droga en 24 fallecidos. Aunque en Costa Rica el fentanilo puede ser suministrado legalmente en centros médicos, se determinó que seis de estos casos corresponden a fentanilo de origen ilegal.
“Son personas que mueren por sobredosis de drogas y, cuando se analizan en nuestro laboratorio los contenidos gástricos o los elementos en sangre, se ha detectado fentanilo que no es de uso médico. Esto significa que el fentanilo ilegal está ingresando al país”, explicó Soto.
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Agregó que, por protocolo, en la morgue se realizan exámenes toxicológicos a cada cuerpo. Cuando se detecta la presencia de esta droga, se inicia una investigación para determinar si proviene de un uso médico autorizado o de un consumo abusivo. Gracias a estos análisis, se estableció que en seis muertes hay fuertes sospechas de abuso de drogas. En dos de estos casos ya se confirmó, mientras que en los otros cuatro la posibilidad es alta, aunque siguen en estudio.
A partir de estos hallazgos, las autoridades analizan el perfil de las víctimas y las circunstancias de su muerte para esclarecer los hechos con mayor precisión.
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El OIJ también investiga el caso de un vendedor de drogas en el Pacífico Central a quien se le decomisó una ampolleta de fentanilo de uso médico. Según las autoridades, este individuo mezclaba el fentanilo con crack y cocaína para potenciar sus efectos y aumentar su nivel de adicción.
Este hallazgo ha llevado a la Policía Judicial a intensificar las investigaciones en las zonas donde ocurrieron los decesos, con el fin de identificar a quienes están distribuyendo esta sustancia, ya sea fentanilo de uso médico mezclado con otras drogas o pastillas de fentanilo sintetizado. Las autoridades trabajan en la creación de una base de datos que permita obtener mayor claridad sobre el problema. Además, el subdirector del OIJ no descarta que esta situación se agrave y que surjan estructuras criminales vinculadas al tráfico de este opioide.

Soto también mencionó que, una vez finalizado el análisis de los casos de 2023, se continuará con los del año pasado, debido a que los exámenes e investigaciones son complejos y requieren un largo proceso.
Amenaza real
El año anterior, Randall Zúñiga, director del OIJ, advirtió en una entrevista con La Nación que el fentanilo podría desplazar a la marihuana y la cocaína como droga de inicio en Costa Rica.
“La tendencia es que el fentanilo desplace a la marihuana y la cocaína. Por eso, en buena medida, estas drogas han bajado de precio. El fentanilo, al generar una mayor adicción y producir un efecto más intenso en los consumidores, podría modificar los patrones de consumo y la lucha contra la criminalidad”, afirmó Zúñiga.
El fentanilo es una sustancia 50 veces más potente que la heroína y hasta 100 veces más fuerte que la morfina. En Estados Unidos, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierte que cada día ocurren al menos 150 muertes por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo, que ha convertido en “zombis” a muchos habitantes de las calles en diversas ciudades.
El problema no solo afecta a Estados Unidos y México, sino que también se ha extendido a otros países de Latinoamérica, donde las organizaciones criminales han comenzado a expandir la distribución de esta droga de manera progresiva.

El 4 de febrero pasado, un allanamiento en un minisúper en Tierra Dominicana, en San José, permitió el decomiso de 20.000 dosis de fentanilo. Según fuentes policiales, cada pastillita tiene un valor en la calle de entre $5 y $10.
Eso significa que, si lo que se almacenaba en plena calle 6, entre avenidas 5 y 7 era de baja calidad, los delincuentes tenían en su poder un alijo de ¢50 millones, pero si el producto era de buena calidad, lo decomisado puede ascender a ¢100 millones. Por este asunto, dos hombres descuentan seis meses de prisión preventiva.
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