La madrugada del pasado sábado, cerca de las 3 a. m., Gustavo Enrique Villalobos Guzmán recibió una de las peores noticias que un padre puede escuchar: su hijo, Gustavo José Villalobos Calderón, de 43 años, había sido asesinado brutalmente, mientras trataba de resguardarse de un ataque armado en una gasolinera en Guayabos de Curridabat, San José.
Él y su pareja sentimental, una mujer de apellido Guzmán, de 41 años, fueron acribillados por tres jóvenes que, en apariencia, los siguieron para robarles el vehículo. Mientras Gustavo José falleció producto de seis impactos de bala, su compañera quedó gravemente herida, pues recibió otros tres balazos.
Ese mismo día, Gustavo tenía previsto ir a ver un trabajo en horas de la tarde. Su vida estaba llena de proyectos y esfuerzos. Era electricista y padre de cinco hijos, tres de ellos menores de edad.
La familia vive un duelo profundamente por la impotencia y la indignación, no solo ante el crimen, sino también por lo que consideran un abandono del Estado en materia de seguridad.

“Se les salió de las manos, ya”
Don Gustavo Enrique no solo está devastado, sino también molesto. En declaraciones brindadas a La Nación, manifestó su enojo contra el presidente Rodrigo Chaves, quien recientemente afirmó en su informe de rendición de cuentas que “Costa Rica es un país más seguro”.
“A mi hijo me lo acribillaron tres chiquillos, por robarle un carro. ¿Cómo va a ser? Y ni siquiera era un súper carrazo. ¿Dónde estaba la ley? Aquí en Costa Rica se les salió de las manos ya”, expresó don Gustavo.

El padre también criticó duramente el discurso presidencial, señalando que “dice lo que a la gente le gusta escuchar”, y calificó que lo único que hace el mandatario es enfocarse en “pelear con otros poderes”.
“Yo soy un hombre que anda descalzo y estoy sufriendo lo que nadie quiere sufrir. Y así está todo el pueblo… Este gobierno lo que hace es pelear con los poderes, y para él todo está bien”, criticó Villalobos.
Esta tragedia se suma a una cadena de pérdidas familiares. El señor Villalobos reveló que hace apenas tres meses también perdió a su hija menor, a quien —según afirma— el sistema de salud desatendió por falta de médicos y recursos.
“¿Qué país estamos viviendo? Mi hija murió porque no había médicos, la descuidaron. Y ahora esto. Me llegaron a las 3 de la mañana a darme la noticia de mi hijo. Es muy duro, muy duro”...
“No se están matando entre ellos”
Por su parte, Bety Traña Obando, madrastra del fallecido, cuestionó con dureza a quienes aseguran que los criminales solo se matan entre ellos, replicando una frase que pronunció el mandatario Chaves durante una gira en Limón, en agosto del 2023.
“¿Cómo se atreve este presidente a decir que se están matando entre ellos? Nuestro hijo era un muchacho trabajador, venía de cerrar su negocio. Tenía que madrugar para ir a ver otro trabajito más. ¿Por qué nosotros tenemos que sufrir este dolor?”
“Ese señor solo hablar de los Arias (Oscar y Rodrigo), de políticos, de fraudes, pero no hace nada por protegernos. Ahora ni siquiera nuestros hijos pueden ir a una heladería sin miedo a que les disparen”.
Gustavo Villalobos Calderón deja cinco hijos, uno de apenas dos años. Su familia intentaba organizar una remodelación en casa, incluso él había dejado dinero para su padre, quien recientemente se lesionó y no ha podido trabajar.
“Todo estaba coordinado. Él me dejó una platica porque sabía que yo estaba herido. Y vea cómo terminó...”, dijo el padre.
Un hombre decente
Adriana Núñez, periodista y expresidenta del Colegio de Periodistas de Costa Rica, expresó su profunda consternación por el asesinato de Gustavo Villalobos Calderón, a quien conoció por su trabajo como electricista. Lo describió como “un hombre decente, trabajador, buen esposo y padre”.
Núñez lamentó la pérdida e hizo un llamado urgente a la ciudadanía, especialmente a las madres costarricenses, para que levanten la voz y exijan al Gobierno acciones concretas frente a la inseguridad.
La periodista fue enfática en responsabilizar al Poder Ejecutivo por la ola de violencia que atraviesa el país.
“Es preciso exigirle al Poder Ejecutivo que enfrente la situación de inseguridad extrema que vive nuestra nación y que lo haga en colaboración con los demás poderes del Estado”, expresó.
Además denunció que muchas familias viven en luto, atrapadas entre la desesperación y la tristeza.
“Todo debe tener un límite”, advirtió.
Hasta este 7 de mayo, el país registra 308 homicidios, tres menos con respecto al mismo periodo del año anterior. Esto significa, según las proyecciones del OIJ, que el 2025 cerrará con cifras cercanas a los 900 asesinatos. Apenas en el 2022, Costa Rica concluyó el año con 656 crímenes de este tipo.
En ese periodo, la tasa de homicidios se elevó de 12,6 por cada 100.000 habitantes, a 17,2, muy lejos de la meta del Gobierno, de bajar la tasa a 9,5 en el 2030.