Un pesquero de 14 metros de largo, denominado Carlos II, llevaba algo más que pescados en sus bodegas y fue detenido este fin de semana e 157 kilómetros (85 millas náuticas), de Quepos, en el Pacífico costarricense.
Luego de una operación conjunta del Servicio Nacional de Guardacostas y el Servicio de Vigilancia Aérea, con apoyo de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), las autoridades decomisaron 76 kilos de marihuana.

De acuerdo con un comunicado del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), en la embarcación con matrícula PQ-8577 viajaban tres costarricenses apellidados Zúñiga Arauz, Barquero Espinoza y Torres Rosales. El último con antecedentes judiciales por homicidio, Infracción a la Ley de Psicotrópicos, lesiones con arma de fuego y receptación.
La acción de los agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GOPES) de Guardacostas permitió ubicar en la proa ocho sacos con marihuana. La droga venía separada en 64 paquetes de un kilo y 24 paquetes de medio kilo cada uno aproximadamente, para un total de aproximadamente 76 kilogramos de marihuana.
“Según indicaron las autoridades del Guardacostas, el trabajo tomó más de 48 horas de inteligencia y más de 24 horas de navegación para dar con el objetivo y llevarlo a tierra, en donde fue importante el apoyo aéreo del Servicio de Vigilancia Aérea y logístico de las Estaciones de Guardacostas de Quepos y Caldera”, informó el MSP.
En esta operación también participaron oficiales de la Policía de Control de Drogas (PCD), de la Unidad Especial de Apoyo (UEA) y la Dirección de Inteligencia y Análisis Criminal (DIAC) de la Fuerza Pública.
Además de la marihuana, a los sospechosos, que quedaron a las órdenes del Ministerio Público, les decomisaron ¢1.155.000 en efectivo.
Desde hace varios años el país se ha visto inundado por los trasiegos de marihuana que ingresan desde el Pacífico colombiano y que compiten, a un precio más bajo, con la droga que, habitualmente llegaba desde el Caribe, especialmente Jamaica.
Apoyo de la DEA
La semana pasada, también con apoyo de la DEA, las autoridades ticas decomisaron 24 kilos de metanfetamina en cristales, dinero en efectivo y tres vehículos, luego de dos operativos realizados en las inmediaciones de Plaza González Víquez, en San José y una vivienda en Guadalupe, Goicoechea. Cinco personas fueron detenidas: un panameño, un nicaragüense y tres costarricenses.
El fiscal adjunto Mauricio Boraschi explicó ese día que el cristal es una droga de bajo costo, pero de altísima potencia adictiva y con graves consecuencias físicas y mentales. “Su consumo excesivo puede causar convulsiones, paro cardiorrespiratorio e incluso la muerte”, advirtió.
Esta droga es comúnmente usada en fiestas electrónicas y que su consumo genera síntomas como taquicardia, sed excesiva y ahogos. “La gente la fuma en pipas, algunos incluso se la inyectan, lo que eleva aún más el riesgo, no solo por la sustancia, sino por la posibilidad de contagio de enfermedades a través de jeringas compartidas”, precisó.

