La operación judicial más grande desplegada en toda la historia de la Fiscalía y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) desarticuló este martes al Cartel del Caribe Sur, considerado un grupo criminal de narcotráfico transnacional, posiblemente el primero detectado en Costa Rica.
Los presuntos cabecillas son dos extraditables: Luis Manuel (Shock) y Jordie (Noni) Picado Grijalba, el primero detenido en Londres y el segundo en Costa Rica, a la espera de que se resuelva su expulsión a Estados Unidos, donde enfrentarían acusaciones por tráfico internacional de drogas.
En los allanamientos de la Operación Traición, las autoridades decomisaron ¢2.000 millones en bienes muebles e inmuebles, incluidos siete condominios de lujo, 40 propiedades y 73 vehículos y embarcaciones. Además, se anotó en el Registro de la Propiedad el Hotel Acapulco, ubicado a la orilla del mar, en playa Piuta, Limón.
¿Qué diferencia al Cartel del Caribe Sur de otras narcoestructuras como la de Alejandro Arias, alias Diablo; Tony Peña Russell o Los Hondureños?
La respuesta implica considerar las características de un cartel transnacional y su capacidad de controlar toda la ruta de la cocaína y la marihuana, desde su origen y hasta su destino final.
Mauricio Boraschi, fiscal adjunto y especialista en narcotráfico, es cuidadoso al establecer que estemos frente al primer cartel de este tipo en Costa Rica. Sin embargo, sí precisa que cumple con varias particularidades o características propias de este tipo de estructuras criminales, en especial, su organización jerárquica absoluta, las capacidades operativas para desarrollar todo el ciclo de narcotráfico por su cuenta es decir compra, transporte, almacenaje, reventa y colocación en América y Europa.
Controlaban un mercado nacional y desarrollaron uno internacional, utilizaban violencia como mecanismo para imponerse ante su propia organización así como en el mercado y legitiman el dinero sucio que ganan, entre otras, explicó
A diferencia de otros grupos que tercerizan parte de estas acciones, el Cartel del Caribe Sur podía ejecutarlas todas.
Michael Soto, subdirector de la Policía Judicial, respondió que este grupo es el primero de estas dimensiones que se estudia en nuestro país.
“Tiene contactos internacionales en el sur del continente, en Estados Unidos, en Europa, tienen la facción violenta, la tecnología, los recursos son abundantes mediante legitimación de capitales.
“Estamos diciendo que es el principal distribuidor de marihuana, y cocaína para el mercado interno costarricense, es decir, todos los otros delincuentes que nos causan violencia aquí mismo en Limón, en Pococí o en la capital, este grupo era el que abastecía no era un asunto de narcomenudeo, sino un tema a gran escala”, declaró horas después de que se ejecutaran 66 allanamientos en Limón, Puntarenas, Alajuela, Cartago y San José y se detuviera a 28 personas.
Se trata, en su mayoría, de mandos medios de la organización, incluidos presuntos traficantes de drogas y armas y posibles blanqueadores de capitales. Entre ellos, la suegra de Shock, identificada como Anita McDonald, exdirectiva del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura y una hija de ella, de apellido Crawford, de 20 años.
En fuga hay 16 personas más, entre ellas, Karla Picado Grijalba, hermana de los cabecillas y otro familiar. Las imágenes de 15 hombres y una mujer fueron divulgadas en horas de la noche por el OIJ, para pedirle a la población que colabore con su localización.
Tampoco se descartan capturas internacionales.

Una cadena de causas abiertas
Desde que se empezó la investigación en su contra, en el 2022, las autoridades abrieron 14 investigaciones asociadas y les decomisaron 5 toneladas de cocaína y 4,5 toneladas de marihuana.
Parte del control de la ruta marítima de sur a norte del continente implicaba transar cocaína por marihuana jamaiquina de alta calidad. De esa manera, en un mismo viaje traían la cocaína que reexportaban a otros países y la coca y la marihuana para abastecer al mercado local.
Fuentes allegadas a la investigación confirmaron que este cartel, además, tenía operaciones en isla Chira, lo que confirma la expansión de narcos del Caribe al Pacífico, lo que les permitía tener control de las rutas marítimas en ambos océanos.

El OIJ detalló que en el curso de la investigación participaron cuerpos policiales de Colombia, Panamá, España, Reino Unido, Estados Unidos y Francia, lo que permitió rastrear la actividad del grupo en distintas rutas del narcotráfico regional.
La operación se originó tras la masacre ocurrida en Matama de Limón en marzo del 2022, donde murieron ocho hombres, entre ellos Danny Hernández Fernández, alias Ratón.
Se presume que su muerte facilitó el ascenso de Shock en el control del narcotráfico en la región, utilizando los servicios de Tony Peña Russell y sus sicarios. Por eso el caso se conoce como Operación Traición.
Esta investigación sigue a cargo de la Fiscalía Adjunta Especializada en Delincuencia Organizada en conjunto con la Sección Especializada contra la Delincuencia Organizada del OIJ. Ambos grupos desplegaron a 1.200 funcionarios judiciales, entre agentes, fiscales y jueces.




