Como lo hacía cada día, la mañana del miércoles, Víctor Redondo Jiménez se dirigía a su trabajo, al que le dedicó la mitad de su vida. Era camionero. Sus familiares lo recuerdan amable, pendiente y siempre con una sonrisa.
Las agujas del reloj marcaban las 9:41 a. m. cuando, montado en su motocicleta —su transporte favorito—, hacía el alto en el cruce conocido como Doña Lela, en San Miguel de Santo Domingo de Heredia, sobre la ruta 32.
Virar lo llevaría finalmente a su destino diario. Sin embargo, Víctor fue impactado por un camión que, presuntamente, perdió sus frenos y, pese a pitar desde varios metros antes, a su paso, colisionó seis vehículos livianos. Un estruendo fuerte seguido por latas crujiendo sobre el asfalto, fue lo que escucharon testigos que estaban en las cercanías del lugar.
“La mitad de mi corazoncito, se lo llevó”, lamentó su hermano, Juan Carlos Redondo.
Además de los vehículos que el camión arrastró a su paso, un pick-up que fue empujado por el tráiler colisionó con otro automóvil. El conductor del pick-up es el oficial de Tránsito Rafael Arley, destacado en la Delegación de San José, quien en ese momento se encontraba fuera de servicio.
El impacto dejó un saldo de seis personas heridas, tres de ellas en condición crítica. Las piernas de Víctor quedaron aplastadas por el contenedor del tráiler que volcó y cayó de costado.
Dos grúas privadas ayudaron a liberarlo y fue llevado a un centro médico, donde falleció el jueves 30 de abril poco antes de que cayera el sol. Víctor tenía 50 años y era padre de tres jóvenes de 23, 14 y 13 años. “Como hermano, excelente hermano; como amigo, lo máximo; como padre, excelente padre. Era un hombre trabajador”, agregó Juan Carlos.
Desde que tenía 25 años comenzó a trabajar como caminero. Ir a bordo de amplias cabinas y maniobrar sus características marchas, le resultaba apasionante. “Él era feliz en los camiones”, rememora su hermano. No es casualidad que 25 años de su vida los haya dedicado a ello.
Su pasión se extendía también a las motocicletas. Juan Carlos, cuenta que ese era su verdadero hobby. “Eran los clubes de motos (a lo que le gustaba ir), iba los fines de semana, entre semana, a donde lo invitaban, él iba”, recordó.
Juan Carlos cuenta que recibía una llamada de Víctor con frecuencia; él siempre quería saber cómo estaban sus allegados y conocer si necesitaban ayuda. Así, asegura, era también con sus primos.
“Lo queríamos mucho, él siempre estaba cuando nosotros lo necesitábamos”, agregó.
Guillermo Hernández Vargas, policía de Tránsito que atendió la escena, detalló que el chofer del tráiler fue sometido a una prueba de alcoholemia, la cual resultó negativa. La cabina del tráiler que conducía quedó a un lado de la carretera.
De entre los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Costa Rica tiene la tasa de muertes en carretera más alta, con 18 fallecidos por cada 100.000 habitantes, seguido de Colombia con 16 y Estados Unidos con 12.
Roy Rojas, director de Proyectos del Cosevi explicó a La Nación que, tal como sucede en la mayoría de países, en Costa Rica las muertes entre los conductores de motocicletas son el principal disparador de la tasa de mortalidad en accidentes de tránsito.
Colaboraron en esta información: Yeryis Salas, Yiren Altamirano, Juan Fernando Lara y Patricia Recio.