“Mario”, de doce años, se alistaba para ir a dormir este miércoles pasadas las 10 p. m., cuando ráfagas de balazos alteraron el silencio en Copan de Alajuela. De inmediato, tal cual se lo enseñaron en la escuela, el niño se tiró al piso hasta que el peligro pasó.
Tristemente para Mario, su familia y los vecinos de esta pequeña barriada, ubicada al noroeste del aeropuerto Juan Santamaría y a tres kilómetros del centro de Alajuela, aplicar ese protocolo de seguridad parece ser la constante.
El miércoles, según consta en las grabaciones de cámaras de seguridad, se escucharon decenas de detonaciones.
El violento incidente ocurrió en la calle principal de Copan, cuando, al parecer, cinco integrantes de una familia que iban en un vehículo fueron emboscados por gatilleros. Cuatro de ellos resultaron gravemente heridos, y requirieron el traslado urgente al Hospital San Rafael.
Los heridos son una mujer y su hijo y dos jóvenes más. Resultó ileso un hombre, pareja de la mujer, quien se presume era el objetivo del ataque.
La magnitud del tiroteo fue tal que varias balas perdidas impactaron vehículos estacionados en la zona, como ocurrió con el microbús de un vecino que se encontraba afuera de su casa.
La madre de Mario, quien prefirió mantener el anonimato por razones de seguridad, relató el aterrador momento y resaltó la rápida reacción del menor.
Para ella, el clima de inseguridad ha transformado la vida de los habitantes del barrio. Muchos optan por permanecer en sus casas para evitar exponerse a la violencia.
Según la misma vecina, la comunidad ha presenciado numerosos homicidios en los últimos años, perpetrados por individuos conocidos en la zona que, por miedo, rara vez son denunciados.
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“En el pasado, el problema era un grupo de jóvenes conocido como Los Teletubbies, que se dedicaba a delinquir, incluso en San José. Ahora, el problema ha escalado: la venta de drogas y las disputas entre grupos organizados han convertido la zona en un campo de batalla”, lamentó.

Balazos para probar armas
Las balaceras han aumentado, impulsadas por la lucha territorial entre bandas dedicadas al narcomenudeo. Pero la violencia no se limita a estos enfrentamientos: los robos son frecuentes y las peleas callejeras protagonizadas por adictos ocurren a menudo. Además, aquellos que no pagan sus deudas con vendedores de droga son brutalmente golpeados en plena luz del día. Los asaltos a visitantes también son comunes.
“Muchas de las detonaciones que escuchamos ni siquiera son enfrentamientos, sino personas probando sus armas en el parque”, aseguró la mujer.
Los vecinos también han notado la presencia de hombres armados apostados en las esquinas.
“Si regresas tarde de una actividad familiar, ellos reconocen los carros de los vecinos y no les hacen nada. Pero si ven un auto desconocido, lo rodean, apuntan con sus armas y exigen saber quiénes son y qué hacen aquí. Esto nos ha pasado ya dos veces con familiares cercanos que han venido a visitarnos. Nos escoltan hasta la casa del vecino que no corre peligro, pero intimidan al resto para asegurarse de que no vuelvan”, relató.
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Violencia creciente en Alajuela
Alajuela ha experimentado un aumento alarmante en la violencia. En lo que va del 2025, la provincia registra 15 homicidios, el triple de los ocurridos en el mismo periodo del año anterior.
Este clima de inseguridad transformó las rutinas de las familias. Las salidas nocturnas han quedado restringidas y muchos padres prefieren acompañar a sus hijos hasta la escuela o el colegio, ambos ubicados en la comunidad, por temor a que sean víctimas de la violencia.
La escalada de violencia también cobró la vida de un joven inocente de 18 años, recién graduado del Colegio Redentorista San Alfonso, quien apenas empezaba a estudiar ingeniería industrial, pero fue atacado en la vía pública por un hombre que le disparó en el pecho sin mediar palabra. Falleció antes de llegar al Hospital San Rafael, en el cantón central.
Balas de alta penetración
En el contexto de las frecuentes balaceras en zonas como Copán, Alajuela, las armas de fuego de calibre 9mm son una de las opciones más utilizadas por los sicarios, dada su efectividad y penetración. Mynor Araya, criminólogo y exagente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), especializado en armas y tácticas especiales SWAT, explicó los peligros asociados a este tipo de munición, sus alcances y la capacidad de daño que puede generar.
Araya señala que este tipo de munición es especialmente versátil, ya que puede ser utilizada en pistolas, subametralladoras y otras armas. Su diseño con “punta ojival roma y su carga pesada la hacen ideal para quienes buscan un proyectil de alta penetración, capaz de atravesar no solo cuerpos humanos, sino también vehículos y otras superficies”.
El experto añadió que, dependiendo de las condiciones y el ángulo de disparo, el alcance efectivo de la munición 9mm es de aproximadamente 50 metros. En una subametralladora, este alcance puede extenderse hasta los 100 metros.
El criminólogo también acotó que, dependiendo de las condiciones y el ángulo de disparo, el alcance máximo efectivo puede llegar a ser mucho mayor. A un ángulo de 30°, la bala puede alcanzar una distancia de entre 2.300 y 2.500 metros antes de perder velocidad por completo, lo que implica un riesgo considerable de daño en largas distancias.
“Esta munición, incluso cuando se utiliza en situaciones de combate a larga distancia, puede ocasionar graves daños colaterales”, advirtió el criminólogo.
En un escenario de crimen violento, es común que las balas de 9mm perforen vehículos y ocasionen daños humanos colaterales a distancias que pueden llegar hasta los 2.500 metros.
Finalmente, Araya subrayó la importancia de un manejo responsable de las armas de fuego, señalando que “no cualquiera debe utilizar un arma de fuego, ya que es la ignorancia la que, por lo general, mata o te lleva a la desgracia.”