
Una educadora de 43 años, identificada como María del Milagro Peralta Ajoy, fue asesinada la noche de este viernes, al recibir múltiples heridas con arma blanca. El principal sospechoso del crimen es su expareja sentimental.
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El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) reportó que el hecho ocurrió a eso de las 11:40 p. m., en el Barrio el Carmen de Nicoya, a muy pocos metros de la sede de ese cuerpo policial.
Según el relato que dio un vecino a las autoridades, escuchó gritos de ayuda que provenían de una vivienda cercana, por lo que acudió a la delegación de la Policía Judicial. Un agente acompañó al vecino hasta la casa pero ya no escuchó nada, por lo que el hombre ingresó y encontró en un cuarto el cuerpo de la ofendida, que tenía heridas en brazos, hombro, pecho y cuello.
Segundos después, otro habitante de la zona alertó a las autoridades sobre la ubicación del presunto autor del femicidio.
Fue así como oficiales de la Fuerza Pública ubicaron en otra vivienda de los alrededores a un hombre de apellidos Sánchez Santana, quien es el excompañero sentimental de la fallecida. Al momento de su captura, tenía las manos ensangrentadas.
Trascendió que la pareja se separó en julio anterior, pero el sospechoso de 49 años y oriundo del cantón de Santa Cruz se mantuvo en la zona en donde estaba en contacto con la víctima.
El imputado permanece a la orden de la Fiscalía de Nicoya.
Doloroso despertar de sábado
María del Milagro era madre de una joven de 23 años y abuelita de una niña de dos años. Era maestra de inglés en la escuelas Anselmo Gutiérrez Briceño, en Quirimán de Nicoya y Cacique Nicoa ubicada en el centro de ese cantón.
Sus familiares no tardaron en escribir sus condolencias en redes sociales. Su tío, Elbert Peralta reflejó con sus palabras la tragedia que vive la familia: “Por favor no nos pregunten como pasó. Solo déjennos vivir éste terrible dolor. Hoy mi sobrina bella Mily Peralta Ajoy nos fue arrebatada. ¡Cuánto te amo! Pero aquí estamos su hija, nieta, hermanos, sobrinos, toda esta familia hoy muy dolida. No me atrevo a preguntarle a Dios nada", publicó en su cuenta de Facebook.
Otra persona identificada como Juanky Fonseca también manifestó: “¡Duele tu partida Mily! No fue la mejor manera de regresar a casa. Dios te reciba con los brazos abiertos y que se haga justicia”.

Mily, como le decían sus allegados, también era prima de la diputada guanacasteca Melina Ajoy Palma, del partido Unidad Social Cristiana.
“No existen palabras que puedan aliviar el inmenso dolor que sentimos la familia por la pérdida de nuestra prima Mily.
“Su historia no es solo una cifra en las estadísticas, es un rostro, un nombre, una vida que fue amada por su familia y a la que le fue robado el futuro. Su memoria y la de muchas mujeres será el motor para seguir adelante, exigimos justicia y un país donde seamos libres y seguras”, publicó la congresista en su perfil de Facebook.
Una cifra que sigue subiendo
Con este caso, el país ya registra 27 femicidios, tres más que en la misma fecha del año anterior. A cuatro meses de que finalice el año, dicho número ya supera las cifras del 2019 (17), 2021 (20) y 2022 (26).
En un reportaje publicado apenas este jueves en La Nación, Isabel Gamboa, doctora en Estudios de la Sociedad y la Cultura, de la Universidad de Costa Rica (UCR), sostuvo que el femicidio es un fenómeno complejo y aseguró que la cifra crece en gran medida porque este tipo de violencia no incomoda lo suficiente. Para ella, no parece ser “insoportable”, “espantosa” o “imperdonable”. Por el contrario, se ha normalizado.
“Las mujeres somos víctimas no inocentes. Para que una sociedad se conmueva frente a un agravio contra alguien, ese alguien tiene que ser considerado inocente y no los somos culturalmente hablando”, explicó.
De ahí, según dice, se reflejan concepciones mucho más profundas y arraigadas en la sociedad, que continúan responsabilizando a la mujer luego de su muerte, cuando en realidad, el único culpable debería ser quien arrebató la vida.