
Cinco sospechosos de asesinar a Randall Jesús Soto Rojas, guarda de seguridad de la agencia del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) en Río Frío, Horquetas de Sarapiquí, están próximos a afrontar la sentencia.
La Fiscalía de Sarapiquí solicitó la noche del jueves 42 años de prisión en contra de los cinco imputados en un juicio que se desarrolla en los tribunales de Goicoechea y que al menos siete veces ha sido suspendido por diversos motivos.
Los sujetos de apellidos Gómez Céspedes, Rodríguez Céspedes, Serrano Cerdas, Velásquez Pérez y González Solís fueron detenidos por la Fuerza Pública poco después de que intentaron asaltar el banco y mataron al vigilante, de 24 años.
Con ellos también cayó un menor de 17 años, de apellido Villalobos, quien ya descuenta prisión, tras acogerse a un proceso especial abreviado.
Falsos clientes
Los hechos ocurrieron el 12 de octubre del 2020 a las 9:15 a. m., cuando los acusados Gómez y Rodríguez se presentaron a esa sucursal simulando ser clientes. Una vez dentro del local, le avisaron al resto de sospechosos que solo había un guarda de seguridad, haciendo referencia a Soto Rojas.
Luego del aviso, los otros sospechosos llegaron a la puerta y empezaron a disparar contra el oficial, quien falleció en el sitio luego de recibir 21 balazos en la cabeza, tórax, abdomen, dorso, brazos y pierna izquierda.
Al parecer, los sospechosos intentaron ingresar al área de cajas; sin embargo, alguien activó algún tipo de alarma, se bloquearon las puertas de las bóvedas y ante la confusión entre los asaltantes, determinaron huir sin apoderarse del dinero.
Cuatro sujetos huyeron en dos motocicletas y fueron atrapados por oficiales de la Fuerza Pública en una barriada de la Rita de Pococí, Limón, ubicada a unos 10 kilómetros de la sucursal.
Al revisar los videos de seguridad se detectó la participación de los dos falsos clientes, quienes habían permanecido dentro del banco luego de la balacera, para evitar sospechas.
La compañera sentimental del guarda, Gisella Marín Castro, actual querellante en el juicio, lamentó aquella vez que a Randall Soto en ningún momento le dieron chaleco antibalas y que lo hubiesen dejado como único oficial de la firma Grupo Corporativo Alfa, a cargo de la seguridad bancaria.
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Soto tenía tres meses destacado en esa sucursal, pues anteriormente estaba como guarda en la Clínica de Río Frío, pero lo trasladaron.
El hombre era oriundo de San José, vivía en unión libre y no tenía hijos.
El caso seguido en contra de los adultos corresponde al expediente 20-000750-0076-PE y la causa tramitada por penal juvenil es la 20-000751-0059-PE.