Un hombre de 36 años, detenido la semana pasada en Medio Palo, Volcán de Buenos Aires, quedó con tres meses de prisión preventiva. Al sujeto, de apellidos Moya Picado, se le capturó por narcotráfico; sin embargo el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) podría relacionarlo con la masacre de seis personas ocurrida el 17 de octubre del 2021.
La Fiscalía de Buenos Aires solicitó dejar tras las rejas a Moya, luego de que el 28 de abril pasado esa entidad dirigió un allanamiento antidrogas desarrollado por el OIJ en el que se le detuvo por venta de crack y marihuana. Se le decomisaron varias dosis de esas drogas y dinero que habría obtenido por la ilegal actividad.
Según Walter Espinoza, director del OIJ, existe la posibilidad de que una parte de los bienes sustraídos de la vivienda donde sucedió el homicidio de un finquero estadounidense y cinco personas más, hubiesen sido canjeados por drogas en la casa allanada.
El jefe policial agregó que, al parecer, vecinos de Buenos Aires de Puntarenas serían los que perpetraron el homicidio múltiple más grande del año pasado y uno de los más graves de las últimas décadas.
En el allanamiento no se encontraron bienes del norteamericano, que sirvieran a la Policía Judicial para establecer la relación con el asesinato de las seis personas, pero en caso de que eso llegue a comprobarse, a Moya se le podría ampliar la acusación que actualmente afronta por infracción a la ley de psicotrópicos.
En el asesinato que se investiga perdieron la vida Stephen Paul Sandusky, estadounidense de 61 años, César Mauricio Quesada Cascante, de 44 años, su esposa Claudia Alina Villarevia Rivera de 41 y el hijo de ambos Daniel Mauricio Quesada Villarevia de 20. De igual forma, los ladrones mataron a Susan Anyelic Zúñiga Rodríguez, de 40 años y a Willy Alfredo Borbón Muñoz de 38.
Sandusky era el dueño de la finca de 104 hectáreas y de la casa de 150 metros cuadrados donde ocurrieron los hechos. El foráneo había contactado a su mecánico, César Quesada, para que le reparara una maquinaria.
Aquel domingo, Quesada llegó a la finca con su esposa Alina, quien laboraba como docente y su hijo Daniel que también era mecánico. Además de ellos, los otros dos fallecidos fueron una pareja de amigos del mecánico que le acompañaron a la propiedad.
A todos los sorprendió un grupo armado de asaltantes que ese día llegaron por los bienes de Sandusky. Para lograr ese objetivo mataron a todos los presentes. Los cuerpos de dos varones estaban quemados, Las dos mujeres presentaban disparos en la cabeza, al igual que otro de los hombres a quien, además de dispararle, intentaron quemarlo con acelerantes y lo taparon con unas llantas. El último de los asesinados apareció a 100 metros del resto de víctimas y tenía varios disparos en su cuerpo.
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