
Un ingeniero forestal del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) figura como acusado de cometer seis delitos ambientales y otro de incumplimiento de deberes por, presuntamente, propiciar los trabajos para desviar una quebrada y con ello, drenar y secar un humedal.
La imputación de cargos la confirmó la oficina de prensa del Ministerio Público, que añadió que se trata de un único sospechoso de apellidos Murillo Masís, de 62 años, y que el proceso se tramita en el expediente 17-200733-0413-PE.
Los hechos que dieron paso a la apertura del caso ocurrieron en el 2017, cuando supuestamente se afectó el cauce de Quebrada La Mula, la cual pasa por un terreno del Instituto de Desarrollo Agrario (Inder) y que, además, es colindante con el Parque Nacional Palo Verde y con una finca dedicada al cultivo de caña de azúcar, propiedad de Azucarera El Viejo.
El área afectada se encuentra en la comunidad de Tamarindo, del cantón de Bagaces, provincia de Guanacaste.
La Fiscalía de Cañas acusó a Murillo y pidió la apertura a juicio. Según la oficina de prensa del Poder Judicial el expediente fue puesto en conocimiento del Juzgado Penal de Liberia, el cual señaló como fecha para realizar la audiencia preliminar, el 15 de noviembre, a las 8 a. m.
Murillo, consultado por La Nación, rechazó los cargos y argumentó que los presuntos daños que le atribuyen forman parte de unos trabajos que fueron hechos, más bien, para rehabilitar antiguos canales aterrados por la actividad agrícola.
“La historia es larga, pues dentro del parque se hicieron muchas cosas que estaban establecidas por el Tribunal Ambiental, ante una denuncia por contaminación producto del distrito de riego. Los trabajos fueron aprobados por el Sinac. Mi relación con el caso es que yo era el coordinador del proyecto humedales pagado por Naciones Unidas. A mí me tocaba la supervisión.
“Al final quedaban más de dos kilómetros en el límite del parque y Hacienda El Viejo, en un cauce que por más de 50 años, por el uso de la ganadería, los sembradíos de arroz y la caña, se había perdido. El proyecto iba orientado a rehabilitar la estructura original”, alegó el funcionario.
Por su parte, el Sinac comunicó que debido a este proceso judicial, Murillo fue sustituido de sus funciones y trasladado a otro puesto. Asimismo, se comunicó que luego de una investigación preliminar, se ordenó abrir un procedimiento interno.
Lugar donde ocurrió daño ambiental
Los trabajos se hicieron en Quebrada La Mula
FUENTE: Expediente 17-200733-0413-PE || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.

Caso inició con aviso anónimo
Esta investigación comenzó el 22 de abril del 2017, cuando a la plataforma del Sistema Integrado Para Trámites de Denuncias Ambientales (es el número 1192) ingresó una alerta que detallaba que en terrenos colindantes del Parque Nacional Palo Verde, desde tres días antes, dos tractores y una draga trabajaban barriendo la vegetación para drenar y canalizar un humedal.
Los guardaparques del Sinac, Wilberth Quesada Valverde, Daniel Gutiérrez Ruiz y Minor Cárdenas Rojas, al hacer la inspección constataron, según un informe entregado a la Fiscalía, que al llegar “escucharon los tractores que trabajaban, excavando el cauce de Quebrada La Mula, que es un afluente que forma parte del humedal denominado Corralillo”.
En el documento los funcionarios policiales explican que en el sitio obligaron a los operadores de las máquinas a paralizar las labores.
Respecto a los daños encontrados señalaron: “En el curso del cauce de Quebrada La Mula la distancia afectada con los trabajos realizados es de 2,5 kilómetros. 1,8 km se ubican dentro de la finca propiedad de Azucarera El Viejo y los restantes 700 metros corresponden a terrenos estatales inscritos a nombre del Inder, conocidos como Reserva lote 7″.
Los guardaparques hicieron ver que el canal de la quebrada se amplió. En partes tenía un ancho de 14 metros y en otras de 42 metros.
También observaron que había remoción, raspado, dragado y profundización del piso del cauce de la Quebrada La Mula en todo su recorrido y que fue eliminada la vegetación propia de humedales como es la typha, arbustos de palo verde, zarza, platanillo y gramíneas.
En el informe se dice además, que a lo largo de los 2,5 km hay acumulación de materiales, como tierra, sedimentos, vegetación, troncos y raíces y que el cauce natural de la quebrada fue desviado por un trecho de 200 metros.
“La ruptura hecha con un tractor de oruga a un muro del canal de alivio del Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara) provocó la inundación con aguas contaminadas, producto de los residuos químicos de los riegos en las zonas agrícolas bajas de Bagaces, en un trayecto de 2 km del cauce modificado de la quebrada”, señaló el documento.
Según la denuncia los trabajos se realizaron sin el permiso de ninguna institución estatal.
Los encargados de la finca Azucarera El Viejo, dijeron a las autoridades que los trabajos se habían realizado presuntamente con “el aval, apoyo y seguimiento de un funcionario del Sinac de apellido Murillo”.
Testigos aportados al proceso judicial dijeron que tanto en reuniones como en una gira que se hizo, Murillo, aparentemente, les explicó que existían un reglamento y un decreto del Parque Nacional Palo Verde, para manejar los humedales y que esas regulaciones les autorizaban y permitían realizar las obras sobre el cauce de Quebrada La Mula.
Según el Ministerio Público en este caso se presume que el imputado “desvió el cauce de una quebrada, con lo que, en apariencia, extrajo y destruyó vegetación, invadió el área de protección, drenó y secó las áreas de humedal existentes en dicha zona y, finalmente, habría arrojado al cauce aguas residuales y contaminantes provenientes de los cultivos colindantes”.
Los hechos descritos podrían ser encasillados en los presuntos delitos de usurpación de agua, invasión de área de protección hídrica, destrucción de vegetación en las áreas oficiales de protección, drenaje de humedales, arrojar sustancias o desechos en cuerpo de agua, daños agravados y finalmente en un incumplimiento de deberes.
Palo Verde en breve
El Parque Nacional Palo Verde se ubica entre los ríos Bebedero y Tempisque. Está a unos 30 km al oeste de la ciudad de Cañas y tiene una extensión de 24.519 hectáreas.
Este sitio está protegido pues tiene pequeños remanentes de bosque seco tropical y sus humedales, estacionales y permanentes, forman parte de un conjunto de pantanos, lagunas, esteros, ríos y arroyos de la llamada cuenca baja del río Tempisque.
Es considerada una de las áreas más importantes de América Central para la reproducción y alimentación de una gran cantidad de especies de aves acuáticas, tanto migratorias como residentes, algunas especies en peligro de extinción.
Además, ostenta la nominación como Sitio Ramsar, es decir, tiene humedales de importancia internacional.
