
El médico Johan Ching Jiménez, condenado el 17 de febrero del 2021 por secuestro y homicidio, apeló la pena de 45 años que le dictaron por ese caso, donde fallecieron el pescador Elvis Rosalio Alvarado González y su sobrino adolescente.
Un nuevo debate programado para el 21 de noviembre anterior no se inició porque la representante del Ministerio Público, Marybeth Chinchilla, presentó una actividad procesal defectuosa, al considerar que más allá del juicio de reenvío que ordenó el Tribunal de Apelación, lo que corresponde valorar es la fijación de la pena.
Poco después de emitida la sentencia, Gustavo Chang, defensor del médico, apeló la condena. El recurso fue acogido de manera parcial por el Tribunal de Apelación de Goicoechea, integrado por por los jueces Alfredo Araya, Giovanni Mena y Rafael González.
Ese tribunal ordenó un juicio de reenvío en el Tribunal Penal de Limón donde se conociera, de forma exclusiva, si hubo responsabilidad del médico en la muerte de los dos secuestrados. El Tribunal dejó claro que en todo lo demás permanece incólume lo resuelto en contra de Ching, es decir, sigue en pie la condena por los dos delitos de secuestro extorsivo, según consta en la resolución N.° 2021-1810, la cual anula la pena de 45 años fijada inicialmente.
De esta forma, la defensa del médico Ching, quien laboraba en el Hospital Tony Facio, busca desmarcarse de los dos homicidios, alegando que no se pudo establecer durante las pesquisas que su cliente participase de esas muertes, lo que incidiría en una reducción de la pena máxima que se dictó en su contra.
De momento, no se tiene la nueva fecha de señalamiento para el debate de revisión o reenvío, que inicialmente fue asignado a los jueces Alexánder Castillo, Idelfonso Saborío y la jueza Peany Stynze.
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Ojos Bellos fue autor intelectual
Los cuerpos del pescador y su sobrino aparecieron en una fosa clandestina en una finca de 2.000 metros cuadrados, propiedad del médico Ching, situada en Río Banano de Matama. Una banda delictiva, de la que el galeno era parte, recibió condenas de 45 años para cada uno de sus integrantes por esos hechos, según la sentencia dictada el 17 de febrero del 2021.
Este grupo era dirigido por Dinier Estrada Jiménez, alias Ojos Bellos, reconocido delincuente de Limón, quien desde el centro penal donde descontaba cárcel, ordenó el secuestro de Elvis Rosalio Alvarado y del menor de 17 años.
Además de condenar a Ojos Bellos y al médico, los jueces le impusieron el mismo castigo al hermano de Ojos Bellos, identificado como Greivin Estrada Sanarrusia, a Anderson Brenes Ramírez y a Jossi Córdoba Torres.
Tras analizar el caso y el perfil de las víctimas, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) determinó que la banda buscaba extorsionar a sus familiares, a quienes exigían ¢200 millones por la liberación. La familia solo pagó ¢7 millones, dinero que fue repartido entre todos los miembros de la agrupación delictiva, incluido Ching.
El secuestro del pescador ocurrió el 5 de mayo del 2018, cuando circulaba en un vehículo con su sobrino por el barrio La Colina. De repente otro carro los colisionó y, al detenerse, al menos diez individuos salieron de tres autos y se los llevaron, según una estrategia que habían fraguado desde tres meses atrás.
Las intervenciones de comunicaciones telefónicas y resguardo de mensajes, permitieron al OIJ corroborar cómo se realizaban los planeamientos para el secuestro, cuyas víctimas escogía Ojos Bellos, con el fin de obtener dinero por el rescate y luego darles muerte, para no arriesgarse a ser detectados y así seguir impunes.
La banda conseguía armas de fuego, reclutaba personas, distribuía acciones, cumplía vigilancias, estudiaba a las víctimas y buscaba lugares para el cautiverio de las personas secuestradas.
La participación del médico
A partir del registro de llamadas se corroboró como en abril del 2018, el doctor Ching, quien era pareja de una hermana de la compañera sentimental del líder, mantuvo comunicaciones con cuatro de los miembros del grupo criminal y estableció vínculos más allá de ser un simple arrendador de la finca.
Su participación consistió en suministrar y brindar el sitio de cautiverio para el secuestro de los ofendidos y la exigencia del dinero.
El lugar suministrado por Ching, de 31 años, permitió a la organización el resguardo de las personas secuestradas y la exigencia de dinero. El sitio garantizaba discreción, seguridad y protección. En esa finca se asesinó a las víctimas, se construyó una fosa en la que fueron sepultados, e incluso se realizaron quemas de las ropas y bienes, sin que terceras personas pudieran advertir lo acontecido en el lugar.
Las intervenciones telefónicas también permitieron determinar que dos días antes del secuestro, dos integrantes de la banda compraron gasolina y gasas plásticas en una tienda. Esas mismas gasas fueron utilizadas para amarrar y asfixiar a los secuestrados.
El hallazgo de los cuerpos fue el 9 de mayo. Las víctimas estaban atadas de pies y manos con cuerdas y tenían gasas alrededor del cuello.
El OIJ determinó que todos los miembros de la organización criminal mantuvieron comunicaciones telefónicas entre sí, como parte de las coordinaciones para el secuestro.
El eje central de demostración de culpabilidad de los imputados se logró a través de los videos, registros de llamadas, interceptación de comunicaciones y ubicación de radiobases.