
Dos operativos simultáneos, en distintos puntos de la capital, permitieron desarticular este miércoles una organización dedicada al contrabando de licores.
El trabajo fue coordinado entre la Policía de Control Fiscal (PCF) y el grupo táctico de la Unidad Especial de Intervención (UEI) del Ministerio de la Presidencia.
“Lo que se pretendía era detener una banda dedicada al contrabando de licores provenientes de Panamá y Golfito. La forma que realizaban el contrabando era alterando las botellas, cambiándoles las etiquetas para poder comercializarlas en diferentes zonas del país”, explicó Jeffrey Cerdas, director de la UEI.
En declaraciones a La Nación, el funcionario indicó que, producto de los allanamientos se incautaron de una gran cantidad de licores de diversas marcas, empero, a las 6 p. m. todavía no se tenía el dato exacto, porque los agentes seguían en los puntos intervenidos.
Según el director del grupo táctico, los miembros de esta red no fueron detenidos, pues en los sitios allanados no había nadie. Estas operaciones incluyen viviendas de los presuntos miembros de la organización donde los almacenaban los productos alcohólicos.
Se espera que en las próximas horas las autoridades ofrezcan detalles adicionales sobre los avances en la investigación. Se le consultó al Ministerio de Hacienda sobre el operativo, sin embargo, al cierre de esta nota no se obtuvo respuesta.
Para evitar el contrabando y la evasión fiscal, en el país se usan dos sellos adhesivos con códigos QR, uno rojo que se debe colocar obligatoriamente a todas las botellas de licores destilados que se comercializan en el Depósito Libre de Golfito, y uno azul, que es voluntario para las empresas importadoras o distribuidoras de licores que consideren que sus productos compiten en el mercado con otros procedentes del contrabando.