
La madrugada del pasado domingo 22 de mayo, el motociclista Carlos Francisco Pérez Miranda murió luego de ser embestido por un vehículo Honda Civic que lo persiguió en forma implacable hasta que logró darle alcance.
Pérez Miranda, de 28 años, laboraba durante el día como vendedor de ropa en una tienda en Heredia y en la noche ganaba dinero extra como repartidor de comida a domicilio. Sus allegados lo recuerdan como un joven luchador y muy aferrado a sus seres queridos.
Minutos antes de la persecución, el mayor de una familia con cinco hijos y conocido como Coco estaba visitando a una compañera de trabajo en Barva. Sin embargo, decidió retirarse luego de que la mujer lo alertara de que su expareja sentimental lo había visto en el sitio.
Precisamente ese hombre, de apellidos Arguedas Lépiz, de 23 años, era el conductor del vehículo que atropelló al motociclista en San Rafael de Heredia. Tras el incidente, el chofer acudió a contarle lo ocurrido a su expareja y, posteriormente, se entregó a las autoridades.
Mientras tanto, Pérez Miranda luchaba por su vida en la sala de Emergencias del Hospital San Vicente de Paúl, donde fue trasladado en condición grave por la Cruz Roja. Finalmente, este muchacho que soñaba con regalarle un viaje de vacaciones a sus padres, falleció.
‘Le dije que se cuidara mucho’
Aunque su familia es originaria de Horquetas de Sarapiquí, Carlos Francisco vivía con su hermanastro Mario Marín Miranda en Los Ángeles de San Rafael Heredia. Cuenta el muchacho que el último día que vio con vida a Coco fue el pasado sábado 21 de mayo.
Sostuvo que él no le había hablado mucho sobre su relación con la compañera de trabajo y que tampoco sabía si había tenido algún roce con la expareja de ella. “Lo ví por última vez cuando iba a jugar una mejenga. Lo vi salir con ella y me despedí diciéndole que se cuidara mucho”, recordó.
Marín Miranda relató a La Nación que el domingo, a las 3 a. m., la muchacha lo llamó para comentarle que estaba muy preocupada porque su hermanastro Carlos Francisco no le contestaba las llamadas al celular.
Según detalló, la mujer le comentó que su excompañero sentimental había llegado al frente de su casa mientras ella conversaba con Coco y que por eso ella le pidió que se retirara. Coco se fue en la moto. Sin embargo, Arguedas lo siguió y volvió después a su casa de ella para decirle que lo había atropellado.
El hermanastro se fue a la vivienda de la muchacha. Allí, según dijo, encontró el carro que Arguedas Lépiz había dejado, el cual tenía un golpe en el costado izquierdo. De inmediato, salió a buscar a su hermano y llamó a su pareja para pedirle que solicitara información en el hospital.
Minutos después, la joven llamó de nuevo a Mario para contarle que Arguedas Lépiz le indicó el lugar exacto dónde había atropellado al vendedor. Mario encontró allí destrozada la moto Freedom negra y su pareja le informó que Carlos Francisco estaba grave en el hospital. Cuando llegó, le confirmaron que había fallecido.
Tatuajes y cariño
Carlos Francisco Pérez Miranda fue sepultado el pasado martes en Horquetas. Su hermanastro, Mario, lo recordó como un hombre muy trabajador, atento, cariñoso y que se entregaba mucho a su familia.
También, afirmó que los domingos libres, al joven le gustaba organizarse con varios amigos que tienen moto e irse en grupo para zonas como Jacó o Cartago.
Pérez Miranda había estudiado primaria en la escuela de Horquetas de Sarapiquí, donde viven sus padres y dos hermanos. Solo pudo cursar hasta octavo año de colegio, porque luego se dedicó a trabajar.
Tenía la meta de ahorrar para comprarse un carro. “Lamentablemente uno no se espera ese tipo de cosas”, aseveró Mario, quien dijo confiar en que se hará justicia
El pasado jueves, su madre Kattya Miranda, dijo a La Nación sentirse destrozada por lo ocurrido. Sostuvo que lo extraña desde su partida y que es algo que jamás podrá superar.
“Yo no tengo fuerzas, el que está haciendo el seguimiento es un hermano”, acotó.
En un mensaje de redes sociales, la madre mencionó que los tatuajes de Carlos Francisco evidenciaban el amor que le tenía a su familia.
Cuando se los enseñó por primera vez le dijo que los llevaría siempre, pues tenían las iniciales de todos y una rosa de los vientos en el pecho. Otro tatuaje decía: “Familia, donde la vida comienza y el amor nunca termina”.
En su Facebook doña Kattya dice, “mataron a mi hijo y toda nuestra familia sufre un gran dolor. Es un vacío que invade nuestro ser, algo difícil de solventar e imposible de sanar. No solo llora mi familia, si no la de ese hombre (Arguedas) que causó tanto daño, porque uno va para el cementerio y otro para la cárcel, dos familias destrozadas”, relató.
Por ahora, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se llevó la moto al laboratorio forense para buscar indicios que ayuden a sustentar el caso que se maneja como homicidio simple.
La Fiscalía Adjunta de Heredia informó de que el martes se realizó la audiencia de solicitud de medidas cautelares y consiguió que se ordenara tres meses de prisión preventiva en contra del imputado.
El caso se investiga según el expediente 22-003822-0059-PE.
