Entre cintas de precaución y latas completamente calcinadas, cuelga de la entrada de la estructura una cortina blanca decorada con globos y tres ramitos de calas y rosas blancas. Vecinos colocaron un tributo improvisado en el lugar donde tres niñas y su niñera fallecieron en un voraz incendio, la mañana del miércoles, en Quesada Durán, Zapote.
Miguel Araya Álvarez, coordinador del Programa de Investigación de Incendios del Cuerpo de Bomberos, explicó a este medio que es todavía muy temprano para determinar qué desencadenó el incendio. Sin embargo, señaló que la estructura estaba colmada de materiales inflamables que provocaron que, en tan solo cuatro o cinco minutos, el fuego creciera y consumiera prácticamente toda la edificación.
“Lo principal (que encontró Bomberos) es materia prima para una tapicería que es lo que hay dentro de la estructura, estamos hablando de espumas de poliuretano, pinturas, lacas para el proceso y para la remodelación que se estaba realizando”, dijo.
En el garaje se almacenaba también madera, láminas de gypsum, metales y más espumas.
De momento, Araya sostiene que el fuego habría iniciado primero en la vivienda, que medía entre 100 y 120 metros cuadrados. Las llamas continuaron hacia la parte trasera de la casa, donde operaba la ebanistería, de aproximadamente 150 metros cuadrados. También dañaron una estructura lateral en un 10 o 20%.
Para él, el fuego inició y avanzó muy rápido porque el poliuretano es un material altamente combustible que, incluso, no deja residuos, ya que prácticamente se consume en su totalidad.
Además, el viento y la cantidad de materiales dentro del inmueble facilitaron que las llamas se propagaran muy rápido y redujeron las posibilidades de que las personas pudieran salir a salvo.
“Las víctimas trataron de refugiarse y lamentablemente se les dificultó salir, debido a que el área por donde podrían buscar salida implicaba que pasaran por donde estaba el incendio en ese momento. La opción de salida que tenían les queda obstruida”, explicó.
Este jueves, en el sitio, se observaba la magnitud de los daños. El techo colapsó en gran parte de la estructura que albergaba una ebanistería y una vivienda que aún estaba en construcción. Con el techo se vinieron abajo también algunas paredes, y los restos cubrieron el suelo, hoy tapizado de ceniza negra, azulejos rotos y escombros.
Esa ceniza es lo que queda de un emprendimiento que apenas se instalaba en la zona y los sueños incumplidos de todas las víctimas.
En el sitio murieron una niña de seis años, hija de los dueños de la propiedad; dos hermanas de 9 y 11 años que eran amigas de la otra chiquita y la cuidadora, una mujer identificada como Katherine Martínez Amador, de 22 años. Las cuatro son extranjeras.
Este jueves por la mañana, a menos de 24 horas desde que se reportó el siniestro, los vecinos observan con asombro las ruinas desde las puertas de sus casas. Dentro de la edificación, solo se escuchaba el paso de los investigadores del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), los agentes de la Unidad Canina y el personal de Bomberos, que removían materiales y buscaban, entre las paredes quemadas, el origen del siniestro.
“Las chiquitas están adentro”
Los videos de vecinos dan cuenta de la tragedia y la voracidad con la que avanzó el fuego a eso de las 10:35 a. m. del miércoles. Entre alarmas y el ruido de las llamas, se escucha la voz de un hombre cuestionándose si “las chiquitas están adentro”, al tiempo que urgía una manguera, ya inútil en un fuego vivo que sobrepasaba los techos de lata.
Uno de los vecinos, Minor Díaz, dijo poco después de los hechos que él intentó ayudar, pero el fuego ya no le permitió entrar para auxiliar a las víctimas.
Cuando la casa ya estaba envuelta en llamas, al sitio se acercó la madre de la niña de 6 años, propietaria de la vivienda y de la ebanistería. La mujer salió poco antes y cuando regresó, el impacto de la escena provocó que tuviera que ser contenida por los rescatistas en el sitio.
Las otras dos niñas que murieron en la vivienda llegaron a pasar el día con su amiguita, aprovechando que estaban de vacaciones.
Videos grabados durante el incendio muestran a vecinos sacando los muebles de esa vivienda contigua. Esta mañana, Bomberos confirmó que la casa se mantiene desalojada por seguridad y varias personas trabajaban en cubrir con láminas metálicas los huecos que dejó el fuego.

Años de abandono
Hace más de seis años, la estructura funcionó como un asilo de ancianos. Luego de que cerró sus puertas quedó en abandono y así permaneció hasta hace aproximadamente mes y medio, cuando llegaron los nuevos inquilinos que adquirieron el sitio.
Desde ese momento, instalaron la ebanistería e iniciaron la construcción de la vivienda dentro de la estructura. Así lo narraron varios vecinos de la zona a La Nación, quienes llevan años de vivir allí, pero conocían muy poco a los afectados.
Explicaron también que, hace unas semanas, al sitio llegó un camión con espumas de poliuretano.

Víctimas
El incendio en Quesada Durán fue uno de los más mortales este año. El Cuerpo de Bomberos reporta 26 personas fallecidas en incendios en 2025, el año más mortífero desde 2018, cuando se registraron 31 fallecimientos en incidentes de este tipo.
Tras darse a conocer la tragedia, la Dirección Nacional de Cen Cinai publicó una esquela lamentando la muerte de las dos niñas que estaban de visita en la casa donde ocurrió el incendio.
Ambas eran usuarias de la sede de la institución en Desamparados. También se pronunció sobre el hecho la institución Happy Kids, del Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la Familia, a donde también acudían las menores.
“Nos quedamos con la sonrisa y dulzura que siempre mostraron al llegar a Happy Kids”, dice la publicación.
