
La populosa María Reina, una barriada afincada en Hatillo, San José, fue tomada por cientos de policías este jueves a la 1 p. m. con un único objetivo: detener a la mayor cantidad posible de vendedores de drogas y cabecillas de grupos de narcotráfico asentados a menos de cuatro kilómetros del centro de la capital.
Miembros de la Fiscalía de Narcotráfico y la Policía de Control de Drogas (PCD) ejecutaron 13 allanamientos en esa comunidad que en los últimos meses se ha visto afectada por diversos hechos violentos como balaceras y homicidios, entre ellos el del joven Kevin Kirby, quien se sospecha fue asesinado en una vivienda ubicada en esa localidad.
Armados con fusiles de asalto, escudos, y morteros, los agentes arrancaron portones y rompieron puertas y ventanas al grito de “¡al suelo, policía!"
Al cierre de esta nota, la PCD reportó la detención de siete sospechosos, incluyendo dos hombres y una mujer, a quienes atribuyen la coordinación de las ventas de droga en la zona, sus identidades no trascendieron.
El fiscal general, Carlo Díaz, explicó la importancia del golpe: “Para nosotros esta comunidad de María Reina o esta plaza, como se conoce a estos lugares donde se vende drogas en gran cantidad, era importante intervenirla, este es el lugar donde se distribuye más drogas en la capital, para nosotros este golpe es bastante importante”.
Díaz detalló que no se trata de una estructura independiente, sino de una administración de un grupo criminal mayor. “Hay una persona encargada, que a su vez tiene otras personas que colaboran en la distribución de drogas, unos custodian la droga, otros distribuyen, otros sirven de campanas, unos cobran, etc., hay una distribución de funciones, todo eso lo hemos podido determinar con la investigación”, señaló.
Stephen Madden, director de la PCD, reveló que el operativo es producto de un año de investigación y de coordinaciones con la Fuerza Pública que, de manera constante, decomisa drogas en esta barriada al sur de San José.
El jefe de la PCD coincidió con el fiscal general en cuanto a la relevancia del golpe: “Este es el principal punto de distribución de droga dosificada a nivel nacional, tiene que ver con el narcomenudeo. Aquí el movimiento es constante, los vendedores que están utilizando acá son rotados por turnos, prácticamente trabajan como que si fuera una empresa, una fábrica”.
Madden detalló que las ganancias del lugar son millonarias. “Aquí se están generando ganancias de hasta de ¢3 millones diarios, entonces es muy rentable para estas estructuras. Aquí usted conseguía desde una piedra de crack hasta 100, 200, 300 o más ,de acuerdo a la necesidad de la persona que venía a adquirirlas”, explicó.
El jefe policial señaló que en María Reina operan prácticamente las 24 horas, los siete días de la semana, con sistemas de control que incluyen seguridad, vigilancia electrónica y drones. “Aquí los vehículos hacían fila para adquirir la droga y droga no solamente para ser distribuida aquí, sino que es comprada para ser vendida en otros puntos importantes de la capital y también a nivel nacional”, agregó.
Las disputas en esa comunidad las protagonizan las organizaciones de alias Pioja y Los Lara; este último grupo es el que está pugnando para apropiarse de las ventas de drogas.
El fiscal general reconoce que tras sacar de la calle a estos sospechosos, de inmediato se generarán nuevas disputas por ocupar esos puestos. “Prácticamente una hora después de que nos vamos van a haber otros distribuidores de droga, eso es normal, incluso puede intensificarse también la lucha entre las diferentes organizaciones, nuevamente para tener control de la zona, pero es algo que ya nosotros tenemos presupuestado y por eso siempre trabajamos en la resiliencia criminal”, dijo Díaz.
Guillermo Valenciano, subdirector de la Fuerza Pública, explicó que se trata de una operación conjunta que implica policía preventiva e investigación. “Es un objetivo para contener homicidios en el cual también el Ministerio Público ha tenido una participación importante en la dirección”, señaló.
La conocida María Reina
Desafortunadamente, María Reina es una de esas comunidades donde gente honrada coincide con una significativa población dedicada a la venta de drogas, que además habilita estructuras en precario para convertirlas en búnkeres, donde los adictos compran y consumen marihuana, cocaína o crack.

En María Reina convergen casas de fibrocemento y perling, muchas de ellas sin documentos de propiedad o inscripción en el registro, con sencillas de casas de madera o latas de cinc. No toda la comunidad cuenta con calles asfaltadas y en las aceras conviven, gatos, perros, gallinas e incluso indigentes.
Es considerado uno de los principales puntos de distribución de droga de la capital y sitio de ocultamiento de delincuentes. En el 2022, hace tres años, un búnker en la zona recaudaba ¢100 millones por semana en ventas de estupefacientes.


Operación Troya
La operación de este jueves fue denominada Troya, recordando la estrategia de Ulises que, según la mitología griega, se escondió en un enorme caballo de madera, junto a otros guerreros griegos, para entrar a la ciudad a rescatar a Helena, la esposa del rey Menelao, secuestrada por Paris, hijo del rey Príamo de Troya.
En lugar de caballos de madera, pero sin brindar mayores detalles de la estrategia, los agentes tomaron la comunidad por sorpresa en las viejas microbuses de la Fuerza Pública, mientras un helicóptero del Ministerio de Seguridad Pública sobrevuela la zona.





