La empresa AeroCaribe Air Charter y familiares de tres personas fallecidas en el accidente de la avioneta TI-GER del 25 de noviembre de 2024, presentaron una denuncia penal ante el Ministerio Público contra una controladora aérea adscrita a la Dirección General de Aviación Civil.
La Nación tiene copia de la denuncia interpuesta por el abogado penalista Federico Campos Calderón, en representación de las familias afectadas. Según el documento, la funcionaria, identificada con el apellido Ramírez, habría incumplido su deber de cuidado, al emitir instrucciones que condujeron a la aeronave a volar hacia una zona montañosa sin prever el riesgo que implicaba la altitud del terreno, aunque ella tenía el control del rumbo y de la altitud con el radar.
Los denunciantes alegan que, dado el control que tenía sobre el vuelo mediante el radar, la funcionaria debió tomar las precauciones necesarias para evitar el impacto contra el cerro en el cantón de Escazú, donde finalmente ocurrió el siniestro.

La avioneta tenía como destino el aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas. No obstante, debido a las malas condiciones del tiempo, esa pista fue cerrada y el vuelo fue desviado hacia el aeropuerto Juan Santamaría, en El Coco. En ese proceso, el piloto Mario Miranda solicitó asistencia para continuar el trayecto bajo reglas de vuelo instrumental (IFR), es decir, bajo guía directa del control aéreo, que estaba a cargo de la controladora Ramírez.
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En ese momento, un Boeing 737 se aproximaba al Juan Santamaría, por lo que el piloto de la avioneta debía permanecer en espera.
La altitud, eje de la denuncia
Según la denuncia, la aeronave debía mantener una altitud mínima de 10.000 pies para evitar colisiones con el terreno, conforme a los mapas de vectores. Sin embargo, al momento del accidente volaba a solo 6.500 pies.
Como prueba, los denunciantes adjuntaron el registro de las comunicaciones entre el piloto y la controladora. En estas, se puede leer que Ramírez instruyó al piloto a mantener los 6.500 pies.

“Desde el momento en que lo desvía hacia esa dirección, lo pone a una altitud de 6.500 pies, menor a la requerida para ese sector montañoso. Esto ocurrió pese a que la controladora tenía visibilidad del vuelo en radar”, señala el documento.
Fragmentos de la conversación
Entre los extractos de las comunicaciones destacadas en la denuncia, se incluyen los siguientes:
Primera conversación
ATC: El Coco únicamente para vuelos instrumentos, detenga el descenso a 6.500 pies.
TI-GER: Sí, estamos completamente en condiciones visuales, Golfo-Echo-Romeo. (M. Miranda)
ATC: Recibido. ¿Le es posible aceptar vector para rumbo 2-0-0 para instrumentos a El Coco?
TI-GER: Copiado, rumbo 2-0-0, Golfo-Echo-Romeo. (M. Miranda)
TI-GER: Rumbo 2-0-0 por izquierda ahora. (M. Miranda)
ATC: Recibido, rumbo 2-0-0 y mantenga 6.500 pies. Le llamo.
TI-GER: Recibido, 2-0-0 y manteniendo 6.500, el G-E-R. (M. Miranda)
Segunda conversación
TI-GER: Echo-Romeo, ¿si fuera posible mantener menor? (M. Miranda)
ATC: (Audio ilegible)
TI-GER: Afirmativo, completamente visual. (M. Miranda)
ATC: Mantenga en condición visual y prevea vectores para proceder a PUXAS. Va a ser número 2 en secuencia de aproximación para la pista 07.
TI-GER: Recibido, Golfo-Echo-Romeo. (M. Miranda)
Tercera conversación
ATC: Golfo-Echo-Romeo en condición visual, ascienda para 7.000 pies.
TI-GER: Asciende para 7.000 pies, Golfo-Echo-Romeo. ¿Mantengo presente rumbo? (M. Miranda)
ATC: Afirmativo, por espacio de dos minutos más, y posterior prevea por su derecha.
TI-GER: Copiado, G-E-R, manteniendo ascenso para 7.000 pies. Posterior derecha. (M. Miranda)
Cuarta conversación
ATC: Golf-Echo-Romeo en condiciones visuales, vire derecha a 2-2-0.
TI-GER: Por derecha 2-2-0, Golf-Echo-Romeo.
Quinta conversación
TI-GER: Bien para el Golfo-Echo-Romeo, ahora 7.000. Intenciones, Golf-Echo-Romeo? (M. Miranda)
ATC: Recibido, Golf-Echo-Romeo. Mantenga ahora rumbo 2-4-0.
TI-GER: 2-4-0, Golf-Echo-Romeo. (M. Miranda)
Sexta conversación
ATC: Golf-Echo-Romeo, mantenga condición visual por siete millas más y prevea instrumentos para realizar la aproximación por la pista 07.
TI-GER: Mantenemos visual por siete millas y prevemos instrumentos por pista 07, Golfo-Echo-Romeo. (R. Mora)
Sétima conversación
ATC: Golfo-Echo-Romeo, mantenga ahora rumbo 2-6-0. Hay tránsito volando a COLON, un Boeing 737.
TI-GER: Recibida, rumbo 2-5-0, Golf-Echo-Romeo. (M. Miranda)
ATC: Afirmativo.
Condiciones no eran aptas
El documento agrega que, aunque el piloto manifestó estar en condiciones visuales (VFR), los reportes meteorológicos del aeropuerto Juan Santamaría indicaban lo contrario, lo que, a juicio de los denunciantes, refuerza la responsabilidad de la controladora.
“Se confirma en las comunicaciones que la controladora asumió la navegación de la aeronave en un vuelo por instrumentos (IFR), y con mayor razón debía hacerlo al estar dando instrucciones hacia una zona montañosa, en condiciones de densa nubosidad”, indica el texto.
Esta denuncia representa a las familias de tres de las víctimas, el piloto, Mario Miranda Ramírez, de 40 años; la copilota, Ruth Mora Chavarría (26) y el pasajero, Enrique Arturo Castillo Incera (56).
En el siniestro también fallecieron los pasajeros Jean Franco Segura Prendas (28) y Gabriela López Calleja Montealegre (64).
La única sobreviviente es Paola de los Ángeles Amador Segura, de 31 años, quien permaneció internada durante varias semanas en el Hospital del Trauma del Instituto Nacional de Seguros (INS).