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La familia de Daniela Escobar Salas, desaparecida hace casi dos meses en Sámara de Nicoya, Guanacaste, se prepara para despedirla en dos ceremonias en las que pretenden honrar su vida y los momentos que compartieron con la muchacha de 30 años. Aunque estos actos podrían considerarse una despedida, sus allegados no renuncian a que, algún día, puedan encontrar sus restos.
“Con esto buscamos paz, tanto para ella como para los familiares. Esto ayudará mucho, también a mantener viva la memoria de ella y que no se sienta que se ha olvidado el caso”, expresó Víctor Salas, hermano de Daniela.
Las ceremonias se realizarán el próximo 22 de diciembre. La primera será a las 9 a. m. en el estero Mala Noche, lugar donde desapareció Escobar. Más tarde, a las 4:30 p. m., habrá una fogata en su honor en el lago Arenal de Tilarán, de donde oriunda. Según comentó Víctor, la familia solicitó que los asistentes vistan de blanco, como símbolo de paz y esperanza.
Daniela desapareció el 15 de octubre. Aquella noche, a las 11 p. m., abandonó el bar y restaurante donde trabajaba su pareja, luego de una discusión. Imágenes de cámaras de seguridad la captaron por última vez cerca de la bocana del río Torito, que desemboca en el estero Mala Noche.
Las condiciones naturales, como la fuerte lluvia, la luna llena, la marea alta y el caudal crecido del río, llevaron al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) a concluir que Daniela no logró cruzar la bocana y fue arrastrada hacia el mar. Cerca del lugar se encontraron sus sandalias y su tarjeta de débito, lo que reforzó esta hipótesis.
Además, un pescador que estaba en la bocana oscura esa noche declaró haber escuchado gritos de auxilio de una mujer, coincidiendo con la hora en que la muchacha habría pasado por el lugar. Con base en estos hallazgos, el 29 de octubre se dio por concluido el operativo de búsqueda, momento en el que las autoridades también descartaron que Daniela fuera víctima de homicidio.
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Sin embargo, Víctor y su familia no pierden la esperanza de encontrarla. Este fin de semana, familiares y vecinos organizarán una nueva búsqueda en las zonas aledañas al estero y en el mar, con la esperanza de encontrar alguna pista que les acerque a Daniela.
“Pedimos y hacemos presión a las autoridades por más claridad en este asunto. Que se nos haga sentir que están valorando otras opciones que hemos presentado”, enfatizó Víctor. Entre estas hipótesis, la familia considera la posibilidad de que Daniela haya sido raptada y asesinada. Por ello, la búsqueda también abarcará áreas que podrían ser utilizadas para ocultar un cuerpo.
Víctor cuestionó algunas acciones iniciales de la investigación, como el no investigar los vehículos que salieron del lugar al día siguiente de la desaparición. También calificó la relación que tenía su hermana con su pareja como “nefasta” y señaló que el hombre reportó la desaparición hasta la noche siguiente. No obstante, aseguró confiar en las investigaciones realizadas por el OIJ, las cuales descartaron su implicación. “Nos quitó la desconfianza”, admitió.
Más que una hermana
Daniela era más que una hermana para Víctor; era su compañera cercana. “Todos los meses me desplazaba a Punta Islita y pasaba a verla para compartir y conversar”, recordó.
Doña Sandra Salas, madre de Daniela, se mantiene firme en medio del dolor, aferrada a la fe. Según Víctor, su madre cree que Daniela está en un lugar lleno de paz y luz. “Tiene sus momentos de quebranto, pero está convencida de que Dios quiere que demos con ella para lograr una paz total”, explicó.
En publicaciones en redes sociales, doña Sandra invitó a las comunidades de Sámara y Tilarán a unirse y participar en las ceremonias de despedida. “A pesar de que no la hemos encontrado aún, queremos honrar su memoria y despedirla como se merece. Su compañía nos brindará un gran consuelo en este difícil momento”, escribió.
En otra publicación, donde compartió un altar dedicado a su hija, expresó con profundo amor: “En mi casita y en mi corazón estarás por siempre, mi amor. Eres mi ángel (...). Eres la fuerza que necesito cada mañana al levantarme. Te siento. Te amo. Quiero saber pronto de ti, mi amor”.
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Daniela, originaria de Tilarán, se mudó a Sámara hace varios años, tras conocer a su pareja sentimental, quien le ayudó a encontrar empleo en un hotel de la zona.
