En la sala del Tribunal Penal del Segundo Circuito Judicial, en Goicoechea, salió a la luz un audio de WhatsApp enviado por la anestesióloga del Hospital CIMA, María Luisa Cedeño Quesada, a su mejor amiga, horas antes de ser asesinada en el Hotel La Mansion Inn, en Quepos, Puntarenas.
Su voz y palabras denotaban felicidad, tranquilidad y agradecimiento con los colaboradores de ese hotel donde estaba de paseo en fin de semana: “Me tratan demasiado bien (...). Me traen agüita, me traen trago, me traen todo, le traen agüita a Mafalda (su perrita), me traen fresas, me traen piñita, o sea, no tenés una idea de lo chiva que está la chineazón aquí”.
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Además, relató que había muy pocos huéspedes en el hotel y que el sitio solo contaba con la mitad de los empleados, pues en aquel momento las empresas turísticas tomaron medidas por la crisis causada por la pandemia de covid-19.
“Me ha encantado, estoy superchineada, estuve hablando con el bartender y con el asistente del dueño. Este lugar es como lo que ocupaba, está muy chiva”, expresó Cedeño, de 43 años.
La médica fue asesinada el 20 de julio del 2020 en ese hotel en playa. En el juicio se ha detallado que sufrió una brutal tortura antes de morir, según la declaración que dio la patóloga Silvia Fernández Mora, el miércoles 21 de setiembre.
Los imputados son tres. El empresario Harry Bodaan, de 72 años y que en ese momento era dueño del hotel, y un administrador de empresas, de apellidos Miranda Izquierdo, figuran como sospechosos de sujetarla de los brazos para que, en apariencia, un bailarín, apellidado Herrera Martínez, la violara. Así se desprende de la acusación del Ministerio Público, que señala a los hombres por los delitos de homicidio y violación calificada.
Caminaba sin dificultad
Ahora, trascendió que más testigos vieron a Harry Boddan caminar sin ayuda horas después del crimen. Todo lo contrario sostiene la defensa del empresario, quien alega que él tenía dificultad para movilizarse al momento de ocurrir el asesinato.
Las testigos son dos mujeres que estaban hospedadas allí a noche del asesinato. Ellas aseguraron a los jueces haber visto al dueño del hotel caminando sin ayuda en la mañana después del hecho. Dichas declaraciones las dieron el miércoles 23 de noviembre.
Estas afirmaciones contradicen la defensa del abogado de Bodaan, Hugo Navas, quien ha sostenido que su cliente tenía dificultad para movilizarse debido a una operación en las rodillas.
“No puedo creer esa acusación (…). Son incapaces de probar este guion de película porque no existe nada de eso (...). Mi representado no podía subir escaleras (en el momento de los hechos), estaba recién operado (…), eran 72 escalones los que tenía que subir para ir a ese cuarto y él nunca conoció a la doctora (…), el señor Bodaan no tiene nada que ver en esta acusación que hace mal el Ministerio Público, afectándole el estado de derecho, debilitándolo con esa falta de objetividad”, afirmó Navas al inicio del proceso.
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Las dos testigos contaron que se hospedaron en la habitación 10 del hotel del 18 al 20 de julio del 2020 y Cedeño fue asesinada el mismo 20 de julio. El caso trascendió un día después, cuando el cuerpo fue encontrado envuelto en una cobija, ensangrentado y con golpes.
El juicio se reanudará este viernes, con declaraciones de dos empleados del hotel y otro amigo de Cedeño.
La investigación del hecho se agrupa dentro de la causa 20–002345–0345–PE.
