
Un joven de apellidos Alvarado León, de 21 años, se convirtió en el líder de una violenta banda dedicada a préstamos gota a gota, desmantelada este jueves durante nueve allanamientos en Orotina y San Mateo de Alajuela.
Alvarado asumió el mando tras la captura de su padrastro, Manfred Bustos, sospechoso de asesinar el 25 de abril a su novia, la modelo Rashab García Valverde, y su amigo Nelson Pavón.
Por este caso, Bustos, alias Negro, permanece en prisión preventiva desde mayo en el Centro de Atención Institucional (CAI) de San Sebastián, en San José.
Poco antes de las 6 a. m., del Complejo Narime, un centro municipal de instalaciones deportivas, salió una caravana de vehículos que trasportó a 200 personas aproximadamente, entre agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), jueces y fiscales.
En el trayecto se dividieron los grupos para ejecutar los operativos y capturar a seis sospechosos. Uno de los grupos se dirigió a una casa en el Residencial Las Palmas, a un kilómetro del parque central de Orotina, donde un colegial que salió camino a clases fue de los pocos vecinos que observó de cerca la acción policial. La Policía Judicial no detalló cuál de los sospechosos vivía allí.
A 3 kilómetros, cerca del Colegio Técnico Profesional Ricardo Castro Beer, los oficiales ingresaban a la casa de Alvarado, protegida por un portón negro que impedía ver su fachada y ubicada en una calle sin salida, próxima a un denso bosque a las afueras del centro de Orotina. Cinco sospechosos cayeron en los primeros minutos del operativo, mientras que el sexto fue arrestado cerca de las 7 a. m.
Acompañados por el director del OIJ, Randall Zúñiga, los agentes en la vivienda de Alvarado se incautaron de dinero en efectivo y otras pruebas de interés para el caso, recolectadas en una caja y dos grandes bolsas sacadas del domicilio tres horas después de iniciado el allanamiento.
En seguida, el presunto cabecilla fue ingresado con la cabeza cubierta y esposado a una patrulla de la Fuerza Pública parqueada en la entrada de la vivienda, y de allí lo trasladaron a la Fiscalía.
Según fuentes policiales, el joven no solo asumió la operación delictiva, sino que también incrementó la violencia de la banda. Incluso, solía salir de su propia casa a disparar al aire, aparentemente por diversión y para enviar un mensaje de presencia en la zona.


Su padrastro giraba las órdenes desde la cárcel
Pese a estar encarcelado, Bustos continuó coordinando la operación de préstamos extorsivos mediante comunicación telefónica con su hijastro.
José Alejandro Araya, fiscal adjunto de Alajuela que asistió al allanamiento en la casa de Alvarado, detalló que no se le conocía ninguna actividad económica lícita. Agregó que han redoblado esfuerzos con la Policía Penitenciaria para evitar que sigan ingresando celulares a las cárceles, un problema que ha surgido con frecuencia en investigaciones contra grupos criminales.
Además del arresto de Bustos en el centro penal, los otros detenidos fueron identificados con los apellidos Monge, de 22 años, Rodríguez (23), Acuña (21) y Escoe (22), este último exjugador del Club Sport Herediano y de la Selección Sub-20.
Randall Zúñiga destacó que desde la detención de Bustos por el doble homicidio, en mayo pasado, la violencia atribuida a la banda aumentó considerablemente, especialmente en Orotina y San Mateo, contra deudores de sus préstamos gota a gota.
Este tipo de crédito consiste en un esquema informal y peligroso, ofrecido con dinero rápido y sin garantías, pero con intereses excesivamente altos.
Zúñiga advirtió que el fenómeno se ha convertido en una fuente creciente de violencia local, ya que las víctimas, generalmente comerciantes o personas de bajos recursos, enfrentan amenazas de muerte y agresiones físicas cuando no logran cubrir las cuotas impuestas, que a menudo se cobran mediante amenazas, coacción e incluso violencia si no se cumplen las cuotas diarias.
El OIJ señala que Alvarado León consolidó su poder al frente de la banda, aumentó de forma abrupta los intereses y convirtió la extorsión en un mecanismo cada vez más violento contra quienes se atrasaban en los pagos.
Además de las extorsiones, la organización está vinculada con intentos de homicidio y lesiones graves, lo que refuerza la hipótesis de que el cobro de los préstamos servía como fachada para un entramado de violencia y control territorial.
“Hemos tenido reportes de víctimas que fueron agredidas con armas, otras baleadas, e incluso un caso en el que una niña estuvo a punto de morir mientras acompañaba a su padre. Esa violencia se ha incrementado desde que Bustos fue detenido”, afirmó el jerarca judicial.
Zúñiga mencionó, además, que el hermano de Bustos está vinculado con el crimen de Rashab García y Nelson Pavón. Él se encuentra en Colombia, y el OIJ ya giró una orden internacional de captura.
Uno de los detenidos en Orotina llegó el miércoles a Costa Rica, procedente de Colombia, por lo que los investigadores sostienen la hipótesis de que le estaba entregando dinero al hermano de Bustos o bien coordinando la actividad delictiva.
