La muerte a balazos del mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam, dentro de su vivienda en el condominio Naples, Moravia, encendió las alarmas entre la comunidad de exiliados nicaragüenses en Costa Rica.
La Unidad de Exiliados Nicaragüenses (UEN) advierte que el país ya no ofrece la seguridad necesaria para quienes huyen de la dictadura sandinista.
Un portavoz de la UEN, quien no brindó su identidad por seguridad, manifestó a La Nación que “Costa Rica es un país altamente vulnerable y no está preparado para enfrentar la amenaza que representa el régimen sandinista.”

Desde su perspectiva, la dictadura no es simplemente un partido político, sino “una organización criminal señalada y documentada por cometer crímenes de lesa humanidad”.
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El miembro de la UEN sostuvo que el régimen de Daniel Ortega ha desarrollado una red de inteligencia que opera incluso en territorio costarricense.
“Han llegado a infiltrar diplomáticos disfrazados para organizar células, ubicar a opositores y darles seguimiento según su perfil”, señaló.
La “débil inteligencia” en Costa Rica ha dejado a los exiliados expuestos a un trabajo sistemático de persecución.
“Los órganos de inteligencia en Costa Rica son muy débiles y frágiles, lo que facilita que la dictadura mantenga su influencia y siga actuando con total impunidad”, apuntó el portavoz.

Según el vocero, la dictadura “no tiene límites: persigue, amenaza, exilia, mata y hasta quita la nacionalidad de sus adversarios”.
El otro caso emblemático que recuerda es el intento de asesinato de Joao Maldonado y su compañera Nadia Robleto, en Curridabat.
Este homicidio no es un hecho aislado, sino parte de un patrón que se repite desde hace años contra opositores que habían encontrado refugio en Costa Rica.
“Así va a ser el tratamiento: a cada opositor le asignan una ‘dosis’ de persecución que puede ir desde la amenaza hasta la muerte”, concluyó.
Costa Rica debe alzar la voz
Organizaciones de derechos humanos y sectores políticos costarricenses han comenzado a exigir al Gobierno de Costa Rica un reforzamiento en las medidas de protección para los exiliados nicaragüenses, en medio de la preocupación por la escalada de violencia y la presencia de células vinculadas al régimen de Ortega en suelo costarricense.
El Grupo Concertación Democrática Nicaragüense (CDN) también reaccionó con firmeza tras el asesinato de Roberto Samcam, a quien describieron como una voz valiente e insustituible en la denuncia de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura Ortega-Murillo.
“Samcam era un activo analista y comentarista en medios nacionales e internacionales. Se destacó por su valentía y claridad para cuestionar la instrumentalización del Ejército y de la Policía por parte del régimen”, indicó el colectivo en un pronunciamiento.

La organización sostiene que este crimen forma parte del plan de persecución transnacional que impulsa la dictadura nicaragüense para silenciar a sus opositores más visibles, incluso más allá de sus fronteras.
En ese sentido, hicieron un llamado enérgico al Gobierno de Costa Rica para que investigue a fondo este asesinato, capture a los autores materiales y procese a los responsables intelectuales. Además, recordaron que el Estado costarricense, como firmante del Estatuto de Roma, tiene la facultad de llevar estos crímenes ante la Corte Penal Internacional (CPI).
“Costa Rica debe elevar su voz ante la comunidad internacional. Este asesinato ocurrió en su territorio y demuestra la urgencia de proteger a quienes han buscado refugio aquí tras ser perseguidos en Nicaragua”, señala el documento.
Llamado a comunidad internacional
En otro manifiesto, al menos 50 personas de nacionalidad nicaragüense calificaron el crimen como premeditado y cobarde, una expresión más de la represión del régimen Ortega-Murillo más allá de las fronteras de Nicaragua.
Las personas firmantes del comunicado exigieron al Estado costarricense una investigación exhaustiva, rápida y transparente, así como garantías de protección para la familia de Samcam y para la comunidad exiliada en el país.
Alertaron sobre un patrón de ataques sistemáticos contra opositores en el exilio, e hicieron un llamado a la comunidad internacional para que asuma una postura firme ante la persecución transnacional de la dictadura nicaragüense.
Colaboró en esta información Kattia Bermúdez.