El brutal asesinato del militar retirado y disidente nicaragüense, Roberto Samcam Ruiz, ocurrido este jueves en su casa en Moravia, San José, sugiere que en el país podrían estar operando células de inteligencia de Nicaragua, que vigilan a opositores del régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

Las características del crimen, ocurrido a las 7:45 a. m. en un residencial con aguja y portones externos, hacen presumir, según especialistas penales consultados por La Nación, que este caso no está asociado a la delincuencia común y que, por el contrario, podría tratarse de un asesinato de carácter político.
Gustavo Mata Vega, ministro de Seguridad entre 2015 y 2018, sostuvo que hay varios elementos que sugieren que el homicidio requirió de labores de inteligencia.
Entre otras cosas, el asesino sabía que Samcam, de 67 años, vivía en el apartamento 6 del residencial Naples, al costado norte del Mall Lincoln Plaza.
Además, se aprovechó de que la aguja estaba levantada, que no había guarda en la entrada y que varios obreros tenían abierto el portón porque lo estaban reparando. El sujeto ingresó con la cara descubierta y saludando a los trabajadores, para hacerles creer que era un residente más.
Luego subió las escaleras y, sin desviarse, entró directo a la casa de Samcam, para asestarle ocho disparos en pierna, abdomen y el tórax.
El gatillero no agredió al resto de ocupantes de la vivienda, una hija y la esposa del disidente, y huyó sin robarse nada, en un carro conducido por otro hombre que lo estaba esperando.
Los vecinos solo recuerdan una gran cantidad de disparos, justo cuando la mayoría de las personas se alistaban para irse a sus trabajos y los menores de edad a escuelas y colegios.
“Lógicamente, —por la experiencia que uno tiene en el campo de la investigación— (la posibilidad de inteligencia nica en Costa Rica) es un foco importante que se abre para valorar una investigación de fondo dirigida en esa línea también, sin perder la perspectiva de toda la actividad criminal que está afectando al país.
“Esto también sube las alertas o alarmas de que no es la primera vez que sucede en Costa Rica. Tenemos, desgraciadamente, otros atentados que se han generado con hermanos nicaragüenses también opositores del régimen de los Ortega”, manifestó Mata, en referencia a los ataques contra el disidente Joao Maldonado, ejecutados en el 2021 y el 2024, en Escazú y Montes de Oca, respectivamente.
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Quien solicita refugio, ya no está seguro
La tesis sobre la posible presencia de inteligencia extranjera en el país es compartida por la criminóloga Tania Molina, quien rememoró que, desde las protestas contra el régimen de Ortega en el 2018, Costa Rica se caracterizó por acoger a miles de disidentes y concederles, a muchos de ellos, la categoría de refugiados.
Molina recordó que el propio Maldonado atribuyó sus ataques a posible inteligencia nicaragüense y concordó en que el asesinato de Samcam, aunque las investigaciones apenas empiezan, podría derivar en una conclusión simular.
“Vea que todo esto coincide con la reciente muerte de la expresidenta de la República de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro, y no sé si ustedes notaron que el sepulcro y la vela estuvieron altamente custodiados, protegidos por obvias razones, porque los opositores siempre han temido, siempre han estado bajo amenaza”, manifestó.
Para Molina, lo ocurrido este jueves marca un hito en Costa Rica, que siempre se había caracterizado por brindarles amparo a los exiliados y perseguidos nicaragüenses. “Una vez más, un atentado armado contra un exiliado. Y ahora ni siquiera es un atentado, sino un homicidio doloso.
“Esto es tremendamente triste, es un día negro, marca una pauta muy peligrosa y además muy dramática porque estamos diciendo entonces que las personas que están solicitando refugio en Costa Rica no están seguras”, concluyó.
La Nación pidió reacciones a voceros en Casa Presidencial y la Cancillería sobre el atentado, pero al cierre de esta publicación solo se informó que las consultas estaban en trámite. El ministro de Seguridad, Mario Zamora, indicó que no se iba a referir al caso, porque estaba bajo control del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Por último, Rafael Ángel Guillén Elizondo, director del OIJ en el periodo 1990-1994, aseveró que la Policía Judicial tiene la capacidad suficiente para determinar quiénes son los ejecutores de este crimen. “Lo que sí es un poco más difícil es saber quiénes son los que proporcionan esos asuntos, si fuera de orden político”.
Agregó que ha estado conversando con ciudadanos nicaragüenses, preocupados porque Costa Rica ya no es un refugio y atraviesa un momento “muy difícil”.
“La criminalidad está sin control de las autoridades. Solamente estamos recogiendo los muertos, que es una cantidad importante e incluso va a ser, a lo mejor, más alta que la del año pasado.
“Entonces, esa es una gran preocupación. Un país que fue seguro, que fue refugio de perseguidos políticos, hoy se ve sin ninguna protección. Entonces, ya los refugiados están con miedo, porque están notando que ya no es un refugio seguro para ellos. E incluso ni para los mismos costarricenses. Y menos para los perseguidos políticos”, declaró.

Voces desde Nicaragua
El exsecretario del Ministerio de Defensa de Nicaragua, Félix Maradiaga, dijo estar consternado por el asesinato del militar retirado. Explicó que Samcam era un reconocido opositor al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Obviamente, no somos autoridad, y solo las autoridades de Costa Rica podrían darle esa categoría, pero no se necesita ser un especialista para poder concluir que todas las pistas y el patrón de este crimen atroz apuntan a un asesinato de naturaleza política”, añadió.
Maradiaga fue encarcelado por ser aspirante presidencial en el año 2021 y desterrado dos años después, en 2023. Consideró que este asesinato confirma la vulnerabilidad de los exiliados nicaragüenses en Costa Rica y en otros países donde se encuentran.
El también presidente de la Fundación para la Libertad de Nicaragua hizo un llamado a las autoridades costarricenses a investigar este hecho con urgencia, sin descartar el móvil político.
“Se tiene que elevar la alerta sobre el creciente riesgo de represión transnacional que pone en peligro la integridad y la labor cívica de los exiliados”, explicó.
El desterrado político reveló que, con base en conversaciones que ha sostenido con las autoridades de Costa Rica, los organismos encargados de la seguridad están informados sobre la vulnerabilidad y el peligro que corren los exiliados nicaragüenses.
Maradiaga sostuvo que el régimen Ortega-Murillo tiene “una naturaleza asesina” y ha acumulado experiencia en realizar operaciones clandestinas “sin dejar huellas”.
Por su parte, el abogado y activista opositor Yader Morazán, en declaraciones al medio Disidentes, alertó sobre la creciente peligrosidad para los exiliados y refugiados nicaragüenses en Costa Rica por la “represión trasnacional” que pueda llevar a cabo la dictadura sandinista.
“En el caso de Samcam, su condición de exmilitar nicaragüense y opositor exiliado sugiere un móvil político, mientras que Maldonado, víctima de dos atentados (2021 y 2024), ha señalado amenazas provenientes de células del régimen operando en Costa Rica.
“Esta distinción exige una investigación profunda que considere motivaciones políticas transnacionales y no se limite a un enfoque de delincuencia común”, manifestó Morazán.
Colaboró en esta información el periodista Yeryis Salas.
