
Los Ángeles, Estados Unidos. Los hermanos Lyle y Erik Menéndez, condenados a prisión perpetua sin derecho a libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989, comparecen desde este jueves ante una comisión judicial de California que evaluará su solicitud de libertad condicional.
El caso, uno de los más mediáticos de la década de 1990 y retransmitido por televisión, volvió a captar la atención pública recientemente gracias a una serie y un documental de Netflix.
Los hermanos, de 21 y 18 años al momento del crimen, asesinaron a su padre, el empresario musical de origen cubano José Menéndez, y a su madre, Kitty Menéndez, mientras estos veían televisión en su casa de Beverly Hills. Dispararon varias veces, recargaron sus armas y terminaron con la vida de su madre.
Inicialmente, intentaron desviar la investigación culpando a la mafia, pero una confesión de Erik a su terapeuta los incriminó directamente.
La defensa alegó que el crimen fue resultado de años de abusos sexuales y psicológicos por parte de sus padres. Sin embargo, la Fiscalía sostuvo que actuaron para heredar una fortuna millonaria. El primer jurado no alcanzó veredicto, pero en un segundo juicio ambos fueron condenados a cadena perpetua.
Una nueva posibilidad
Tras más de tres décadas en prisión, en mayo pasado los hermanos conquistaron una victoria legal cuando un fallo alivió los términos de su sentencia, lo que les abrió la puerta a pedir libertad condicional.
La comisión judicial del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California escuchará a los Menéndez por videoconferencia desde su cárcel en San Diego. Erik, de 54 años, será evaluado este jueves, mientras que Lyle, de 57, lo hará el viernes.
El proceso puede tardar hasta cuatro meses y, aunque se recomiende la liberación, la decisión final quedará en manos del gobernador de California, Gavin Newsom.
“Durante más de 35 años han demostrado una evolución constante y asumido toda la responsabilidad de sus actos”, afirmó en un comunicado el grupo de apoyo Justice for Erik and Lyle Coalition, que incluye a familiares de los condenados.
El fiscal de Los Ángeles, Nathan Hochman, litiga en contra de su liberación, argumentando que los hermanos no han mostrado verdadero arrepentimiento y que no existen fundamentos legales que justifiquen modificar la condena.
El desenlace de este proceso definirá si los hermanos Menéndez, protagonistas de uno de los crímenes más célebres de Estados Unidos, obtienen finalmente la libertad tras más de 30 años tras las rejas.