La angustia se ha instalado desde hace casi dos semanas en la casa de Jessie Álvarez Amador, una joven madre y estilista de 25 años, que desapareció el sábado 10 de mayo en Finca San Juan de Pavas. Salió tras recibir varias llamadas insistentes que, según su familia, la pusieron visiblemente nerviosa.
Durante los últimos días los familiares han tenido a cargo a su hijo, un niño de seis años que frecuentemente pregunta por ella.
La última imagen que se tiene de Jessie es en un video de cámara de seguridad en el que camina hacia la calle principal de su barrio, antes de subir a un vehículo negro, del que aún no se sabe si era un servicio de transporte por plataforma, o un carro particular.
Desde entonces no ha habido rastros. Hasta el momento, ni el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ni la familia han reportado nuevos hallazgos que ayuden a resolver el caso.
El niño que espera a su mamá
Uno de los aspectos más dolorosos para la familia es cómo sobrelleva la desaparición el hijo de Jessie, quien apenas cursa primer grado.
“Él no sabe lo que pasó. Solo le decimos que la mamá anda haciendo un mandado, en el gimnasio o trabajando. Pero en la noche, cuando no duerme con ella, pregunta dónde está la mamá”, dijo Jazmín Ugarte, sobrina de Jessie, en declaraciones a La Nación.
Desde el día de la desaparición, el pequeño duerme con otros familiares, pero extraña mucho a su madre, pues “todos los días dormían juntos, y ahora no entiende por qué no está”.

A pesar de que no tienen indicios claros, la familia no descarta que Jessie haya sido víctima de un secuestro o retención.
“Yo pienso que esto es más que todo un rapto (sic). No tenía problemas con nadie, no debía plata, tenía su trabajo estable. Era madre soltera, sí, pero luchadora. Siempre sacó adelante a su hijo”, aseguró su sobrina.

La joven desaparecida también contaba con el apoyo ocasional de su papá, “para paseos o necesidades básicas del niño”, ya que el progenitor del menor tuvo un accidente y estaba desempleado desde hacía tiempo.
Aunque algunos rumores han apuntado a posibles deudas o vínculos con prestamistas, su familia desmiente esas versiones.
“Ella tenía su vida en orden. No hay razones para pensar que alguien la buscaría por plata”, reiteró Jazmín.
Sin recursos ni respuestas
La sobrina relata que los esfuerzos por encontrar nuevas pistas han sido limitados por razones económicas y logísticas.
“Nosotros no hemos salido a buscar tanto porque mi mamá trabaja, mi papá también, yo cuido a mi abuelita que es adulta mayor, y soy mamá de dos niñas. Solo el domingo salimos a ver cámaras”, explicó.
Según dijo, en la zona donde desapareció la joven casi no hay cámaras externas que permitan rastrear su recorrido. Algunos locales comerciales aseguraron que solo cuentan con vigilancia interna.
Clamor por ayuda
Mientras tanto, el sentimiento de impotencia crece día con día, especialmente porque, pese a que el caso fue difundido en medios, nadie ha reportado haber visto a Jessie desde aquella noche.
“Está muy raro. Que haya salido en las noticias y nadie diga nada, para mí es porque ella debe estar encerrada en algún lugar”, comentó su sobrina.
Además, lamentó que pocas personas se hayan sumado a las labores de búsqueda ya que solo tres personas les han ayudado a buscar. No obstante, pidió a quienes puedan colaborar con información o videos donde se pueda ver su tía, colaboren, para encontrarla.
“El OIJ nos dijo que dejáramos todo en manos de ellos, que no saliéramos por seguridad”, expresó.
¿Tiene información?
Si usted la ha visto o sabe algo sobre su paradero, comuníquese con la línea confidencial del OIJ al 800-8000-645 o al WhatsApp 8800-0645.