Sentada en una silla mecedora en donde pasa la mayor parte del tiempo, Jocelyn Ivannia Vallejos reflexiona una y otra vez sobre el drástico cambio que tuvo su vida desde hace casi cuatro meses.
La noche del 14 de abril la joven, quien vivía en la comunidad de Cocorí en Aguacaliente de Cartago, vio como su expareja llegó a su casa y la atacó con un químico.
“Estaba limpiando el apartamento donde vivía, él solo ingresó, me golpeó, me hizo tirado el ácido y me dijo de que si no iba a estar con él, no iba a estar con nadie más, no sé como Dios me dio chance de que yo pusiera las manos así (frente a su rostro) para que el ácido me cayera acá en las manos y cayera de la nariz para abajo”, recordó la joven de 31 años.

La víctima aseguró que los problemas con el sospechoso identificado como Luis Alfonso Calero Peña, son de vieja data, a tal punto que ella tuvo que solicitar medidas de protección que se mantienen vigentes.
“Él tenía ya muchos meses de rogarme que regresáramos y yo no quería ya nada con él, tengo hace más de cuatro años medidas de protección por lo mismo, porque él me agredía mucho”, afirmó Jocelyn quien ahora vive en otra comunidad que por razones de seguridad mantenemos en reserva.
La mujer, quien se ganaba la vida como vendedora informal de lotería, sufrió quemaduras de tercer grado en la mayor parte del cuerpo; el ácido provocó que la barbilla se uniera con el cuello, las más severas las recibió en el tórax, ambos brazos y parte de sus dos piernas.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ), confirmó a La Nación que el químico usado para agredir a Jocelyn fue ácido sulfúrico, comúnmente empleado en baterías de vehículos.
“Ha sido un proceso muy duro, ahora tengo que aceptarme tal como soy, a veces uno dice me cuesta aceptarlo, yo le digo a él que le pida perdón a Dios, no a mí”, dijo la víctima.

Agresor en fuga
Desde que ocurrió el brutal ataque, Vallejos solo puede ver a sus hijos dos veces al mes cuando agentes judiciales la llevan al albergue del Patronato Nacional de Infancia (PANI) en donde están los menores de 14, 11, 10, 6, 3 años, así como un menor de 18 meses, los últimos tres son hijos en común con el imputado.
“En ese transcurso que ha pasado todo esto, el PANI por órdenes del hospital, dijo me entregan a los niños hasta que los injertos que me hicieron pegaran bien, entonces ya estamos en el proceso de que ya los niños regresen conmigo”, precisó la mujer, quien deberá someterse a cirugías de reconstrucción.
En medio del proceso que vive Jocelyn, otra preocupación la atormenta y es que el sospechoso de la agresión le envía de manera constante mensajes vía WhatsApp, según la ofendida, los más recientes fueron el fin de semana anterior.
“Él me dice: ‘Jocelyn ¿no quiere platicar conmigo?, platique conmigo un ratito, ¿qué le pasa, qué le pasa mami?, ¡dígame!’ La verdad me da miedo, porque no sé qué es tanta la locura que tiene conmigo, hacerme un daño como este y después pretender que no ha pasado nada”, expresó la víctima.
La mujer asegura que informa de inmediato a los agentes del OIJ de Cartago sobre estos contactos de Luis Alfonso Calero Peña; no obstante, hasta la fecha el sujeto permanece en fuga y las autoridades mantienen una orden de captura internacional en su contra, ya que se cree que pudo escapar hacia Nicaragua de donde es oriundo.
Federico Campos, abogado penalista, explica que por la forma en que sucedió el ataque, este caso se calificaría como tentativa de femicidio.
“La acción de lanzar ácido sobre la integridad física de la víctima claramente tiene la intención de acabar con su vida. Este delito tiene una sanción de cárcel que va de los 20 a 35 años, cuya pena específica será mayor o menor dependiendo de las circunstancias en que se dio el caso. Solo si no se demostrara la intención de matarla, lo cual veo improbable, el delito sería Lesiones Gravísimas cuya pena de prisión va de los 3 a 10 años, dijo el litigante.

La Policía Judicial reiteró el llamado a la población para que en caso de que tengan datos que permitan la captura de Calero Peña, lo denuncien a la línea confidencial 800-8000-645.
En tanto, la joven madre quien aún no puede laborar y debe permanecer al menos un año sin exponerse al sol debido a las quemaduras, pidió ayuda ya que pronto recuperará la custodia de sus hijos y carece de medios económicos. Su número de SINPE es: 8978-7361.