
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) desarticuló este martes una banda dedicada al tráfico internacional de cocaína, conformada principalmente por colombianos.
La organización contaba con un alto poder económico y operativo que les permitía construir embarcaciones para trasladar la droga desde Colombia y almacenarla en Costa Rica antes de su exportación. De hecho, guardaban las sustancias en un ropero.
De acuerdo con Randall Zúñiga, director del OIJ, “estas personas habrían utilizado diferentes medios para traer la droga desde el municipio de Turbo, en Colombia, hasta Costa Rica, y contaban incluso con la capacidad de construir embarcaciones para facilitar el traslado”.
Durante los allanamientos en Heredia, los agentes encontraron evidencia del nivel de inversión y sofisticación de la red.
LEA MÁS: Ruta del Pacífico: así operaba la red que traficaba cocaína desde Colombia hasta Costa Rica
Entre lo decomisado destacan tres motores nuevos, valorados en ¢25 millones cada uno, y decenas de paquetes de cocaína guardados en un clóset de una casa utilizada como “casa de seguridad”.

Según las imágenes divulgadas por el OIJ se muestran claramente tanto la droga como los motores, así como otras propiedades vinculadas al grupo, evidenciando su poder operativo y económico.
Zúñiga indicó que la célula forma parte de una investigación, de al menos tres años, que ha permitido ejecutar siete golpes significativos contra el tráfico de drogas, con un decomiso total aproximado de siete toneladas de cocaína.
En total, 11 personas ya se encuentran en prisión preventiva por estos hechos, y hoy se busca la detención de otras ocho; incluidos seis colombianos —tres naturalizados y tres con residencia— y dos costarricenses.
El OIJ también destacó que el grupo había invertido cerca de ¢250 millones en propiedades y proyectos turísticos en Costa Rica, incluyendo un centro turístico en desarrollo con varias cabinas, piscina, rancho y vivienda principal.
Parte de los recursos también eran reinvertidos en Colombia, país de origen de la mayoría de los miembros.
“Estas imágenes y decomisos muestran que estamos ante un grupo con gran capacidad económica, infraestructura y logística, lo que hace crucial la investigación y cooperación ciudadana para frenar estas operaciones”, concluyó Zúñiga.



