
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) hace excavaciones en una finca en Javillos de Florencia, en San Carlos, como parte de la investigación por la desaparición de la empresaria Ligia Zulema Faerron Jiménez, de 53 años. En estas labores, está presente un hombre de apellidos González López, de 29 años, principal sospechoso del crimen y quien, en apariencia, tenía una relación cercana con la mujer. El detenido está esposado.
“En este momento, lo que se está haciendo es la búsqueda de un cuerpo; ya no creemos que pueda ser de una persona viva”, afirmó Randall Zúiga, director de la Policía Judicial.
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La finca donde se llevan a cabo las diligencias, en apariencia, pertenece a la madrastra de González López. A este hombre se le vio por última vez con el vehículo de Faerron, un carro negro que volcó cerca de las instalaciones del hotel El Tucano en La Marina de la Palmera de San Carlos y, poco después, fue vendido en una venta de repuestos en Santa Rita de la Palmera.
Fuentes vinculadas con el caso, contaron a La Nación que el vehículo fue comprado por la repuestera en ¢400.000. Los investigadores están tras la pista de la persona que llegó a ese negocio para vender el automotor.

Durante los allanamiento de este martes, las autoridades hallaron el anillo de Faerron, el cual fue reconocido por sus familiares. Además, se encontró una maleta quemada en la zona, la cual se cree que fue utilizada para cometer el ilícito.
Una fuente relaciona con el caso confirmó a La Nación que, además de la maleta quemada y un anillo, en la finca donde se hace la búsqueda del cuerpo, los agentes ubicaron un collar y una diadema que pertenecían a la ofendida.
Durante la mañana, también se allanó una vivienda en Ciudad Quesada, donde se detuvo a una madre e hija de apellidos Linares Rodríguez, de 70 años, y Monterrey Linares, de 44 años. A ellas se les señala por el por el aparente delito de favorecimiento real y son sospechosas de ocultar información de interés para las autoridades.
Según explicó Zúñiga, si no se puede encontrar el cuerpo, el avance sería limitado, por lo que la Unidad Canina trabaja para intentar ubicar los restos humanos o algún indicio de interés para la investigación.
“Hay un pendiente importante que es poder encontrar el cuerpo para que ya podemos tener un caso más sólido, más firme”, concluyó el jerarca.
