
Siete cantones de la Gran Área Metropolitana (GAM) concentran la tercera parte de los 37.783 accidentes de tránsito atendidos por la Cruz Roja en lo que va del 2025: San José, Alajuela, Heredia, Desamparados, Cartago, Goicoechea y Escazú. Se trata de un dato esperable dada la densidad poblacional en estas localidades urbanas.
Sin embargo, si se ajustan las cifras según la población, salta el dato de que un cantón fuera de la GAM tiene la peor tasa de percances por cada 10.000 habitantes.
Se trata de Garabito, de Puntarenas, que si bien ocupa el puesto 24 entre los 84 cantones del país en cuanto a cantidad de accidentes, su tasa de 157,1 accidentes por cada 10.000 personas lo ubica en el primer sitio a nivel nacional, pues registró 419 eventos y solo cuenta con 26.672 habitantes.
Este cálculo fue elaborado por La Nación con datos de la Cruz Roja de este 2025, actualizados al 15 de agosto, y del censo 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Después de Garabito, los cantones con las tasas más altas de accidentes son Belén (140,2), San Isidro de Heredia (135,1), Orotina (130,1), Flores (119,9) y San Mateo (119,4).
El top 10 es completado por Heredia (115,9), Santa Ana (109,4), Escazú (108,7) y Esparza (107,8).
La tasa nacional de 74,7 es superada por 36 cantones, de los cuales solo 12 pertenecen a la GAM, lo que revela que la accidentabilidad se mantiene alta en las zonas rurales.
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No obstante, algunos cantones rurales también aparecen entre aquellos con las tasas más bajas. Tarrazú (20,8) y León Cortés (32,5), ambos de la zona de los Santos, tienen las mejores cifras, seguidos por un cantón urbano, Alajuelita (38,3), y otro también de la zona de los Santos, Dota (38,4).
Si se consideran solo los atropellos de peatones, Garabito también ocupa los primeros lugares. En concreto, ese cantón registró 23 casos, para una tasa de 8,6 por cada 10.000 habitantes, superado solo por Heredia (119 casos y tasa de 9,0) y San José, que ocupó el primer sitio tanto de atropellos totales como de la tasa, con 406 casos y una tasa de 11,5.
En cuanto a colisiones de vehículos, Garabito vuelve a tomar una preocupante posición: una tasa de 105,4, solamente superada por Belén, con 110,3.
Por su parte, en el rubro de vuelcos, las peores tasas les corresponden a los cantones de San Mateo (66,2), San Isidro de Heredia (61,8) y Turrubares (61,6).
‘Calles no dan segundas oportunidades’
El director de la Policía Municipal de Garabito, Juan Gabriel Hidalgo, aseguró a La Nación que una de las razones por las que el cantón es escenario de tantos percances es porque lo atraviesa la ruta 34, también llamada Costanera sur, que recorre desde Orotina hasta Palmar Norte de Osa. Sostuvo que grandes tramos de esa vía, no solo en Garabito, suelen ser escenarios de accidentes.
“Creo que entre las causas principales de este fenómeno está la falta de un mantenimiento adecuado por parte de Conavi (Consejo Nacional de Vialidad). Si usted ha viajado por acá, se da cuenta de que la señalización y la demarcación de la ruta son bastante deficitarias”, afirmó.
Además, se ha registrado un aumento de vehículos que circulan por la carretera, agregó Hidalgo.
Martín Sánchez, subdirector de la Policía de Tránsito, también mencionó la alta peligrosidad de la ruta 34 como una posible causa, y calificó a esta y la ruta 1 (que pasa por el segundo cantón con la peor tasa, Belén) como las carreteras más peligrosas de Costa Rica.
Según estadísticas de Tránsito, al 18 de agosto de este año, la vía con más siniestralidad es la ruta 1, con 31 decesos, seguida por la Costanera, con 30.
“Nos basamos en la estadística de muertes, suena feo decirlo, pero esa es la medida de nosotros. El esfuerzo va enfocado en las rutas con más muertos y específicamente en controles de velocidad, que es la mayor causante de muertes en el país en lo que llevamos del año”, manifestó Sánchez.
El oficial señaló que, además de la alta velocidad, la infraestructura vial es un factor determinante en la cantidad de accidentes.
“Hace unos meses un ingeniero dijo que nuestras calles no dan segundas oportunidades, y va en el sentido de que alguien, por ejemplo, va por la pista hacia Cartago, en el centro de la pista hay una isla y hay árboles. Entonces, si usted viene a 80 o 90 km por hora, por ahí pierde el control, se sale. Tal vez no se va a matar solo porque se salió de la ruta, pero si se encuentra un árbol, ese carro queda partido a la mitad”, indicó.
Por su parte, Ana Luisa Elizondo, coordinadora general del Programa de Infraestructura de Transporte del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), enfatizó en que Costa Rica debe dedicarse a la construcción de calles completas: vías con espacio para todos los usuarios, con aceras, ciclovías, bahías de buses, pasos peatonales bien identificados y señalización adecuada.
“Tenemos que revisar carreteras que tienen diseños obsoletos de 30 a 40 años, que ya su diseño geométrico no cumple con los estándares que se están pidiendo actualmente”, indicó.
Agregó que es vital rediseñar los márgenes de carreteras, con sistemas de contención cuando haya diferencias de altura de al menos 50 centímetros entre el asfalto y el terreno aledaño.
“Eso se llama carreteras que perdonan. ¿Qué significa una carretera que perdona? Que perdona que alguien se salga de la vía y se pueda reincorporar de la manera más segura. ¿Cuántas personas en este país han fallecido porque se salen?
“Hay una diferencia con respecto al terreno aledaño y tal vez no muy alto. La gente dice: ‘Es que es apenas un metro y medio’, pero la persona se vuelca, queda prensada y fallecida o con muchos golpes”, afirmó.
Elizondo coincidió con Sánchez en que la causa más común de accidentes es el exceso de velocidad, pero agregó como otras causas una carencia de policías de Tránsito y la falta de controles con cámaras de vigilancia y monitoreo, para atender lo que ella considera una “epidemia” que aqueja al país.
La Nación también consultó al Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) sobre el tema, pero su vocero de prensa indicó que preferían no emitir comentarios sobre estadísticas que no fueron elaboradas por dicha institución.