Una multitud, conformada por familiares, compañeros de trabajo y amigos del cruzrojista Minor Correa Pereira, asistieron este sábado a la Parroquia Inmaculada Concepción, en Tejar de El Guarco Cartago, para despedir al rescatista y chofer que laboró por más de 20 años en la institución.
Correa murió el pasado viernes en cumplimiento de su deber mientras atendía un accidente de tránsito en la carretera Florencio del Castillo, cerca del Servicentro Cristo Rey, en Ochomogo de San Nicolás, Cartago. Durante la misa, una de sus hijas Cristina Correa, agradeció a quienes los han acompañado en este proceso y recordó a su papá como alguien a quien le encantaba ayudar a otros.
“En la vida hay personas que nacen para salvar vidas y otras para ser salvadas, y mi papá era una de esas. Fue un gran padre, abuelo, hijo, hermano, esposo; una persona que cuidaba a todos y siempre estaba dispuesto a dar la vida por los demás”, dijo mientras los presentes rendían un aplauso a su padre.
Por su parte, compañeros que lo acompañaron en la guardia el día en que ocurrió el percance recordaron que, pocas horas antes del accidente, estaban compartiendo una cena y vacilando como Minor acostumbraba a hacer junto a sus colegas.
“Lo último que compartí con él fue una cena riquísima, porque nos llevó arroz con chorizo y un pozol increíble. Cuando ingresó la alerta del accidente Minor salió a atenderla y luego nos avisaron de lo que le pasó y pensamos que tenía golpes pero nunca encontrar la escena que vimos”, comentó Sergio Moya, cruzrojista.
“Nos va a quedar muy marcado porque tratamos de reanimarlo y fue imposible; realmente no sabíamos qué era lo que tenía. Cuando llegamos teníamos la esperanza de que hubiera sido algo leve, pensábamos en inmovilizarlo y llevarlo al hospital, pero ya no tenía signos vitales. Va a ser algo imposible de olvidar, ver al compañero tirado en la autopista y saber que horas antes estuvimos compartiendo”, recordó Eduardo Durán, socorrista de Cruz Roja.
El cuerpo de Correa fue escoltado por Cruz Roja, Bomberos, Tránsito y Fuerza Pública la noche del viernes desde Medicatura Forense en San Joaquín de Flores, Heredia hasta el Comité de Cruz Roja de Cartago. A su paso, doctores y enfermeras del Hospital Max Peralta salieron del centro médico y le aplaudieron al igual que sus compañeros.
Don Minor, de 59 años, también era fiel apasionado al ciclismo, le encantaba el ciclismo recreativo y por eso se iba a Pérez Zeledón, Guápiles y Orosí, entre otros lugares. Además, estaba próximo a pensionarse, pues le faltaban tan solo dos años para su jubilación.
Vivía en Tejar de El Guarco, estaba casado desde 1982 y era de padre y abuelo. Sus compañeros lo recuerdan como un ser humano generoso, desprendido y siempre dispuesto a dar la milla extra.
“Era una excelente persona, siempre nos vacilaba y buscaba la forma de ponernos un apodo o sacarnos una sonrisa. Se desvelaba mucho porque todos estuviéramos bien; siempre traía comida para todos”, externó William Pérez, rescatista de Cruz Roja Cartago.
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Hipótesis
Minor Correa falleció cuando un conductor de un vehículo lo atropelló mientras él estaba atendiendo un accidente de tránsito en la carretera Florencio del Castillo, cerca del Servicentro Cristo Rey, en Ochomogo de San Nicolás, Cartago.
Según versiones de testigos y oficiales de Tránsito, factores como alta velocidad, consumo de alcohol y la poca luz artificial en el sitio donde ocurrió la fatalidad, se combinaron para el trágico final donde el cruzrojista y un motociclista perdieron la vida.
“En el impacto, los cuerpos quedaron a aproximadamente 40 metros de distancia uno de otro, y el vehículo después de los 40 metros pudo detenerse a unos 100 metros de la escena”, explicó Reyner Chacón, jefe de la Policía de Tránsito de Cartago.
“Hay demarcación deteriorada y es oscuro, propiamente a la hora en que ocurre el accidente al ser de madrugada no había tanta claridad. En ese trayecto ya han sucedido otros percances y justamente en esa zona, como a los 300 metros, nosotros hacemos controles por considerarlo un punto de alta velocidad”, informó Chacón.