Cualquier momento es bueno para ordenar tu economía familiar y convertirte en una persona con buenos hábitos financieros.
Pero en la segunda mitad del año, te hacemos una sugerencia: atrevete a llegar a diciembre con los números sanos y a convertirte en una persona que ahorra y cumple grandes metas.
Si te está costando llegar a final de mes, o bien, el pago de préstamos de consumo le está dando enormes mordiscos a tus ingresos, es el momento de hacer una pausa y decidirte a tomar un nuevo rumbo en el campo económico.
Sin embargo, a lo mejor podés decir "Bueno, yo no tengo deudas pesadas y puedo vivir sin complicaciones". Correcto, pero si no vigilás tus finanzas, a lo mejor estás dejando pasar la oportunidad de mejorar tu ahorro y alcanzar anhelos como un carro nuevo, una casa propia o ese viaje que llevás tiempo añorando.
El primer paso es hacer un presupuesto. Para ello, no hace falta tener un título en Administración o Contabilidad. Basta con sencillos pasos:
Anotá en una libreta, cuaderno, computadora o celular todos tus gastos mensuales.
En otra lista, determiná tus ingresos.
El siguiente paso es muy obvio: compará si estás gastando más de lo que ganás, en cuyo caso es indispensable que empecés a hacer recortes.
Podés ponerte como meta limpiar tus finanzas en los siguientes cinco meses, de forma que llegar desahogada a diciembre sea uno de tus más importantes regalos de Navidad.
Al recortar tus gastos innecesarios, vas a tener más capacidad para abonarle a la tarjeta de crédito, en lugar de simplemente pagar el mínimo.
Tenés que empezar por las deudas que generan más intereses. Por ejemplo, electrodomésticos comprados a plazo, y quedarte solo con las que te permiten vivir bien o incrementar tu patrimonio, como el préstamo de una casa.
Aunque ya pasó medio año, nunca es tarde para empezar a hacer ese presupuesto y decidirte a ahorrar. Imaginate la enorme satisfacción que te va a generar tener los números en orden en diciembre y ver tu dinero crecer en cuentas de ahorro.