¿Ha sentido inflamación alguna vez? De repente de un día a otro el pantalón no le cierra… la inflamación es un padecimiento común y de ahí la popularidad de las dietas antiinflamatorias.
Estas dietas no solo prometen reducir la inflamación, sino también mejorar el bienestar general. En este artículo, exploraremos para qué sirven, quiénes las pueden seguir, recomendaciones, contraindicaciones y los alimentos que debería evitar. La nutricionista Margarita Arroyo aclara todas las dudas en esta entrevista.
¿Para qué sirven las dietas antiinflamatorias?
Este tipo de dieta está diseñada para reducir la inflamación crónica, la cual muchas veces está vinculada a diversas enfermedades, como la artritis, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, y algunas formas de cáncer. Al disminuir la inflamación, estas dietas pueden ayudar a mejorar su salud general, reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar su calidad de vida.
¿Quiénes pueden seguir este tipo de alimentación?
En realidad son adecuadas para la mayoría de las personas. Sin embargo, son especialmente beneficiosas para aquellos que padecen condiciones inflamatorias crónicas, como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal, y la fibromialgia. También pueden ser útiles para personas con antecedentes familiares de enfermedades crónicas relacionadas con la inflamación.
¿Cuáles son algunas recomendaciones para seguir una dieta antiinflamatoria?
· Consuma alimentos ricos en antioxidantes: Incluya frutas y verduras coloridas, espinacas, zanahorias y remolacha.
· Elija grasas saludables: Opte por aceites vegetales, aguacates, nueces y semillas.
· Incorpore pescado rico en omega-3: Como el salmón y las sardinas.
· Añada a la comida tradicional especias y hierbas antiinflamatorias: Como la cúrcuma, el jengibre, el ajo y el romero.
· Prefiera los granos enteros: Avena, quinoa, arroz integral y cebada.
· Hidratación adecuada: Beba suficiente agua y considere té verde, conocido por sus propiedades antiinflamatorias.
¿Cuáles son los alimentos que más inflaman?
Hay muchos pero los más comunes en la dieta costarricense son:
· Azúcares y jarabe de maíz alto en fructosa: Presentes en refrescos, dulces y alimentos procesados.
· Grasas trans: Presentes en muchos alimentos fritos y productos horneados comerciales.
· Carbohidratos refinados: Como el pan blanco, las pastas y los productos de repostería.
· Exceso de alcohol: El consumo elevado de alcohol puede aumentar la inflamación.
· Carnes procesadas: Como salchichas, embutidos y tocineta.
· Aceites vegetales refinados: Como el aceite de soja y el aceite de maíz.
¿Y los lácteos también pueden producir inflamación?
Los lácteos pueden ser inflamatorios para algunas personas, especialmente aquellas que tienen intolerancia a la lactosa o alergia a la proteína de la leche.
La intolerancia a la lactosa es una condición en la cual el cuerpo no puede digerir bien la lactosa, un tipo de azúcar presente en la leche y otros productos lácteos. Esto puede llevar a síntomas gastrointestinales como hinchazón, gases, diarrea y dolor abdominal, que pueden contribuir a la inflamación.
Además, las personas con alergia a la proteína de la leche, como la caseína y el suero, pueden experimentar reacciones inflamatorias. Los síntomas pueden variar desde problemas digestivos hasta reacciones alérgicas más graves.
También, algunas personas pueden tener una sensibilidad a los lácteos que no se clasifica como intolerancia o alergia, pero que aún puede causar inflamación y otros síntomas desagradables.
Pero, para las personas que no tienen intolerancia a la lactosa ni alergia a la proteína de la leche, los lácteos pueden no ser inflamatorios y pueden formar parte de una dieta saludable.
¿Cómo se puede identificar la inflamación?
A pesar de que podría sonar muy lógico, identificar la inflamación en el cuerpo puede ser un desafío, ya que los síntomas pueden variar ampliamente según la causa y la ubicación de la inflamación. Aquí hay algunos signos comunes y métodos para determinar si tiene inflamación:
- Dolor: Puede ser agudo o crónico, localizado o generalizado.
- Hinchazón: Puede notar una hinchazón visible en el área afectada.
- Calor: La zona inflamada puede sentirse caliente al tacto.
- Enrojecimiento: La piel sobre la zona inflamada puede estar enrojecida.
- Pérdida de función: Puede experimentar dificultad para mover la parte del cuerpo afectada.
Síntomas de la inflamación crónica
- Fatiga: Sentirse constantemente cansado o agotado.
- Dolores y molestias: Dolores musculares y articulares sin causa aparente.
- Problemas digestivos: Dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.
- Cambios en la piel: Erupciones, enrojecimiento o problemas en la piel.
Para la especialista, es importante mantener un diario de síntomas y acudir a un médico en caso que note que la inflamación es seguido o permanente.