Ha pasado prácticamente un año desde aquel momento que causó dolor e impotencia en todo el país. La desaparición de Marco Calzada, de 19 años, se reportó desde las primera horas del domingo 3 de julio de 2022, y desde el primer momento la noticia de su ausencia se viralizó en las redes sociales.
Marco no hacía muchas salidas nocturnas, pero esa noche había aceptado la invitación de unos amigos para celebrar su cumpleaños en un bar de barrio La California, horas después fue localizado muerto en las cercanías del barrio chino, con heridas de arma blanca.
Era vecino de Pavas, reconocido por ser un joven noble, religioso, misionero, con una familia admirable y al que le quitaron la vida en un acto que involucró a cinco jóvenes de Cartago, el autor directo, de tan solo 14 años… todos esos elementos conmocionaron al país, y ante esta realidad, Mario Calzada, padre de Marco lejos de reaccionar con ira ante lo sucedido, hace un llamado a la sociedad al perdón, a la compasión y, pide a las familias volver a valores familiares para evitar que otros sufran lo que ellos estaban pasando.
En ese momento, Mario Calzada, dijo al Periódico La Nación: “El país no ocupa más policías, ni más cámaras. El país ocupa familias que estén dispuestas a ayudar por la paz. Se hace indispensable que rescatemos a la familia para poder rescatar a nuestro país de muchos de los males que lo aquejan. Debemos volver a enseñar dentro de cada hogar aquello que no dejará de ser esencial para una persona, es decir, la educación en valores, y no pretender delegar esa función en el sistema educativo formal. La escuela y el colegio no pueden sustituir a la familia en esa misión de inculcar la honestidad, el respeto, y el amor al prójimo”.
En esta entrevista para Revista Perfil, a casi un año de lo sucedido, y en una edición especial en la que se destaca la labor de los papás, Mario Calzada habla acerca de su vivencia tras lo sucedido y como este acto le cambió la vida.
¿Cómo era su relación con Marco?
Pues dicen que no hay muerto malo pero en el caso de Marco es más que cierto; él no solo era un buen hijo… Marco era un ser humano extraordinario y, así fue desde pequeño.
Marco llega a nuestras vidas cuando Gaby (esposa) y yo éramos muy jóvenes, teníamos 20 años y no sabíamos cómo ser papás, bueno, mi esposa siempre ha sido muy centrada, ella es tan carga y siempre ha sido así, pero yo en ese momento era un desastre, era súper tortero, nadie daba un cinco por mí, es más, ahora no entiendo cómo dejaron a Gaby que se casara conmigo si yo era como un niño grande… finalmente, nos casamos cuando ella tenía tres meses de embarazo de Marco.
Yo no tenía un modelo de figura paterna, mi papá murió cuando yo era muy pequeño, tenía cinco años. Recuerdo que para el día del padre cuando yo estaba en la escuela siempre hacía como seis regalos, le daba a mis tíos, a mis vecinos, al papá de mis amigos, a todos los que yo tenía a mi alrededor porque en todos buscaba esa figura paterna.
El día que Marco nace fue el día más feliz de mi vida, aunque yo sabía que no estaba preparado, de alguna manera mi sueño era ser papá y Marco hizo que todo fuera sencillo, con él todo fluyó desde el primer momento.
Marco era un niño inteligente, obediente, uno le decía una vez que no hiciera algo y nunca más lo volvía a hacer, era respetuoso, amoroso y lleno de talentos por si fuera poco, todo lo que se proponía lo lograba y era buenísimo en todo.
Además, nos gustaban las mismas cosas, íbamos a conciertos, jugábamos juntos, escuchábamos la misma música, pasábamos tiempo libre haciendo las cosas que nos gustaba, Marco nos enseñó a ser misioneros, en realidad teníamos una relación extraordinaria porque él era increíble y era imposible no amarlo y llevarse bien con él.
¿Qué pasa por su cabeza cuando se da cuenta que él no llegó a dormir esa noche del sábado 2 de julio?
Yo desde el primer momento supe que algo no estaba bien, sabía que algo grave, muy grave y doloroso había pasado, recuerdo que esa mañana yo me fui a su cuarto, me senté en su cama, empecé a llorar y sentí en mi corazón que Marco tenía frío, para ese momento él estaba en la morgue; cuando sonó el teléfono para darnos la noticia que lo habían encontrado y que lo habían asesinado, yo ya sabía que él ya no estaba con nosotros, fue muy extraño, lo sentía en mi corazón, de hecho, desde el primero momento le dije a Gaby que algo muy malo había pasado y que nos preparáramos para lo peor.
Ese momento fue desgarrador pero, sabía que tenía que ser soporte para Gaby y para mis otras dos hijas, aun así, tuvimos mucha paz como familia.
En ese momento, usted sale a los medios de comunicación y reacciona de forma que nadie esperaba, asegura que en su corazón no cabe rencor y más bien pide que oren por su familia y por las personas que cometieron el asesinato y por sus familias, ¿Por qué?
Porque era lo que tenía que hacer. Porque desde mucho antes Dios y el mismo Marco nos habían preparado para ese momento.
Si esto hubiera ocurrido en mi vida 10 años atrás mi reacción sin duda hubiera sido otra, básicamente porque antes mi relación con Dios es muy distinta a la que tengo ahora, ahí estuvo la clave de todo.
Cuando esto ocurre ninguno de nosotros cuatro hablamos de que nuestra posición iba a ser una o la otra, era algo que ya estaba en nuestros corazones, fue como si el Espíritu Santo nos dirigiera como familia a esa reacción.
Ahora, uno ve atrás y entiende muchas cosas, sé que Dios nos preparó para esto, el mismo Marco lo hizo, recuerdo que cuando él estaba con nosotros que trataba que las oraciones por más sencillas que fueran, por ejemplo, para dar gracias por la comida, fueran profundas, él traía su guitarra y nos acompañaba en la oración para hacerlo más bonito y que nosotros nos llenáramos del poder de Dios… ahí Dios nos estaba preparando para lo que venía, en esas oraciones sencillas pero profundas y llenas de amor.
Aun así es muy duro y no me puedo imaginar cómo sería esto con odio en nuestro corazón, yo trato de no ponerle nombre, solo me abandono en el espíritu santo.
Sé que ellos, estos cinco chicos que mataron a Marco nacieron en un ambiente distinto al mío, y no los puedo odiar, ellos tomaron una terrible decisión pero es algo que nació desde su entorno, desde sus familias.
¿Qué pasa con su vida después del fallecimiento de Marco?
Pasa de todo, empezamos a vivir como familia el duelo y pasamos de tener una silla vacía en la mesa a entender que ya nadie iba a ocupar esa silla y era mejor quitarla de la mesa, a sobrellevar los días, hay días malos para mí y entonces Gaby y las chicas tratan de sacarme adelante, otros días es Gaby la que amanece bajoneada y entre todos los demás tratamos de hacerla sentir mejor, y lo mismo pasa con las chicas, todos tenemos nuestro momento gris pero, seguimos el ejemplo de Marco y nos levantamos, nos secamos las lágrimas y le damos gracias a Dios por lo que tenemos, además, en nuestras manos hay un proyecto hermoso que es el de la misión en Los Guido que nos motiva a todos como familia para seguir adelante.
¿Este acontecimiento lo cambió a usted como hombre, como esposo y como papá?
Por supuesto, dentro de la fe veo el dolor como si fuera un entrenamiento militar, hay muchas cosas que van a doler pero que te ayudan a ser mejor soldado, Dios sin duda me ha ido moldeando y me preparó con mucho amor para esta prueba.
A veces veo donde me metieron estos cinco chicos (los acusados del asesinato) y no lo puedo creer, yo siempre fui tan tortero, tan desastroso y Marco me daba tanto equilibrio y ahora sin él debo seguir igual, haciendo las cosas como él quería que las hiciéramos juntos.
Entendí además que cuando uno suelta las cosas, empieza a recibir bendiciones de Dios.
¿Cómo cambió lo que pasó con Marco la dinámica familiar?
Hemos tratado de mantener todo lo que hacíamos, Marco luchó por esa dinámica de familia agradecida y servidora de Dios, tratamos que nada de eso se rompa, pero, tenemos la claridad de que somos una familia nueva, somos más fuertes, conocemos el dolor profundo y eso nos hace más fuertes.
¿Cómo es la relación con sus otras hijas?
Bueno, Lucía tiene 15 y Camila tiene 11 años, ambas son hermosas y me tienen enamorado.
Ahora vivo con tres mujeres igual que cuando era niño que vivía con mi mamá y mis dos hermanas. Nuestra relación se ha fortalecido enormemente estoy más enamorado de ellas que nunca y hemos superado esta prueba juntos lo cual nos ha hecho más fuertes y unidos. La sonrisa que me sacan no me la saca nadie y aunque pasan burlándose de mí por cualquier cosa que hago la risa se ha convertido en nuestra medicina. Juntos misionamos y rezamos todos Los días y juntos construimos esta nueva familia.
Cuénteme de su faceta como misionero, ¿en qué consiste el proyecto en el que están trabajando?
Como misionero encuentro mi mejor versión, el mejor Mario sale cuando estoy en misión.
Empezamos con este proyecto tan bonito hace seis años y Marco fue parte de la fundación, él estuvo desde el inicio acompañándonos en esto. De hecho, Marco es el primero en entrar al mundo de las misiones en mi familia y, nosotros lo seguimos y nos conectamos con esto tan hermoso.
Pertenecemos a una comunidad que se llama Ignis Mundi, y trabajamos en Los Guido, en Desamparados.
Esta misión está orientada en que las familias envueltas en un entorno de vulnerabilidad se sientan amadas y respaldadas, tratamos de darles de forma integral lo que necesitan para salir adelante pero, más allá de ayuda económica, lo que queremos es fortalecer valores y que entiendan que a través de buenas decisiones, trabajo y ayuda de Dios pueden salir adelante y cumplir sus sueños.
Estamos construyendo varias casas para que junto a otras familias misioneras, incluso de otros países, podamos vivir ahí con ellos, entender sus necesidades, apoyarlos y estar ahí trabajando todos los días con ellos, ya la construcción de estas casas inició y esperamos que pronto podamos vivir ahí junto a ellos.
¿Hay algo que estuviera en los planes de Marco y que a usted le gustaría realizar en su memoria?
No, nada, Marco todo lo hizo, él era tan completo que su ambición era vivir el día a día, yo no le conocí un sueño que no realizara, él todo lo que se planteaba lo conseguía, quería estudiar, lo estaba haciendo, quería aprender a tocar guitarra y lo hizo, quería boxear y era buenísimo, tenía un buen trabajo, era amado por la gente, tenía novia, amigos, era un muchacho muy amado y sobre todo muy guiado por Dios, entonces no dejó nada pendiente.
¿Cuál fue la principal enseñanza que le dejó Marco?
Confiar siempre en Dios y vivir el día a día sin preocuparnos por tener más de lo que necesitamos.
Marco a nosotros como familia nos sigue sorprendiendo. Un día entramos al cuarto de él a recoger sus cosas y realmente no tenía nada, sus pertenencias era una guitarra y la computadora, tenía poca ropa, su closet estaba casi vacío, un jeans que le quedaba grande, una camisa que era la que siempre se ponía, una jacket de mezclilla que era mía y un par de cosas más, él no se preocupaba por tener mucho material, básicamente tenía lo que necesitaba y vivía el día a día agradando a Dios.
“Gracias a nuestra fe hemos podido ver la edición de los videos del recorrido de Marco desde que sale del bar hasta que muere como algo bonito a pesar del dolor, pudimos ver como él reza, abre los brazos antes de una muerte rápida y se encuentra con Dios, él tuvo su encuentro con el Señor”, dijo Mario Calzada.
Ahora soy un papá que sabe lo que es el dolor de perder un pedazo de su corazón y doy gracias a Dios por todo lo que ha hecho en mí, por permitirme compartir tiempo con Marco, por tener a mi lado a una mujer extraordinaria y unas hijas que me sacan una sonrisa todos los días y que amo con toda mi alma.