
En medio del movimiento habitual de Pinares de Curridabat —una zona que mezcla oficinas, comercios y vida residencial— se abre un nuevo espacio pensado para el disfrute. Entre mesas de madera clara y el aroma a pan recién salido del horno, Granier apuesta por una experiencia sencilla, acogedora y con sabor europeo.
El menú combina opciones clásicas de panadería como hogazas de masa madre, croissants y tronquitos de chocolate, con desayunos completos, tostadas con salmón, ensaladas y café para acompañar a cualquier hora.

La cocina se mueve al ritmo de los hornos: se hornea varias veces al día para mantener la frescura, y se nota.
El diseño del lugar —concebido en España, pero adaptado con naturalidad al entorno local— busca invitar al encuentro. Ya sea para un desayuno sin apuro, una merienda informal o una pausa entre reuniones, el ambiente acompaña sin estridencias.
“Más que una tienda nueva, esta apertura representa un paso hacia espacios donde las personas se sientan cómodas, disfruten de un producto fresco y tengan ganas de volver”, comenta José Antonio Pacheco, gerente de la marca en el país.
Además de su propuesta gastronómica, el nuevo local genera empleos directos y busca integrarse de manera orgánica a la comunidad. Está abierto de lunes a domingo, de 7:00 a.m. a 7:30 p.m.

Un rincón donde el pan, el café y la conversación encuentran su lugar.