
Después de titularse en la escuela de negocios de Harvard (HBS), Marielle Miller comenzó su proyecto empresarial, La Complice, una propuesta que utiliza la inteligencia artificial para resolver las necesidades de las marcas de moda y la de sus consumidores. “En los primeros cursos en Harvard, una de las lecciones fue ‘no busques una idea, busca un problema’ y eso cambió mi perspectiva.”
“El problema que a mí me llamó la atención es ‘no sé qué ponerme’ [ríe]. Cuando yo no sé qué ponerme, lo que hago es llamar a Nane (la conocida influencer Nane Miller) porque tiene una mente creativa y el estilizar se le hace super fácil. Ahí es donde dije ‘Yo tengo un problema que soluciono llamando a mi hermana, pero mis amigas y conocidas no tienen ese recurso, entonces, me gustaría resolver este problema trabajando con creadoras de contenido, y poder utilizar esa inspiración y recurso creativo.”
Una vez que entendió cuál era la principal carencia a resolver en el viaje del consumidor, su siguiente reto fue entender la necesidad de las marcas frente a esto.

“Si todo lo percibes como señal, te desmotivas; si todo es ruido, ignorás oportunidades de valor.”
En La Complice, la inteligencia artificial genera outfits inspirados en creadoras de contenido de moda que permite a las marcas alinear su inventario con tendencias de redes sociales, automatizando un “match” entre prendas disponibles y looks virales.
La Complice analiza contenido de influencers y lo vincula con el inventario de cada marca. A través de un proceso bidireccional, identifica las prioridades de la marca y luego genera un pitch personalizado que sugiere qué tipo de contenido conviene integrar al sitio.
Esta automatización reduce costos de producción y mejora la conversión: los consumidores encuentran conjuntos de inspiración, favoreciendo decisiones de compra conscientes y funcionales.
En su rol como fundadora, Marielle reflexiona lo siguiente
“Como líderes empresariales sentimos muchas veces que hay que hablar todo el tiempo, pero el valor de escuchar para informarse y dar más con lo que se dice de vuelta creo que es lo que más nos hace falta para liderar. Nos toca ser intencionales en darle el espacio a las voces que son más calladas en un equipo.”

La Complice trabaja con dos ingenieros en inteligencia artificial y con dos chicas pasantescostarricenses. “Me emociona darle oportunidad a chicas latinas decrecer profesionalmente en Estados Unidos y darles la mentoría de parte de una mujer latina, algo que yo no tuve”,señala Miller. Además, en Harvard, La Complice ha sido parte de proyectos guiados por profesores y estudiantes.
Pese a que la herramienta de su emprendimiento es la inteligencia artificial, su postura es clara: el talento humano debe estar al centro.
“Para mí es súper importante que el talento humano esté en el centro de lo que sea que hagamos. Hay una razón bastante estratégica y moral en trabajar con influencers reales. Yo siempre pondré al humano en el centro de lo que sea que haga, y justamente porque creo que lo que no se puede replicar es la creatividad y el talento humano.”
El camino no ha sido sencillo.
Solo el 2% del capital de riesgo en EE.UU. se invierte en mujeres. “Si no creés en vos misma y no tomás el riesgo vos, eso afecta a generaciones de mujeres emprendedoras que vienen en camino”, reflexiona. Por eso, para ella es vital incluir mujeres en su equipo, abrir puertas que antes no existían.
“Yo no creo que hay que ir a Harvard para encontrar los problemas.
Es también acerca de la curiosidad, es una mentalidad. (…) A veces las mayores inspiraciones están a la vuelta de la esquina.”