
Este julio de 2025, la compañía costarricense Oak Productions presenta una adaptación del clásico musical “Little Shop of Horrors”, apostando por una visión artística en la que el vestuario y la propuesta visual juegan un papel protagónico. La obra, conocida por su mezcla de comedia, horror y música, se reinventa con un enfoque costarricense que resalta el talento nacional tanto sobre el escenario como detrás de él.
¿Cuándo y dónde?
- Del 10 al 25 de julio del 2025, en el Teatro Espressivo, en Momentum Pinares, jueves y viernes 8 pm, sábados 3 pm y 8 pm, y domingos a las 6 pm.
Con la producción general a cargo de Patricio Alvarado, este montaje no solo revive un clásico del teatro musical, sino que también lo convierte en una experiencia escénica profundamente estética y simbólica.
Desde la dirección de arte, pasando por el maquillaje y la peluquería, hasta la minuciosa creación del vestuario, esta versión busca contar la historia también a través de la imagen.
Uno de los pilares creativos de la producción es el diseño de vestuario, a cargo de la artista costarricense Abril Jenkins, quien se propuso construir una propuesta conceptual en la que cada personaje estuviera conectado con el mundo natural que gira en torno a la planta carnívora protagonista.

“Cada diseño fue pensado como parte de un ecosistema que gira en torno a la planta, que es el eje central del musical”, comenta Jenkins.
Este enfoque permitió desarrollar trajes que no solo son estéticamente llamativos, sino que también funcionan como una extensión narrativa de los personajes.
Uno de los ejemplos más destacados es el vestuario de Seymour, el tímido florista cuyo descubrimiento de una planta misteriosa desata una cadena de acontecimientos insospechados. Su atuendo incorpora elementos inspirados en una hiedra trepadora, representando de forma visual cómo la ambición y la influencia de la planta van envolviéndolo poco a poco.
Las transformaciones que Seymour experimenta a lo largo de la obra no solo se reflejan en su comportamiento, sino también en los pequeños cambios que sufre su vestuario, reforzando su desarrollo interno y sus conflictos emocionales.

Otro recurso creativo importante se encuentra en las Urchins, el trío de narradoras que acompaña musicalmente el desarrollo de la historia. En esta adaptación, sus vestuarios fueron diseñados con detalles inspirados en insectos y criaturas simbióticas, como parte del ecosistema visual de la planta. Las texturas, accesorios y formas de sus atuendos evocan a esos organismos que sobreviven cerca de lo salvaje, lo venenoso, lo prohibido. Su presencia escénica, cargada de ritmo y actitud, se potencia con una estética que les otorga una identidad propia dentro del universo de la obra.

El vestuario no solo adorna o embellece; funciona como un canal expresivo clave. Cada textura, costura y color fue pensado para construir una atmósfera viva, que cambia, se transforma y responde al pulso narrativo de la obra. Esta visión estética convierte el diseño de vestuario en un protagonista silencioso que dice tanto como el guión o las canciones.

La propuesta visual se complementa con un cuidadoso trabajo de peinado realizado por Gabriel Hidalgo, quien ideó estilos que fusionan elementos retro con líneas orgánicas, y con un maquillaje diseñado por Vicky Cisneros, que potencia la expresividad de cada personaje a través del color, las formas y el detalle teatral. El equipo artístico logró cohesionar sus disciplinas para generar un lenguaje visual coherente que sostiene y amplifica la historia.

En lugar de replicar el estilo del musical original, esta producción se enfoca en construir un nuevo universo estético que, aunque conserva los elementos esenciales de la trama, propone una lectura visual distinta, cargada de referencias botánicas, emociones humanas y simbolismos naturales.
“Little Shop of Horrors”, en su versión costarricense, no es simplemente una obra de teatro musical. Es una puesta en escena donde el vestuario respira, se arrastra, florece, y se enreda en los cuerpos de los personajes, envolviéndolos en una metáfora viva sobre el deseo, la ambición y los límites de lo que estamos dispuestos a hacer para obtener lo que queremos.

Esta producción representa una celebración del arte local y del potencial creativo del teatro nacional, demostrando que con visión, talento y una propuesta estética sólida, es posible reinterpretar clásicos desde una mirada contemporánea y auténticamente costarricense.
Compañía productora: Oak Productions
Vestuario: Abril Jenkins
Beauty (peinado): Gabriel Hidalgo y “The Factory Afro Curly”.
Maquillaje: Vicky Cisneros
Fotografía: Esteban Ávila