
Una fiesta, un asesinato y cinco bañazos. Así se podría resumir Esta fiesta está muerta, la serie web costarricense que marca un antes y un después en el cine y la televisión nacional.
La propuesta nace de la mente creativa de estudiantes de tercer año de la carrera de Cine y Televisión en la Universidad LCI Veritas. Apostaron por algo fresco, que mezcla comedia con misterio, adaptado al lenguaje y humor tico, sin filtros ni pretensiones.

La historia sigue a cinco personajes que, después de su fiesta de graduación, quedan atrapados en una casa alejada de la ciudad. Lo que arranca como una noche de celebración se convierte en algo muy distinto cuando uno de ellos aparece muerto. ¿Fue un accidente? ¿Un asesinato? Las dudas no tardan en surgir.

Tuve el privilegio de ser parte del elenco, junto a Armando González, Emmanuel Sánchez, Victoria Rodríguez, Brayan Jiménez y Sianny Castillo. Tres de ellos son estudiantes de Artes Dramáticas en la UCR. Compartir escena con gente tan talentosa fue un regalo. Este proyecto me reafirmó algo que ya intuía: en Costa Rica hay talento de sobra… pero aún más, hay pasión.
Durante un mes, muchos del equipo vivimos en la casa donde se grabó la serie. Todos los días, de 4:00 p.m. a 5:00 a.m., ese espacio se transformaba: el cansancio se mezclaba con la emoción, y cada noche nacía algo nuevo. Entre luces, cámaras, improvisaciones y tazas de café, entendí lo que significa amar de verdad este arte.

Esa casa se volvió hogar. Compartimos risas, desvelos, frustraciones y momentos que solo quienes han hecho cine entienden. Detrás de cada escena hay mucho más de lo que el público ve: esfuerzo, sacrificio y una entrega total. Ver cómo tantas personas unieron fuerzas para crear algo desde cero, con tanta dedicación, me llenó de admiración y esperanza por el futuro del cine en este país.

Esta fiesta está muerta se estrena el 24 de noviembre en YouTube. Les invito a verla, a compartirla, a seguir las redes del proyecto y apoyar el talento nacional. Porque esta serie no solo cuenta una historia: celebra el poder de soñar, de crear y de creer.

Siempre voy a llevar conmigo esa casa, esas noches de rodaje y a las personas que convirtieron una simple fiesta en una experiencia inolvidable. Me enseñaron que soñar en grande se vale, y que lo que de verdad importa es trabajar por esos sueños.