Se estima que más del 75% de la población mundial es intolerante a la lactosa, sin embargo eliminar el consumo de estos productos podría generar problemas en su salud.
Marianela Obando, especialista en nutrición clínica, asegura que la deficiencia de consumo de lácteos está relacionada con la descalcificación de huesos y dientes, la osteoporosis, el estreñimiento y el acné.
La intolerancia a la lactosa es una condición que afecta el sistema gastrointestinal y que se genera, en la mayoría de los casos, debido a una producción deficiente de la lactasa.
La lactasa es la enzima responsable de hidrolizar o subdividir las moléculas de la lactosa —azúcar presente en todas las leches de origen animal— en dos azúcares simples: glucosa y galactosa; para facilitar una adecuada absorción en el organismo.
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De forma sencilla, las personas que no producen en su intestino delgado la cantidad necesaria de lactasa no pueden digerir correctamente la lactosa. Como consecuencia este azúcar se desplaza hasta el colon, en lugar de procesarse para su absorción, y produce síntomas molestos como: diarrea, cólicos, gases continuos, hinchazón abdominal, náuseas y hasta vómitos.
Si bien el padecimiento es el mismo, se han definido tres tipos de intolerancia a la lactosa. Estos están determinadas por las causas que producen la deficiencia de lactasa en el organismo.
1. Intolerancia primaria: es el tipo más frecuente y está determinada por factores genéticos. El ser humano al inicio de su vida produce niveles muy altos de lactasa -necesarios para sustentar una dieta basada en leche materna-, los cuales disminuyen conforme la dieta comienza a incluir otros grupos de alimentos. En la intolerancia primaria a la lactosa, hay una pérdida gradual de la capacidad de digerir la leche y esta pérdida es progresiva y permanente.
2. Intolerancia secundaria: se produce cuando el intestino delgado disminuye la producción de lactasa por motivo de una enfermedad, lesión o cirugía que lo ha afectado. Con el diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado generalmente se reestablece la producción de lactasa.
3. Intolerancia congénita: es extremadamente poco común y ocurre por una mutación en el gen de la lactasa. Como consecuencia, el niño no tiene la capacidad de producir lactasa. Este trastorno suele ser hereditario y se presenta solo si, tanto la madre como el padre, transmiten la misma variante genética para que el niño padezca esta condición.

Además, existen factores de riesgo asociados al desarrollo de la intolerancia a la lactosa, por ejemplo:
La edad: Muchas personas comienzan a sufrir intolerancia a la lactosa en la edad adulta. Es poco frecuente en bebés y en niños pequeños, que por lo general tienen niveles muy elevados de lactasa para procesar una dieta basada, principalmente, en la leche materna.
Los nacimientos prematuros: Los bebés que nacen antes de las 40 semanas pueden tener nivelesreducidos de lactasa, debido a que el intestino delgado genera las células productoras de la lactasa hasta finales del tercertrimestre de embarazo.
Otras enfermedades: Algunos de los padecimientos del intestino delgado que pueden provocar intolerancia a la lactosa comoel crecimiento bacteriano excesivo, la celiaquía, la intolerancia al gluten y la enfermedad de Crohn.
Tratamientos oncológicos: Laspersonas que han recibido radioterapia contra el cáncer de estómago pueden presentar complicaciones intestinales que a su vez las hacenmás propensas a sufrir de intolerancia a la lactosa.
Beneficios de los productos lácteos libres de lactosa
- Reducen o eliminan por completo los síntomas de la intolerancia.
- Son productos ricos en calcio, fósforo, sodio, potasio y zinc. Son libres de lactosa, pero conservan los nutrientes de los lácteos completos.
- Laleche sin lactosa y sus derivados aportan 9 aminoácidos esenciales que el cuerpo no es capaz de generar y son ricos en vitamina A, D yB12.
- Brindan el mínimo de lactosa requerido para el organismo. Una pequeña cantidad de lactosa es necesaria para contribuir a la absorción del calcio, nutriente esencial para el crecimiento y desarrollo de los huesos. Los productos deslactosados integran una proporción aproximada de 0,01 gramos de lactosa por cada 100 mililitros. En contraposición, los lácteos clásicos pueden contener hasta 4,7 gramos por cada 100 mililitros.
- No aportan más azúcar. Los lácteos libres de lactosa suelen tener un sabor un poco más dulce, debido al proceso al que son sometidos para separar la lactosa en glucosa y galactosa, sin embargo, no contienen más azúcar que los lácteos convencionales.