El número de mujeres que no pueden acceder a planificación familiar y que se enfrentan a embarazos no planeados, y violencia de género podría dispararse a razón de millones de casos si persiste el confinamiento consecuencia del COVID-19.
Así lo aseguran datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), organismo especializado en la salud sexual y reproductiva.
Se estima que 47 millones de mujeres de 114 países de ingresos bajos y medianos no podrán acceder a anticonceptivos modernos, y se prevé que se producirán 7 millones de embarazos no planificados si el confinamiento se prolonga seis meses y los servicios de salud experimentan interrupciones importantes.
Además de la dificultad para tener acceso a anticonceptivos modernos, consecuencia del desabastecimiento internacional, el cierre de centros de salud y la limitación a su acceso podría aumentar la incapacidad de las mujeres a tener control de su salud sexual y reproductiva.
La violencia de género es otro aspecto a tener en cuenta. De prolongarse el confinamiento al menos durante 6 meses, se prevén 31 millones de casos más de violencia por razón de género.
Se espera que, por cada tres meses que prosiga el confinamiento, se presenten 15 millones de casos adicionales de violencia de género.
Quizá alejado a la realidad costarricense, pero realidad al fin. Se estima que durante el próximo decenio podrían producirse 2 millones de casos de mutilación genital femenina, que pudieron haber sido evitados de no haberse dado la interrupción de los programas de prevención de dicha práctica en respuesta a la COVID-19.
El COVID-19 socavará los esfuerzos para erradicar el matrimonio infantil, lo que podría dar lugar a 13 millones de matrimonios infantiles adicionales entre 2020 y 2030 que podrían haberse evitado.
La investigación fue realizada por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), con la colaboración de Avenir Health, la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) y la Universidad de Victoria (Australia).
Sus proyecciones se basaron en un estudio reciente del UNFPA en el que se analiza cuáles serán las medidas que el organismo deberá tomar a fin de lograr los objetivos establecidos para 2030.
Para cada una de las estimaciones los investigadores proyectaron el impacto directo de la COVID 19 sobre el problema en cuestión y lo combinaron con la afectación a los programas mundiales de prevención provocada por la pandemia.