Retomar las clases presenciales, con todo lo que ellas conllevan (exámenes, recreos, rutinas, técnicas de estudio, horarios, compañerismo y más) puede representar un reto para escolares y colegiales. Luego de más de dos años de pandemia, ellos deben reincorporar rutinas y mamá y papá pueden ser de gran ayuda.
Si hay dificultad académica ante estos cambios, los especialistas en psicopedagogía pueden ayudarle a los estudiantes a empoderarse de su nuevo curso lectivo y terminar con buenos resultados. La Dra. Carolina Mena de Tools, aconseja enfocarse en logros a corto plazo y evitar pensar a largo plazo. “Se le recomienda a mamá y papá, mucho acompañamiento, y ayudarles a cultivar todos los hábitos que necesiten. Seguidamente se aconseja soltarlos, para poder cosechar buenos resultados. No se puede cosechar, sin haber enseñado primero”, recomienda Mena
Asimismo, la psicopedagoga de Fala, la Dra. Karina Waisberg, también advierte que en edades escolares, el acompañamiento de los padres es fundamental para organizar a los niños. “La puesta en práctica de las rutinas desde el inicio del día, es el puntapié para lograr con éxito los aprendizajes. Al realizar las actividades en forma de práctica diaria y con horarios fijos, el niño va creándose un esquema interno y va estableciendo hábitos. Esto va a favorecer que el niño adquiera actitudes o comportamientos que le van a permitir desarrollar destrezas e incorporar aprendizajes útiles, para múltiples situaciones de la vida diaria”, detalla.
Promueva un ambiente organizado. Recuerde, no puede exigirle a su hijo algo que usted no ha enseñado o no promueve en la cotidianidad. La puntualidad, aceptar errores, y organizar las responsabilidades son claves para que su hijo sea responsable
— M.Sc Carolina Mena Olivares Psicopedagoga de Tools
Waisberg explica que, en el caso de niños pequeños, se puede comenzar con la implementación de calendarios donde pueda visualizar en forma concreta, cuáles son las actividades que debe llevar a cabo el día a día. “Siempre se puede innovar colocando imágenes en el calendario, marcando las tareas que va realizando para tener un mayor registro de sus logros, y otras estrategias. Para motivar al niño, se puede construir en forma conjunta, las herramientas de uso diario con materiales a elección. No se debe olvidar crear un espacio de estudio luminoso con pocas distracciones y el material a su alcance. Se puede hacer la tarea siempre, a la misma hora.
Si el niño es muy disperso, se puede dividir en partes con pequeños descansos de no más de 15 minutos. Al principio, el niño necesitará ser supervisado, hasta que se instaure el hábito. Esto significa que los padres deberán sentarse a la mesa hasta que termine los deberes. Poco a poco se irá dando más autonomía, enfatizando en el hecho de que se confía en él. No obstante, hay que mantenerse pendiente de sus avances, revisando al final la tarea”.
Por otro lado, la especialista de Tools enfoca algunas recomendaciones para estudiantes colegiales también. “Es importante delimitar las horas de sueño y asegurar de 8 a 10 horas. También debe controlarse el uso de pantallas e inculcar el valor del uso adecuado de la tecnología y redes sociales. Una agenda o planificador, puede resultar ser una útil herramienta a estas edades, donde se debe promover la organización: mantener el bulto ordenado y materiales al día.
. Tener un cuaderno para cada materia puede sonar lógico, sin embargo, la mayoría de adolescentes no toma apuntes en el cuaderno que corresponde”, advierte. Además, recomienda interacciones cordiales con hijos adolescentes desde la confianza y empatía, sin dejar de monitorear sus obligaciones. Esto también conlleva a mantener estrecha comunicación con los profesores y equipo de apoyo.
Después de muchos meses de clases remotas y muchos cambios, Mena recomienda a mamá y papá ser pacientes. “No espere que sus hijos se adapten de inmediato a la presencialidad: que hagan linda letra, o usen bien los cuadernos de nuevo. Todas estas habilidades requieren práctica. Déjese guiar por los profesores y permítale a su hijo tener tiempo para aprenderlas de nuevo o por primera vez”
También aconseja vigilar el disfrute, a la hora de ir a la escuela o al colegio, y no enfocarse en lograr objetivos o notas. “Si hay disfrute y buena orientación, los procesos serán sin duda más exitosos, que, si no se contemplaran estos factores”, revela.
Durante la pandemia, muchos estudiantes se han acostumbrado a salir de la cama y entrar a clases de forma virtual en pocos minutos, dejando de lado costumbres y hábitos y emigrando sus rutinas académicas al mundo online. Para Waisberg, al volver a la presencialidad tiempo completo, los jóvenes deben ajustar sus patrones de sueño que pueden estar alterados por quedarse despiertos hasta tarde, o no dormir lo suficiente; y retomar las rutinas de estudio que aplicaban en la prepandemia.
Los hábitos de estudios son métodos y estrategias que suele usar un estudiante, para hacer frente a una cantidad de contenidos de aprendizaje. El hábito de estudio requiere un nivel de esfuerzo, dedicación y disciplina. Se debe planificar la rutina de estudio con tareas, exposiciones y exámenes. Esta debe establecerse en base al tiempo disponible, dejando el fin de semana para descansar y otras actividades
El joven debe tomar en cuenta el debido tiempo libre para hacer deportes o tener una vida social con sus pares”, recomienda la especialista de Fala.
Saber cómo se estudia significa saber cómo pensar, observar, analizar, organizar. Para ello es trascendental aprender a implementar un método activo de estudio donde se simplifica la tarea y aumenta el rendimiento
— Lic Karina Waisberg Psicopedagoga – Terapeuta del lenguaje de Fala
Para los más chicos de casa, llegó el momento de reencontrarse con sus compañeros, enfrentarse a un nuevo docente, y el reto de adquirir nuevos aprendizajes. “Pero el regreso al aula ya no es igual a lo que estábamos acostumbrados antes de la pandemia. Es un año con grandes expectativas tanto para los maestros como para los alumnos y sus familias.
Por la continuidad del virus en la población; el recordar el cumplimiento de las normas sanitarias; el adecuar las formas de enseñanzas con cierto distanciamiento; el garantizar la seguridad de todos y el cumplimiento de los objetivos educacionales; conllevan a la necesidad de tener un pensamiento flexible y un proceso de adaptación a las nuevas realidades que nos toca vivir”, reflexiona Waisberg.
Ambas especialistas coinciden en que la importancia de la presencialidad se basa en el proceso de interacción personal, lo que significa mirarse, hablarse, encontrarse, aprender a convivir, trabajar en grupo, compartir experiencias.
El uso de dispositivos electrónicos y contenido digital se intensificó en la vida de todos, como medio de comunicación social y entretenimiento durante la cuarentena. “Los beneficios del estar conectado para aprender de forma lúdica o el buscar información en las aplicaciones permite aumentar la capacidad intelectual, pero se debe fijar límites.
s prioritario que nuestros hijos tengan un tiempo de esparcimiento sin los dispositivos, fomentar las interacciones sociales y el estrechar lazos, guiarlos para ser capaces de utiizarlos de manera segura. Les invito a reflexionar sobre la importancia de actividades que se pueden realizar al estar desconectados y lo gratificante de poder interactuar con amigos y familiares fuera del mundo digital: deportes, juegos, creatividad, libros, etc”, concluye Karina.