Propiedades casi mágicas se le atribuyen a la rosa Damascena, un tipo de rosa originaria de Bulgaria y utilísima en la industria cosmética. Su gran cantidad de beneficios para la piel la han hecho ser identificada desde la antigüedad como “el oro líquido”.
Se dice que la mismísima Cleopatra se daba baños con la esencia de esta flor, a la cual se le han asignado propiedades regeneradoras para las células cutáneas, así como efecto calmante y relajante. Asimismo su delicioso y característico olor es digno de los mejores resultados en aromaterapia.
“Este aceite esencial es el más preciado del mundo, se produce de manera orgánica en el Valle de las Rosas en Bulgaria, lugar que reúne las características de suelo, humedad y temperatura óptimas para su cultivo. Las rosas son recolectadas a mano, al empezar a abrir sus pétalos y a primeras horas de la mañana cuando el sol todavía no ha comenzado a calentar y son destilados de manera artesanal”, resaltó Anna Petrova, directora General de Arpha International, empresa importadora de Bilka, la cual comercializa productos a base de la flor.
La rosa Damascena es perfecta para hidratar todos los tipos de piel, al mismo tiempo, para el cuidado de las más sensibles. Además, tiene propiedades astringentes, bactericidas y antioxidantes a la vez que unifica el tono de la piel y previene las manchas.
Además, las características antisépticas de la flor evitan la aparición de puntos negros y granitos y su composición de vitaminas E, B, C y K, taninos, carotenos y pectina, hacen de la esencia un elemento perfecto para mantener en buen estado la piel.
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