Incertidumbre. Esa es la palabra que resume el estado de salud del comercio internacional y, por supuesto, del costarricense. Para medir su importancia nacional, los datos indican que el sector exportador representa el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) y 710.000 empleos en el país.
En Revista Dominical, el presidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), Víctor Pérez, analiza el impacto de los cambios comerciales mundiales, incluyendo los aranceles de la Administración de Donald Trump y la vulnerabilidad de Costa Rica ante esta situación.
Pérez considera que se necesita un plan nacional para mejorar la competitividad del país, que incluya combatir la inseguridad, pues “a nivel de negocios siempre impacta”. Sin embargo, de momento, no ve a ningún actor político interesados en estos temas por estar “muy metidos en materia electoral”.
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— Ante los cambios de modelos económicos y de las dinámicas comerciales en el mundo, ¿Costa Rica está preparada para afrontarlos?
— Creo que tenemos una serie de condiciones que nos benefician ante la situación histórica en la que estamos sumidos. Tenemos el talento, la calidad y, sobre todo, una imagen de sostenibilidad que podríamos posicionar con más fuerza para sacarle ventaja a esta situación. Sin que eso no signifique que los riesgos son latentes.
“Es una situación todavía muy incierta y en la línea de la forma de ser del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que se caracteriza por ser una persona con un temperamento, un carácter fuerte, que genera mucha incertidumbre en su forma de negociar desde la vida personal. Es esa persona incierta que va de los extremos, siempre marca puntos de partida de negociación muy amplios para luego negociar hacia la baja.
“Trump considera que tener un déficit comercial de Estados Unidos con el resto de los países es algo malo. Pero bueno, con este estilo agresivo e impredecible en la forma de negociar, pues genera una sensación global muy compleja, que pone hoy en día a naciones como China o la Unión Europea, Rusia y países latinoamericanos, en una situación muy complicada”.
― Costa Rica tiene un modelo económico bastante arraigado, y los aranceles son un punto, pero hay muchos otros puntos. Hay varios economistas que hablan de una “agonía” del modelo económico. ¿Se tiene que repensar el modelo de Costa Rica?
― El modelo económico de Costa Rica no se agota, pero sí se puede ampliar. Se puede dinamizar aún más. El modelo económico que nosotros decidimos en los años 80: dejar de ser banana republic, porque en aquel entonces básicamente era banano, café y algún par de productos agrícolas más los que producíamos y exportábamos, pues hoy el modelo de la parte agrícola pesa el 20% de nuestras exportaciones, mientras que otros negocios, otras industrias, como por ejemplo, dispositivos médicos, son casi el 50%.
“Luego tenemos agroindustria, metalmecánica, electrónica, farmacéutica. O sea, nos hemos diversificado ampliamente. Pero sin duda, en aquel momento lo que buscábamos era diversificación de productos e incluso de mercados. Sin embargo, hoy tal vez lo que plantean estos economistas es que nos volvimos a concentrar. Es decir, que nuestro modelo de negocio actual, cerca del 50% de las exportaciones van a un solo país: Estados Unidos, de quien tenemos hoy una dependencia: si ellos estornudan, pues aquí se nos complica y nos da una neumonía.
“¿Cómo atraer nuevos negocios a nuestro país? Tenemos la cantidad de talento, la calidad, porque la calidad la tenemos, y la duda es si tenemos la cantidad ante una brecha educacional que se nos ha venido promoviendo o promulgando desde hace ya 10 o 20 años”.
— Para abordar directamente los aranceles del 15% de Estados Unidos: ¿cuál es el impacto en Costa Rica?
— En el cortísimo plazo, ya desde marzo, antes de que empezaran a aplicar oficialmente las órdenes oficiales de los Estados Unidos, una parte de nuestro sector exportador había anticipado que una parte de la producción de este año intentara entrar a Estados Unidos sin arancel. Entonces, por suerte alguna gente tuvo la capacidad de producir anticipadamente.
“En el mediano plazo y largo plazo, mi mayor preocupación y, creo, que la preocupación país es sobre la inversión extranjera directa. Nosotros hemos venido creciendo durante muchos años en inversión extranjera directa. Tenemos dos tipos de inversión extranjera directa: la que es nueva, la que ingresa de una empresa que no estaba en el país, y que la pudimos traer, que es aproximadamente el 20% de lo que nosotros traemos, pero el otro 80% son empresas multinacionales o nacionales que ya están en el país y que se sienten cómodos, que les gusta la estructura del modelo negocio costarricense, la seguridad jurídica, nuestra posición geolocalizada y nuestra estructura de talento humano.
“Y esa parte nos preocupa, porque ante este esquema de incertidumbre a nivel global, ya nos han anunciado algunas de ellas que pueden no solo dejan de invertir, sino irse a otros países... Nos podrían poner en una situación muy compleja en el tema del desempleo. Porque, ¿dónde metemos a trabajar a la gente que hemos desarrollado por años para que utilice estas plazas de trabajo?”.
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— Revisando las estadísticas de las exportaciones, las cifras de dispositivos médicos son muy altas, ¿cuál sería el impacto directo a esta industria?
— Con la parte de dispositivos médicos, las empresas buscan normalmente un plan de negocios para invertir en un país entre 8 a 10 años. No es como que hoy ya llegaron los aranceles y entonces mañana ellos piensan en irse. Lo que piensan es: ‘Suave, si estoy invirtiendo, paro las inversiones’. No dejan de producir acá, porque puede ser que en dos o tres meses Estados Unidos cambie los aranceles para todos los países. Entonces, en este momento de incertidumbre, veo difícil que la gente se mueva. Sin embargo, si los aranceles se mantienen durante mucho tiempo, estas empresas tendrán que buscar alternativas de negocio”.
Nuestro modelo de negocio actual, cerca del 50% de las exportaciones van a un solo país: Estados Unidos, de quien tenemos hoy una dependencia: si ellos estornudan, nos da una neumonía.
— Víctor Pérez, presidente de Cadexco
— ¿Qué tan vulnerable es la economía costarricense si se mantiene este escenario?
— Nuestra vulnerabilidad claramente es alta: los dispositivos médicos representan casi el 50% de nuestras exportaciones. En bienes exportamos más o menos $19.000 millones. De eso, la mitad va a Estados Unidos, y los dispositivos médicos son casi $4.000. Entonces, es un número importante, más la cantidad de empleo que se genera a partir de ello.
Si los aranceles se mantienen durante mucho tiempo, estas empresas tendrán que buscar alternativas de negocio”
— Víctor Pérez, presidente de Cadexco
— ¿Qué proponen para aprovechar las oportunidades?
— El sector productivo nacional y exportador, el sector empresarial costarricense es, sobre todo, resiliente y puede seguir trabajando fuerte.
“Ahora, lo que sí tenemos que encontrar es cómo otros actores se unan con más fuerza, hablo de la Asamblea Legislativa, del poder Ejecutivo, para que podamos desarrollar aquellos proyectos que impacten positivamente en el país, como un aeropuerto adicional. O sea, hoy toda nuestra carga aérea sale del Aeropuerto Juan Santamaría, que, además, tiene una sola arteria de entrada y salida.
“Hay una serie de factores en los que tenemos que seguir trabajando, tanto en infraestructura, como tipo de cambio, educación, donde claramente tenemos que trabajar en cómo solucionar la brecha, tanto en temas de bilingüismo como en temas de acercamiento a carreras que nos permita traer otras industrias de mayor conocimiento intensivo, pues, por ejemplo, que tengamos la suficiente cantidad de ingenieros para atender ese mercado”.
— ¿Qué nivel de apoyo tienen de parte del gobierno?
— Yo creo que el Ministerio de Comercio Exterior de Costa Rica (Comex), sobre todo, ha hecho un trabajo importante en materia técnica: han tenido reuniones con quienes se negocian las reglas comerciales con Estados Unidos, y ya han tenido dos rondas de negociación. Inmediatamente nos pusieron el 15%, pues hablaron para tener la tercer ronda de negociación.
“A nosotros, como sector productivo, nos encantaría estar sentados en la mesa de negociación, pero sabemos que eso, al final, es una cuestión bilateral entre los gobiernos. COMEX va en la línea correcta de negociación. Pero, ahora lo que creo que tenemos que seguir siendo es resilientes, seguir trabajando en la mesa de negociación.
“¿Desde dónde podría todavía el gobierno mejorar algunas cosas y la Asamblea Legislativa en generar un marco laboral aceptable y correcto para el país? Tenemos una ley laboral muy vieja y hoy estamos esperando que la ley de jornadas excepcionales sea aprobada, porque eso nos permitiría que esas empresas que hoy han apostado por Costa Rica, por lo menos, lo piensen dos veces si eventualmente se tuviesen que ir del país. Y que si no generamos más empleos, al menos mantengamos los empleos que tenemos ahorita y no generemos ningún riesgo adicional para Costa Rica”.
— ¿Es urgente la aprobación de esta ley?
— Es realmente importante, más que urgente es muy importante. Claramente en la importancia va la urgencia, porque hoy, con el tema de aranceles, se vuelve mucho más robusta la necesidad de que la ley de jornadas excepcionales sea aprobada en el Congreso.
— Pero digamos que es un aporte puntual, ¿esta aprobación determinará que las empresas se queden?
— Los elementos para que una empresa se quede en el país tiene que ver con muchas cosas adicionales. Sin embargo, el hecho de que vengan más empresas al país va a ser más complejo. Y el hecho de generar un marco jurídico de seguridad, tanto para el empleador como para el trabajador, a mí me parece muy relevante. Porque son, al final, industrias que requieren tiempos de trabajo más amplios, o sea, las 12 horas, por ejemplo.
“Eso permite mayor productividad al estar haciendo este tipo de dispositivos médicos y demás. Entonces, creo que nos permitiría un marco en el cual el país presente una mejor cara al mundo contra otros países que sí están haciendo sus trabajos en materia laboral”.
— Usted hablaba de inversión extranjera directa. ¿Qué esperan de un próximo gobierno?
— Yo quiero ser honesto, y aquí trato de separar el corazón de la razón, porque, aunque quisiera creer que en este año el sector que está involucrado en temas electorales va a trabajar con más fuerza, lo cierto es que hemos encontrado un freno importante, porque los vemos muy metidos, en general, en materia electoral y no tanto en materia de competitividad país: desarrollo en infraestructura, sobre todo vial, sigue frenado. La discusión de jornadas 4-3, aunque se aprobó la vía rápida, va y viene porque de repente escuchamos a diputados queriendo echar para atrás la vía rápida.
“En materia de seguridad también se ha ralentizado. O sea, el país ha caído en un problema de de inseguridad hace muchísimos años, que al final no solo impacta a nuestra ciudadanía, a los contenedores que son robados o eventualmente contaminados por terceras personas que se dedican a estas cuestiones de maldad absoluta, sino que adicional a esto, la imagen país que proyectamos al exterior, pues nos hace difícil que algunos clientes nos llaman y nos dicen: ‘Me preocupa que un contenedor que estoy trayendo pueda venir contaminado. ¿Qué está pasando en Costa Rica? ¿por qué aumentaron los homicidios?, ¿por qué aumentaron los robos?’ Son realidades que tenemos y que sí nos preocupan.
“Los otros actores que no son el sector privado están trabajando más en temas electorales. Eso sí es una preocupación muy importante para nosotros y esperamos que la bandera más importante sea la bandera de Costa Rica".

— ¿Qué tanto los está afectando el tema de la inseguridad?
— A nivel de negocios siempre impacta, porque la seguridad es muy amplia. Luego, las personas o los turistas que llegan, pues también son empresarios muchos de ellos. Y esa información se traslada. Si el turismo dice que a ellos no les está afectando, pues yo les puedo creer, aunque los números dicen otra cosa.
Lo cierto es que hemos encontrado un freno importante, porque los vemos muy metidos, en general, en materia electoral
— Víctor Pérez, presidente de Cadexco
— Actualmente, en Estados Unidos se está discutiendo un proyecto de ley para repatriar “call centers”, ¿cómo lo ven ustedes?
– Duro, duro, duro, porque la parte de servicios es uno de nuestros baluartes como sector exportador. Nos preocupa muchísimo, porque, además de eso, en el nivel de competitividad, lo que impacta el tipo de cambio en el sector servicios también es muy fuerte, porque el grueso va a planillas, en los costos de producción, en el estado de resultados. Y sí nos preocupa porque hay muchísima gente trabajando en call centers que dependen de su trabajo para llevar el dinero a sus familias.
“Los empleos efectivamente serían muy afectados. Si es algo que nos podría doler muchísimo”.
— ¿Qué medidas se pueden tomar para paliar esta situación?
— La incertidumbre no va a parar. Tenemos que entender la dinámica de Donald Trump, él es impredecible, pero también es transaccional. Él espera algo a cambio. Entonces, creo que ahí nosotros podemos revisar bien qué nos ha pedido Estados Unidos en su proclama. Eso es un tema que tenemos que mejorar. Y ante la incertidumbre global, tenemos que buscar alianzas con otros países.
“Sería muy bonito tener una gran rueda nacional de competitividad, donde podamos los diferentes actores, el privado, el público, ya sea gobierno y la Asamblea Legislativa, sentarnos a revisar los temas de competitividad, tanto de política monetaria, pero, sobre todo, de temas de infraestructura, y de desarrollo tecnológico”.
— ¿Actualmente cree que no se está haciendo, no hay interés?
— No hay un plan nacional. Hay una serie de elementos aislados desde los cuales participa el sector privado: en armonización eléctrica, en materia laboral, infraestructura.
Pero ocupamos un tren de carga hacia Puerto Limón que nos disminuya los tiempos de tránsito. Está el tema de mejorar los puestos de integración fronteriza, para eliminar los procesos de contaminación que existen en nuestro país. El tema de educación también… Creo que hay un plan nacional que deberíamos hacer en conjunto, y ojalá que los nuevos actores que están ahí proponiendo su nombre para representar o tener la máxima representación de Costa Rica, pongan en una balanza tener un gran plan nacional de competitividad en el cual trabajemos de manera conjunta.
— ¿Usted ve a alguno de estos actores políticos planteando este tipo de temas?
— De momento no los he visto. Espero que, conforme avancen las etapas de hacia dónde va la línea electoral, alguno de ellos venga con un programa que al final no sea para el sector productivo, sino para el país en general, que de verdad nos dé una mejor calidad de vida a los costarricenses y que resuelva una serie de factores que nos aquejan, que demuestre que se puede mantener la institucionalidad también y la democracia de nuestro país, que creo que son también elementos muy importantes, además de la parte económica, la parte social y sostener, digamos, un régimen democrático importante en Costa Rica a futuro.